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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Antes y después del 25

De la hegemonía conservadora gallega a la del nacionalismo en Euskadi

Alberto Núñez Feijóo, a la izquierda, e Iñigo Urkullu.
Alberto Núñez Feijóo, a la izquierda, e Iñigo Urkullu.EFE

La posición de partido más votado en Euskadi conquistada por Podemos en las dos últimas elecciones generales en ese territorio no parece trasladable sin más a las autonómicas del 25 de septiembre, según se deduce del sondeo electoral del CIS difundido ayer. En Galicia, el PP mantiene e incluso refuerza su primacía, con un 45% de los votos y 40/41 escaños, dos o tres por encima de la mayoría absoluta (38). En esa comunidad Podemos y sus aliados crecen a costa de los nacionalistas del BNG y del PSOE.

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Podemos creció el 26-J en el País Vasco sobre todo a costa del voto de la izquierda abertzale. Ahora, el voto dual vasco —que favorece a los partidos nacionalistas en las elecciones de ámbito autonómico— vuelve a dar el liderazgo al PNV y al nacionalismo: con EH Bildu en segunda posición, desplazando a Podemos a la tercera.

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Las incógnitas a despejar son, además de si el PNV recupera el primer puesto, si lo hará con suficiente margen como para gobernar en solitario o no, y en este caso, con qué aliados. El sondeo ilumina pero no resuelve la cuestión, pues la suma de PNV (27 escaños, los mismos que en 2012) y su aliado tradicional, el PSE (ocho escaños), no alcanza la mayoría necesaria. Esto abre a su vez la hipótesis de una extensión del pacto al PP como tercer componente. Hipótesis sopesada —y sobrevalorada— por algunos sectores como una pieza clave para favorecer un intercambio de favores entre los de Rajoy y los de Urkullu a fin de completar sus respectivas mayorías y desbloquear así el problema de la gobernabilidad de España. Sea como sea, el mayor error de los partidos sería esperar a la cita del 25-S para seguir aplazando su responsabilidad de desbloquear la situación.

Otra incógnita es el papel que puede estar jugando el caso Otegi en la recuperación de la izquierda abertzale. Se contaba con su posible gancho electoral como candidato a lehendakari, pero ahora se especula con el seguramente también sobrevalorado efecto que pueda tener como candidato impedido por los tribunales.

Otros datos de interés del sondeo son la desaparición de ETA como preocupación (lo es para un escueto 0,7% de los vascos) o el desfase entre el 19% que piensa votar a Podemos y el 7% que considera que es capaz de resolver los problemas de los vascos, lo que podría interpretarse como que sigue siendo un voto de protesta más que de identificación con un programa.

Galicia es la única comunidad autónoma donde el PP gobierna con mayoría absoluta, pero simboliza la grave limitación a que hace frente este partido: solo puede plantearse gobernar si tiene la fuerza necesaria para hacerlo en solitario, porque se ve incapaz de alcanzar cualquier acuerdo con el resto. Lograr de nuevo la presidencia de la Xunta supondría una reafirmación para Rajoy, que obligó a Núñez Feijóo a repetir como candidato, pero sería, sobre todo, un espaldarazo para este último, que reforzaría sus opciones de sustituir a Rajoy al frente del PP en su momento.

Un retroceso del PSOE en Galicia sería un duro golpe para Pedro Sánchez, que necesita resultados que le consoliden frente a los críticos, y que convirtió Galicia en una apuesta personal al imponer nueva dirección y candidato en contra de pesos pesados del partido en esa comunidad.

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