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Tentaciones
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¿Quién quiere un perro teniendo una foca robot?

Hay un nuevo animal de compañía en la ciudad, y no necesita cuidados o veterinarios. 'Paro', la foca robótica, da cariño, interactúa con su dueño y solo espera que la recargues

Sucedió, como casi todo, en Los Simpson. La esperanza de vida de Springfield se alargaba cada vez más, hecho que no hacía ninguna gracia a las funerarias locales. ¿El motivo de tanta longevidad? Una foca. Pero no una de las que saltan a por su sardina en los parques acuáticos, sino una más manejable, amorosa y, sobre todo, robótica. Tanto se hacía querer esa criatura que mejoraba la calidad de vida de los ancianos de la serie. Pero lo que quizás no sabían muchos espectadores es que esa foca biónica existe. Y que esa es precisamente su función: hacer compañía.

Paro con dos amigas.
Paro con dos amigas.

En Japón, país con el mayor índice de envejecimiento de población del mundo, hace años que los pacientes que sufren demencia reciben como tratamiento un robot modelado a semejanza de una pequeña foca llamada Paro (siglas de Personal Assistant Robot), aunque en España la llamamos Nuka para no hurgar en la herida del desempleo. ¿Cuánto son "unos años"? Los suficientes para tener estudios clínicos sobre los beneficios de este nuevo animal de compañía.

En 2005, el profesor Takanori Shibata presentó al mundo un robot con el que llevaba trabajando desde 1993. Debajo de su pelaje blanco tenía unos microprocesadores que determinaban su comportamiento en base a la información que le proporcionan sensores de sonido, movimiento, luz, temperatura y tacto. Estos hacen posible que abra los ojos cuando las luces se encienden, ronronee y se mueva al ser acariciada y emita sonidos de cariño. A eso se le añade un cierto grado de inteligencia artificial que hace que pueda reconocer voces y su propio nombre. Cuando se va a dormir, se recarga mediante a un chupete amarillo.

"Es fácil aceptar una foca: no solemos retener experiencias negativas con estos animales"

"Es fácil aceptar una foca: no solemos retener experiencias negativas con estos animales", nos aseguraba el Profesor Shibata en la reciente Global Robot Expo, la feria internacional de robótica, celebrada en Madrid. "Al principio hice tres robots: un perro, un gato y una foca. La gente tenía muchas expectativas en los dos primeros y se desilusionaban, pero con la foca no tenían ninguna valoración previa". Shibata destaca las bondades de su criatura: "Hemos visto los beneficios terapéuticos de un animal de compañía, pero no todo el mundo puede tener uno. Pensé que, si podía crear un robot que enriqueciese nuestras vidas como lo hace una mascota, podría ayudar a mucha gente".

Hoy, Paro está en su octava generación, hay más de 4.000 en circulación, y es usado en mas de 30 países en residencias geriátricas, hospitales y centros de día. Solo los más escépticos fruncen el ceño ante la idea de una foca robótica que da cariño a su propietario. Ellos, y las funerarias de Springfield.

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