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Mira bien: estas 20 portadas de discos tienen mensajes ocultos El rostro de una anciana, nombres bajo rayas psicodélicas, el cuerpo de una bruja o el perfil de un diablo con barba son algunas de las cosas que encontrarás si pones atención En enero de 1967, los Beatles lanzaron 'Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band', en cuya abigarrada portada aparecía una muñeca de Shirley Temple con un jersey que rezaba “Welcome The Rolling Stones”. A los pocos meses, los Rolling Stones publicaron la respuesta: 'Their satanic majestic request', un disco casi tan barroco y multicolor como el de los Beatles, con una portada obra del mismo fotógrafo, Michael Cooper; en ella, los rostros de John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr aparecen ocultos en flores decorativas. Cuenta la leyenda que este disco se iba a titular 'Metal up your ass' ('Metal en tu culo') y en la portada iba a salir el dibujo de una taza de váter con una mano empuñando una daga saliendo de él. Pero, debido a presiones del sello discográfico, la banda cambió el título por 'Kill 'em all' ('Mátalos a todos'), y la portada por una mano dejando caer un martillo a un suelo ensangrentado. ¿El mensaje oculto? Si miras bien las manchas de sangre, verás a un bebé chupándose el pulgar. Los raperos más pálidos y borrachuzos de los años 80 parieron este salvaje disco cuya portada, ocupada por el dibujo de la cola de un avión, no es tan sosa como parece: coge un espejo, refleja en él la carátula, y verás que la inscripción '3MTA3' se convierte en un 'EAT ME', es decir, 'CÓMEME'. Estos tíos eran los más gamberros del gremio, aunque ahora se han hecho budistas y ya no importunan ni a una mosca. Tras el icónico primer disco, con aquel plátano dibujado por Andy Warhol, el grupo de Lou Reed y John Cale radicalizó su sonido, haciendo su disco más ruidoso y vanguardista. La portada, totalmente negra, excepto el título y el nombre del grupo en letras blancas. O eso parece. Porque si miras bien ese negro, jugando con el reflejo de la luz, podrás atisbar una calavera, calcada de un tatuaje del brazo de Joe Spencer, uno de los “musos” de Warhol. Si le das la vuelta a este, el séptimo disco de estudio de los punkis galaicos Siniestro Total, la cara larga del monigote sonríe. Y viceversa. Además, como promoción de este trabajo que llegó a disco de oro, el grupo comercializó una camiseta con la frase : "EN BENEFICIO DE TODOS ENTREN Y SALGAN RAPIDAMENTE NO OBSTRUYAN LAS PUERTAS” que era otra ilusión óptica: al suprimir la parte roja de las letras negras, se leía el siguiente mensaje: “EL PENE DE TODOS ENTRE Y SALGA RAPIDAMENTE NO UYAN LAS PUTAS”. (Sic). Aparentemente, el diseñador no se rompió mucho la cabeza con esta portada: el nombre del grupo (la espléndida banda estadounidense de 'garage rock' Black Lips), el título del disco y unas mareantes rayitas verticales blancas y negras. Pero si miras fijamente esas rayitas hasta 'penetrar' en ellas, o bien mueves el disco hacia izquierda y derecha, verás el rostro de un hombre con la boca abierta para mostrar su joyería dental. En la contraportada del disco, aparece la misma imagen, pero 'a pelo'. La portada del decimotercer álbum de Fleetwood Mac ha generado más polémica entre sus fans que las propias canciones, que no eran para tirar cohetes. La culpa es de los componentes del grupo Stevie Nicks y Lindsey Buckingham, que entrelazaron sus manitas de tal forma que, si las miras fijamente, giras la portada 90 grados a la derecha y das un pasito patrás, ves el feo rostro de una anciana. ¿Fue casualidad o algo intencionado? Es algo que aún se discute entre los seguidores del grupo, pero la cara se ve tan clara y el título del disco (“espejismo”) es tan delator, que apenas cabe duda. Los Maiden no serían "Los Maiden" sin Eddie ‘The Head’, terrorífica mascota de la banda creada por el artista Derek Riggs. Él también se ocupó de ilustrar la carátula de este disco, en el que la banda de heavy metal introdujo por vez primera sintetizadores y letras de ciencia ficción, entregando una ilustración futurista con ecos de 'Blade runner'. En la portada hay tantos mensajes ocultos que darían para un artículo aparte, pero veamos los más llamativos: a la derecha, un cartel de Eddie tal como apareció en el primer álbum de la banda; un reloj marca las "23:58", en referencia al éxito del grupo '2 minutes to midnight'; las letras en el vestíbulo del hotel, al revés, rezan: "This is a very boring painting” (Esta es una pintura muy aburrida); uno de los neones hace referencia a Charlie “Webster”, director de arte de la discográfica EMI; y un largo etcétera. Después de un descanso de 12 años, que se dice pronto, la reina del 'art rock', la británica Kate Bush, reapareció con un disco doble bajo el brazo, que demostró que seguía tan inspirada como siempre. La enigmática portada, decorada con lo que parece una formación de rocas o montículos y su reflejo en el mar, es en realidad el gráfico del sonido del canto de mirlo que suena al final de la canción que da título al álbum. Por si fuera poco, si giramos el disco unos 90 grados a la derecha, vemos que la superficie del agua forma un rostro de mujer, que podría ser el de la propia Kate Bush. Obsesionado con superar el éxito de 'Thriller' y 'Bad', Michael Jackson tiró la casa por la ventana en el tercer trabajo en solitario de su etapa adulta, 'Dangerous'. Para la portada, llamó al ilustrador Mark Ryden y le pidió algo muy especial. El resultado es un hipnótico 'horror vacui' en el que hay infinidad de mensajes ocultos: columnas masónicas, símbolos illuminati, un dibujo del siniestro mago circense P.T. Barnum y, en su solapa, la cifra 1998: sumando los números da 27, que sumados dan 9, un número positivo en numerología, como también lo es el 7, cifra favorita de Michael que está por todas partes. ¿A que da un poco de miedo? No era difícil esconder algún mensaje en el abigarrado collage que ilustra la portada del inmenso 'Revolver', de los Beatles. Se trata diversas fotos en blanco y negro de Paul, John, Ringo y George, amén de unas grandes caricaturas de los músicos. El responsable fue el artista alemán Klaus Voormann, que no se resistió a incluir una imagen de sí mismo y estampar su firma entre los pelos de George Harrison, en la parte inferior derecha del disco. Mentiríamos si dijéramos que este es uno de los mejores discos de Led Zeppelin. Pero sí es cierto que estamos ante una de sus mejores portadas. Diseñada por el colectivo Hipgnosis sobre una idea de Jimmy Page, recrea el bar de Nueva Orleans donde el legendario mago de lo satánico Aleister Crowley escribió un poema mientras esperaba a una chica. Lo más curioso del caso es que la funda exterior del disco se hizo en papel bolsa de color marrón, mientras que el interior era una ilustración en blanco y negro. Pero si derramabas agua en la cubierta, los colores aparecían como por arte de birlibirloque. ¡Magia! “No teníamos intención de que la gente viese cómo envejecíamos”. Así explicaba Rick Davies, el teclista de Supertramp, el motivo por el que el grupo nunca salía en las portadas de sus discos. Para su sexto álbum, se ocuparon de la portada Mike Doua y Mick Haggerty, que reflejaron la conquista de América del grupo con ironía: mientras una oronda camarera posa como la Estatua de la Libertad, al fondo aparece la ciudad de Nueva York. Pero si te fijas bien, los edificios son saleros, tazas, cubiertos y otros útiles de cocina. Las Torres Gemelas son un par de cajas de cereales y, sobre ellas, las letras “U” y “P” de “SUPERTRAMP”. Si miras la portada en un espejo, dichas letras se convierten en la fecha exacta del atentado que se produciría más de dos décadas después: el 11-S (9 - 11). Esta casualidad da mucho miedo, la verdad. Esta banda belga de rock electrónico (también conocida como 2 Many DJ’s en su faceta de pinchadiscos) sacó dos discos con portadas creadas por el diseñador Trevor Jackson. En una vemos unos puntitos blancos sobre un fondo negro, y en otra unas rayas blancas sobre un fondo rosa. Pero si entornamos los ojos, miramos de refilón o nos alejamos, descubriremos los mensajes ocultos, que no son más el nombre del grupo y el título de cada disco. El león de la portada del primer disco de Santana esconde infinidad de imágenes subliminales. Agarra la lupa y verás que el rostro del león está formado por nueve pequeñas caritas. Afinando aún más la vista, podemos ver el cuerpo entero de una bruja: el gorro está entre los ojos del león, la negra cara entre los bigotes, más abajo un collar blanco, la lengua serían los brazos cruzados, la barbilla una falda de 'hula girl' y, bajo la misma, las piernas y los pies oscuros. El autor de la portada, Lee Conklin, explicó así sus intenciones: “Sabía que hacía arte para las generaciones futuras, así que plasmé mis experiencias psicodélicas”. Ya con los Beatles disueltos, John Lennon y el músico neoyorquino Harry Nilsson unieron sus fuerzas para dar a luz a un disco que no acabó de cuajar: ambos estaban más interesados en colocarse que en hacer temazos. No en vano, Lennon atravesaba su famoso 'lost weekend', un paréntesis de 18 meses en el que se separó de Yoko Ono y se sumergió en una espiral de sexo, drogas y alcohol. Por eso, en la portada de este disco hizo un guiño oculto a las sustancias que consumía, poniendo unos dados con las letras “D” y “S” y, en medio, una alfombra (“RUG” en inglés); es decir, 'DRUGS'. Hemos añadido a la portada unas líneas en rojo que indican dónde están las letras y la alfombra. Una elegante dama del siglo XIX frente a un coqueto tocador, que nos mira fijamente desde el espejo. Una portada un poco rara para un grupo de rock duro como Def Leppard, ¿no? Pues no. Porque si miras la imagen a cierta distancia, verás que se transforma en una calavera. El grupo copió la idea del cuadro 'All is vanity', pintado por el artista Charles Allan Gilbert en 1892. El último disco de David Bowie está envuelto en una magia tan oscura y fascinante, como solo puede estarlo el 'grand finale' de un artista que en breve va a morir… y lo sabe. En la portada de la edición de vinilo de 'Blackstar' aparece una estrella negra recortada que hace honor a su título. Si el sol le da al estuche, el interior del astro se convierte en una constelación de refulgentes estrellitas, y cuando deja de darle, desaparecen para volver a su estado original. Por suerte, el contenido disco está a la altura de su brillante portada. Este trío de 'garage rock' asentado en Filadelfia extrajo de su disco de debut, el notable 'Fall of the plastic empire', un single con la canción 'Plank of fire'. En su funda, una ilustración de tres bellas muchachas desnudas que se retuercen en una especie de aquelarre lúbrico. Pero, oh maravilla satánica, si miras la portada a cierta distancia verás con claridad el rostro burlón de un diablo con barba de chivo. Qué miedo, ¿no? El undécimo álbum de Black Sabbath fue también el segundo sin Ozzy Osbourne que, tras ser expulsado del grupo por vago y alcohólico, fue sustituido por Ronnie James Dio, ex cantante de Rainbow. Para la portada, modificaron el terrorífico cuadro 'Dream 1: Crucifiers', con permiso de su autor, Greg Hildebrandt, añadiendo un par de mensajes ocultos. En la medio de la sábana impía que cuelga manchada de sangre se puede ver sin esfuerzo un rostro alienígena. Y en el suelo sucio, se esconde la frase “Kill Ozzy” (Muerte a Ozzy). Eso sí que es odiar a un excompañero...