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Tentaciones

¿Saldrías en una película contando tus aventuras del Grindr?

El documental '5 pulgadas' te invita a ser uno de sus protagonistas: hombres que ligan con otros hombres a través de aplicaciones móviles. Hablamos con sus directores y con algunos de quienes se han atrevido a dar la cara en este film

“El proyecto nace de nuestra necesidad y curiosidad por informar de este fenómeno y si este cambio en la forma de relacionarnos nos hace más felices”, afirman Rosana Lorente y Pedro Moitinho, responsables del documental 5 Pulgadas, que actualmente se rueda en Madrid. “Grindr es parte de un estilo de vida y queremos hablar de la normalización de la pluralidad sexual gracias a Internet: ¿nos comunicamos mejor ahora? o ¿las relaciones nos aportan más hoy que las que teníamos previamente de la existencia de estas apps? Antes existían más convencionalismos y todo esto está conduciendo a nuevas relaciones, por lo cual el proceso es muy interesante”, continúa esta pareja de amigos que se conocieron estudiando cine.

Levantar este proyecto, absolutamente independiente, les está llevando a algunas conclusiones: los usuarios de aplicaciones como Grindr o Scruff tienen de media entre 30 y 40 años; el 90% se siente identificado con su perfil (que está condicionado por lo que se lleva en ese escaparate de la carne: “existe presión por tener un cuerpo con ciertas características”, recalcan) y un 40% se siente segregado por su edad; mientras un 78% de los usuarios emplea las apps para encontrar compañeros sexuales, el resto confiesa que las usa para pasar el rato, como entretenimiento. Respecto al rechazo que puedan experimentar en la caza, el 20% lo lleva muy mal.

“Estamos todos metidos en un mercado”, declara Pedro, “donde tienes que saber venderte y renovarte; gracias a estas aplicaciones, la gente se ha acercado, sobre todo en sus fetiches y preferencias, aunque se genera ansiedad por lo inmediato y lo nuevo; pero, mientras sigue habiendo gente en el armario que sólo sale a través de estas apps, me sorprende y asusta que se ha vuelto normal hablar de follar sin condón”.

Fotograma de '5 pulgadas'
Fotograma de '5 pulgadas'Facebook

El título del documental, 5 Pulgadas, es un guiño doble: ése es el tamaño medio de un teléfono móvil… y de un pene español: “Hoy mostramos la realidad a través de una pantalla de esa medida”, afirman al unísono Pedro y Rosana; “Hay gente que sólo sabe ligar online y en persona no tiene ni idea, pero ya no se da la ansiedad de hacerlo en clubs y bares; aunque hay quien está enganchado a estas aplicaciones: son las nuevas enfermedades de nuestro tiempo”, concluyen. Asimismo estos cineastas quieren invitar a los usuarios de estas apps de ligoteo gay a participar en el cuestionario anónimo que incluyen en su web www.5pulgadas.net (pues esa información les ayudará a conocer más sobre un tema “del que no hay estudios serios”, añaden) e incluso a ponerse delante de la cámara para contar sus experiencias. Ya cuentan con varios participantes, entre los que destacan los siguientes:

Juanma, de 46 años, desde que rompió con su pareja se ha aficionado a las sex parties que organiza en su piso de Lavapiés con la ayuda de estas apps: “Organizo la fiesta a través de la aplicación y luego se sigue el contacto por WhatsApp. Yo todos los días le echo un vistazo a las apps de ligar y no es difícil encontrar gente dispuesta, porque está todo el mundo que arde. Con estas aplicaciones se multiplican la facilidad y las formas de conocer a mucha más gente, y eso está bien. ¿Su lado negativo? Que se invierten muchas horas y te enganchas a ver lo que hay, por eso hay que intentar controlar. Pero es que están diseñadas para que te enganches, con sus alertas: de ahí sacan su beneficio, claro. Hay gente que hace un uso exagerado”.

Continúa: “Yo los viernes llego de trabajar, me echo una siesta, me corto el pelo -porque me relaja- y empiezo a organizar el plan: te conectas, mandas algún mensaje y ya eso no se puede parar: en cuanto quedas con alguien, la cosa se multiplica. Y hay drogas: gente dispuesta a traértelo a casa las 24 horas del día; es más fácil que nunca. Yo tomo MDMA y GHB, y viagra para follar. No creo que haya fiestas sin tema. Me gasto, como mucho, unos 50 euros en una de estas sex parties. Una vez, dos amigos íntimos se encontraron aquí, en una de ellas, y se pusieron tan nerviosos que uno se acabó yendo”.

Fernando, 25 años, bailarín, cuenta a cámara: “Estando en Málaga, a través de mi perfil Nazareno Morboso en la aplicación, empecé a tener conversaciones con gente de cofradías, dividida entre dos mundos por ser gay, y con otros que me escribían por morbo. Fui recopilando conversaciones y conocí así el mundo cofrade. En Madrid también lo hice. Con todo ello creé una pieza de danza con música religiosa, con la idea de mostrar lo que está sucediendo y lo compleja que puede llegar a ser la realidad. Antes la gente se conocía a través de chats, el Messenger y páginas de contacto; ahora lo hace de forma instantánea, pues va en detrimento del interés si lo alargas demasiado. Y el llevar las apps a todas partes te permite conocer a más gente, porque puedes estar conectado día y noche, sin parar”.

Luis, de 41 años y DJ, vive en pareja abierta: “Todos los usuarios nos repartimos en todas las aplicaciones, aunque a mí me gustan más los chicos de Scruff que los de Grindr. Yo prefiero y agradezco que la gente enseñe la cara, porque lo necesito para seguir hablando. Voy a ver qué mensajes tengo hoy lunes por la tarde (y mira su móvil): hay dos chicos que buscan un tercero; uno de ellos es majo, el otro no me gusta tanto. Yo no contesto a un mensaje si el tío no me interesa, para no dar falsas expectativas. A mí eso me pasa todo el rato, y no me molesta: lo acepto como un código más; si de primera ves que no vas a quedar… ¿para qué continuar? Aunque hay gente muy rápida y otra no tanto: según la manera en que te entran, echas mano de un código más o menos rápido; hay casos en los que en 40 minutos ya estás follando y otras veces tardas dos meses…porque tenemos vidas muy complicadas”.

Cartel promocional de '5 pulgadas'
Cartel promocional de '5 pulgadas'Facebook

“Sólo busco encuentros sexuales ocasionales”, confiesa. “Hay gente que las usa para conocerse y eso está muy guay, pero yo busco algo que no implique historias afectivas, porque no me interesan. A mí estas apps me parecen muy divertidas: hay de todo, algunos tienen un nick con el que dicen lo guapos que son, también hay gente muy tonta o muy directa que un sábado a las cinco de la madrugada te envía la dirección de su casa y te espera con la puerta abierta para que hagas con él lo que quieras…”

“Mi pareja ya no usa estas apps, pero yo pongo en mis perfiles que estoy en relación abierta: así quien me entra, sabe a qué atenerse”, continúa Luis. “Hay gente que puede ir chivándose a mi chico, pero como los dos lo sabemos, así nos evitamos el chasco. Porque hay tantos modelos de relación como de personas, todos normales y respetables, aunque el modelo único de pareja estable no es lo mío. Y sí, estoy demasiado enganchado al móvil, a la tablet y a todo, incluidas las apps de contacto y a cualquier otra, sea Facebook o WhatsApp. Pero me sorprende ver a gente que está en un club de sexo más pendiente de la aplicación que de lo que tiene delante: eso se debe a que quieren siempre algo más. En Internet buscas algo más específico, porque ligar por la calle conllevaba sorpresas: no sabías si el chico sería activo o pasivo, o el tipo de historia que le apetecía hasta que no te ponías a ello. Con la aplicación haces una búsqueda exhaustiva, que puede llegar a ser eterna”.

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