Tienes más en común con Jennifer Lawrence de lo que imaginas
Se cayó al recoger su Oscar, rompió un vestido en la alfombra roja, habla sin problemas de su menstruación o de sus borracheras... La actriz de 'Los juegos del hambre' ha hecho de la naturalidad su mayor virtud
Jennifer Lawrence ha vuelto a demostrar esta semana que lo suyo no es el postureo de Hollywood. La actriz de Los Juegos del Hambre ha dicho en una entrevista que “se siente gorda”, pero no porque lo esté si no porque el mundo del cine le crea esa falsa imagen de sí misma. Unas declaraciones que pocas actrices se atreverían a dar por miedo a ser castigadas por la industria que les da trabajo y que, sin embargo, Lawrence no parece tener miedo a decir.
Pero es que ella no es una actriz al uso. Aunque vaya espectacular en la alfombras rojas, en ellas no deja de hablar de comida o de lo poco que le interesa realmente su vestido. Eso cuando no hace un photobomb a alguna de sus amigas famosas, se cae o se emociona al ver a algún actor que no conocía. ¿Acaso no haríamos algo parecido nosotros si estuviéramos en su lugar? Repasamos diez de los momentos en los que Jennifer Lawrence, a pesar de ser una estrella indiscutible, se comportó como todo hijo de vecino.
Cuando habló sin problema sobre su periodo.
La actriz acaba de contar a la revista Harper's Bazaar por qué escogió su último vestido en los Globos de Oro. Y lejos de alabar al diseñador o decir lo mucho que le gustaba el modelo, dijo lo siguiente: "El plan A era un vestido que no podía llevar porque la temporada de premios coincidió con mi ciclo menstrual, lo cual lleva sucediéndome durante años". Vamos, que tenía la regla y, según explica en la entrevista, se sentía hinchada y prefería no tentar a la suerte al ponerse un vestido más ajustado. ¿Glamouroso? Nada, ni falta que le hace. Más sincera no podía haber sido.
Cuando simuló tirar a Taylor Swift por las escaleras en los Oscar 2014.
Cuando vio a la cantante haciendo una entrevista, la actriz no pudo evitar hacer el ganso detrás de ella fingiendo algo así como que la tiraba por las escaleras. "¿Qué estás haciendo?", le preguntó Swift. Y ella contestó: “trataba de tirarte por las escaleras”. ¿Una catfigh a lo Showgirls? Para nada. Son bastante amigas.
Se emborrachó y sus amigas tuvieron que sujetarle el pelo mientras vomitaba.
“Si salgo y estoy de fiesta bebiendo, siempre termino vomitando”, dijo recientemente. Todos tenemos una amiga así. Lo que pasa es que Jennifer Lawrence lo hizo una noche que acudió como VIP a un concierto de Adele y después salió de fiesta con la actriz Emma Stone. ¿El resultado? Pues una escena que todos hemos vivido alguna vez (seguramente en ambos lados): acabó con la cabeza metida en el retrete y su amiga dándole palmaditas en la espalda.
Se cargó un vestido en una entrega de premios.
En la gala del Sindicato de Actores de 2013 ganó el premio a mejor actriz por El lado bueno de las cosas. Cuando escuchó su nombre, se levantó emocionada y, no sabemos cómo, su vestido se partió en dos. Nunca se ha sabido si puede que la actriz lo pisara y se lo cargara o si era un dos piezas que se desmontó. El caso es que ella supo recomponerse y subir al escenario.
Su caída en los Oscar.
Ese mismo año ganó su primer Oscar y, sin embargo, lo más comentado de la gala no fue su premio, si no su caída antes de recogerlo. Se ha convertido en una de las imágenes más icónicas de los Oscar de los últimos años y sirvió para lucir su Dior alta costura. Ni queriendo hubiese conseguido una escena tan bonita.
Se emocionó al conocer a Jack Nicholson.
Jennifer Lawrence estaba hablando con un periodista de la ABC tras ganar su Oscar y Jack Nicholson se acercó a felicitarla. Solo fue un momentito, pero ella, que aún no conocía al intérprete de El Resplandor, se quedó tan shockeada que ni se molestó en disimular ante el periodista. Se puso a llorar casi más que cuando recogió su premio.
Su facepalm a Emma Watson.
Ir a un desfile de Dior en París es algo que, para cualquiera de nosotros, sería todo un acontecimiento y seguramente no sabríamos ni cómo comportarnos. Pero para Jennifer Lawrence forma parte casi de su día a día y en uno de ellos hizo lo que mejor saber hacer: el ganso. Cogió a su amiga Emma Watson, le puso la mano en la cara (lo que se llama un facepalm) y dejó que la fotografiaran así. ¿Para qué ponerse a posar como dos blogueras?
Cuando humilló a un periodista.
Bueno, le echó una reprimenda. Al parecer, en los pasados Globos de Oro un periodista comenzó a hacerle varias preguntas en la rueda de prensa sin dejar de mirar su móvil. Y Jennifer se enfadó un poquito. "No puedes vivir toda tu vida detrás de la pantalla de tu teléfono, tío", le dijo. Algunos compañeros de la prensa dijeron después que aquel periodista no sabía inglés y que por eso estaba leyendo la pregunta en su móvil. En todo caso, si Jennifer Lawrence se equivocó. ¿Puede haber algo más humano que eso?
Cuando la armó al abrir una caja de caramelos.
En la rueda de prensa de Catching Fire en Madrid la actriz tuvo ganas de comerse un caramelo de menta y… Le pasó lo que nos podía haber pasado a cualquiera. ¿El resultado? Una escena que es una mina de gifs.
Cuando habló de sus fotos desnuda.
"No he hecho nada repugnante”, dijo tras la polémica del celebgate en el que se filtraron fotos desnudas de decenas de famosas. Mientras otras no hablaron del tema, con todo su derecho, desde luego, Lawrence escogió hablar de ello pasado poco tiempo. Dijo lo mal que se sintió y expresó el miedo que tuvo por cómo podía haber afectado a su carrera. ¿Arrepentimiento por haberse hecho fotos XXX? Ninguno. Bravo por ella.
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