16 fotosTopo Chico: la mayor tragedia carcelaria de MéxicoAl menos 49 personas murieron en la prisión de Topo Chico el pasado 11 de enero, en una reyerta que empezó por la noche y acabó de madrugada México - 19 feb 2016 - 04:55CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceLos presos hacen signos de pandillas en la cárcel de Topo Chico, donde 49 personas murieron en un motín que tuvo lugar el 11 de febrero de 2016.DANIEL BECERRIL (REUTERS)Una interna tendiendo ropa en la prisión de Topo Chico, en Monterrey.DANIEL BECERRIL (REUTERS)Un preso vende cigarrillos en la cárcel de Topo Chico, durante una visita de medios de comunicación, en Monterrey, México.DANIEL BECERRIL (REUTERS)Los internos en el patio de la prisión de Topo Chico donde 49 personas murieron en un motín el pasado día 11 de febrero.DANIEL BECERRIL (REUTERS)Un recluso con un tatuaje de Santa Muerte en la prisión de Topo Chico, Monterrey, México.DANIEL BECERRIL (REUTERS)Una interna en el interior de su celda en la prisión de Topo Chico.DANIEL BECERRIL (REUTERS)Unos internos en la prisión de Topo Chico durante una visita de medios en Monterrey.DANIEL BECERRIL (REUTERS)La ropa de una de las internas, cuelga contra una pared en la prisión de Topo Chico.DANIEL BECERRIL (REUTERS)Los presos hablan por los teléfonos de la prisión de Topo Chico en Monterrey, México.DANIEL BECERRIL (REUTERS)Familiares de los reclusos, durante una visita en la prisión de Topo Chico.DANIEL BECERRIL (REUTERS)Un policía hace guardia junto a un mujer presa en la cárcel de Topo Chico, Monterrey.DANIEL BECERRIL (REUTERS)Los presos se reúnen en el patio de la prisión de Topo Chico en Monterrey, México.DANIEL BECERRIL (REUTERS)Varias internas fuera de sus celdas en la prisión de Topo Chico. DANIEL BECERRIL (REUTERS)Varios internos, se ven reflejados en los espejos de la prisión de Topo Chico.DANIEL BECERRIL (REUTERS)Internos en el patio de la prisión de Topo Chico en Monterrey, México.DANIEL BECERRIL (REUTERS)Dos presos hablan dentro de su celda en la prisión de Topo Chico en Monterrey.DANIEL BECERRIL (REUTERS)