Los habitantes de los barrios más degradados de Brasil se encuentran en medio de la violencia, el narcotráfico y el intento del Gobierno por erradicar ambos antes de los Juegos Olímpicos de Rïo 2016
Parte de la favela de Vidigal, la favela “cool” de Río de Janeiro, situada sobre las playas de Leblón e Ipanema.Patricia Martínez SastreFachada de la favela Ocupação Socio-Cultural Mama África. En ella se puede leer: “Ojo por ojo y el mundo acabará ciego” y “la desorganización es la principal arma usada contra el pueblo negro” (Niterói, R.J)
Patricia Martínez SastreAna Luísa, moradora de la favela Ocupação Mama África (Niterói, R.J)
Patricia Martínez SastreAna Luísa practica una de sus grandes pasiones: el fútbol. A menudo juega con sus amigas en la acera de la calle.
Patricia Martínez SastreFavela de Santa Marta, barrio de Botafogo, una de las primeras comunidades en ser pacificadas en la ciudad de Río de Janeiro (año 2008).Patricia Martínez Sastre“Los ricos quieres la paz para continuar ricos, nosotros queremos la paz para continuar vivos”; grafiti en una de las paredes de la favela de Santa Marta.
Patricia Martínez SastreNiños jugando en una de las callejuelas de Santa Marta.
Patricia Martínez SastreRopa tendida en una de las casas de la comunidad de Santa Marta. Patricia Martínez SastreMuchos perros deambulan por las callejuelas de la favela, en este caso, a pocos metros de donde se coge el “bondinho” (montacargas) usado por sus habitantes. Patricia Martínez SastreDibujos puestos a la venta en la pequeña tienda de recuerdos situada en la Plaza de Michael Jackson, Santa Marta.
Patricia Martínez SastreTienda de recuerdos, al fondo, miembros de la Policía Pacificadora (UPP).Patricia Martínez Sastre
