25 fotosLas películas de Leonardo DiCaprio, de la peor a la mejor Origen , Titanic , La playa , El renacido ... Todos hemos visto sus filmes. Pero cuál es la obra maestra. ¿Y el fiasco?Juan Sanguino05 feb 2016 - 06:40CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEn plena fiebre 'Titanic' (se estrenó en 1997 y 'El hombre de la máscara de hierro' en 1998), las revistas de la época celebraron la llegada de esta película como si fuese 'El padrino', ya que se les habían acabado las pegatinas y los pósteres con la cara de Jack Dawson, el personaje de DiCaprio en 'Titanic'. ¿Puede haber algo mejor que una película con Leonardo DiCaprio? Sí: una película con dos DiCaprios. Eso pensamos todos los incautos que pagamos por ver esta descacharrante (y no es una comedia) reinvención del mito de D'Artagnan pasada por un filtro de telenovela: gemelos malvados (los dos interpretados por DiCaprio), traiciones por amor y cabelleras inusitadamente limpias para la pobreza que asolaba París en aquella época, 1662. Sólo sirvió para que DiCaprio perfeccionase su ahora clásica expresión de rabia contenida, con su cara enrojecida donde resalta el azul de sus ojos llorosos. Muy fotogénico, sí, pero una película muy mediocre.CordonEran otros tiempos y el feminismo se basaba en poner a mujeres que se comportaban como hombres, pero seguían siendo sexies. Sharon Stone es una pistolera que clama venganza contra un villano con el nada sutil nombre de John Herodes, cuyo hijo bastardo es DiCaprio. El actor apostó por una solvente combinación de chulería y autoengaño (dos de sus especialidades) que quedó eclipsada por una campaña promocional centrada en lo bien que le quedaban los pantalones de cuero a Sharon Stone. DiCaprio era el reclamo adolescente, público que el 'western' no ha buscado jamás. Un desastrito, vamos.CordonCuentan que Clint Eastwood (director de 'J. Edgar'), famoso por rodar una o dos tomas para poder irse a su casa a seguir farfullando insultos contra el progreso, se entendió fatal con un Leonardo acostumbrado a que le digan exactamente qué debe hacer. Se nota en cada fotograma de 'J. Edgar'. DiCaprio es un actor que siempre opta por recursos inesperados, pero aquí la ausencia de pautas directoriales le empujaron a tirar de trucos manidos y predecibles que resultan incómodos para Leo y para el espectador. La careta de plástico que le pusieron para simular la vejez de Edgar Hoover sólo puede ser fruto de las ganas de Eastwood de irse a cazar antes del almuerzo."Gatsby tenía una sonrisa tranquilizadora que se enfrentaba al mundo entero y se concentraba en ti con un irresistible prejuicio a tu favor". Sólo DiCaprio se atrevería a aceptar un personaje descrito de forma tan rimbombante por la 'voz en off'. El actor parecía el único que se tomaba en serio su trabajo en esta película, personificando la nostalgia americana por un mundo que nunca existió y guiándose por las descripciones de la novela de Scott Fitzgerald. Todo esto a falta de que el director, Baz Luhrmann, le dijese qué demonios tenía que hacer. Al final, claro, la película no despega.CordonSeguro que a sus 19 años Leo quería ser de mayor Robert De Niro. La inspiración de la escuela de los 70 sale a pasear cada vez que se cabrea o Lady Gaga le abrasa el brazo con sus caderas. En 'Vida de este chico' DiCaprio aborda un papel emocional con la seguridad de que el guion es tan tópico y De Niro está tan aburrido que podrá destacar como lo poco salvable de un película floja. La filmografía de Leo suele entrar bien en cualquier momento, pero esta es mejor dejarla para el domingo por la tarde.CordonEn el año 2000, con 26 años y ya convertido en estrella, se esperaba con gran interés el siguiente paso. Pero ni 'Spiderman' ni 'Star wars'. DiCaprio optó en 'La playa' por un drama antropológico, robándole el papel al actor ya contratado (Ewan McGregor), que se enteró por teléfono de que no sería el protagonista y no ha vuelto a hablar al director, Danny Boyle. La arrogancia del hombre blanco transformada en estupidez mediante siniestros diálogos que ahuyentaron a las 'dicapriers' para siempre. Todavía le faltaba mucho para conquistar al resto del mundo...CordonSi alguna vez os preguntan cómo era el cine de los 90, esta película es la respuesta. Una mujer cuyo padre lleva 17 años vegetal va a visitar a su hermana con cáncer acompañada por su hijo recién salido del psiquiátrico. Una serie de catastróficas desdichas que agotan al espectador emocionalmente y que abrieron a DiCaprio un capítulo en su trayectoria: casi siempre apuesta por personajes cuyo pasado mentalmente inestable no vemos en pantalla, sino que es narrado por algún personaje. Aquí sucede varias veces, por si nos hemos levantado para ir al baño en alguna de ellas. No, tampoco está entre sus mejores papeles.CordonCada viernes se estrena una película con este argumento y todas cumplen su función de entretenimiento de consumo rápido. A saber: un joven pero eficiente agente de la CIA debe adentrarse en una célula terrorista y aprende que el mundo no es tan íntegro como él soñaba. En 'Red de mentiras' DiCaprio explota una de sus mejores cualidades: cuando aparece en pantalla, el espectador quiere quedarse con él hasta el final. Aquí interpreta excepcionalmente relajado y hasta disfrutando de su personaje.CordonCon 19 años, '¿A quién ama Gilbert Grape?' supone la primera nominación al Oscar de DiCaprio, que llegó con un clásico cebo para la Academia: el hermano deficiente mental que inspira a los demás a ser mejores personas. Un drama generacional de mantequilla en el que si prestamos atención, se puede ver cómo Johnny Depp se da cuenta de que ese chaval llamado Leo le está robando la película en su cara. Aquí demostró su encanto inimitable.Sólo a Woody Allen la obsesión por la fama le llevaría a cuestionarse el sentido de la vida. DiCaprio fue una audaz elección para interpretar a una estrella adolescente que viste como un One Direction y que no tiene ni idea de qué hacer delante de todos esos fotógrafos. Magistral para los fans de Allen y curiosa para el resto del planeta, 'Celebrity' quedará para siempre como un testimonio de aquel año en el que DiCaprio habría ganado las elecciones presidenciales si se hubiera presentado. En cualquier país.CordonEl terrateniende esclavista Calvin Candie es un precipicio en la carrera de DiCaprio. El actor no supo o no quiso hacerle carismático. A punto estuvo de liarse a guantazos con Tarantino durante el rodaje. La dinámica anárquica del director, a quien le gusta probar ideas nuevas en cada toma, no fue terreno fértil para la profesionalidad estricta de DiCaprio. Este villano indefinido demuestra que la salvaje línea entre el horror y el humor necesita compenetración entre el director y sus actores.Pocos actores pueden sacar adelante a un villano sin que el guion le justifique. DiCaprio aporta la humanidad y el carisma que un contrabandista, engrandeciendo una película inofensiva gracias a la empatía que el actor siempre despierta en los espectadores. Todo se reduce a la labor básica de cualquier actor: convertir un cartón en una persona y recordarnos que hasta el mayor desgraciado fue un chaval con sueños alguna vez. También fue la última vez que Leonardo salió guapo en una película antes de envejecer 20 años de golpe. Adiós, galán. Hola, actor que define nuestra generación.CordonCon 20 años DiCaprio demostró que no tiene miedo a nada y por tanto está dispuesto a hacer cualquier cosa si cree en su personaje. Basada en la autobiografía del escritor Jim Carroll, condensa la visión impetuosa de la vida salvaje post-adolescente que nunca puede ni debe durar más de un año. Llega un momento en el que esnifar lejía deja de parecer una buena idea, pero la furia de esta película lleva la sublevación generacional hasta la línea de meta y DiCaprio se cuelga la medalla.CordonEsta película que está permanentemente a punto de ser brillante desvía la atención hacia "las manos que construyeron América" en perjuicio de sus personajes, tan anónimos como esas hordas de inmigrantes que cumplieron la pesadilla americana. Resulta emocionante ver cómo DiCaprio devuelve cada revés interpretativo de un Daniel Day-Lewis que no da crédito a que el niñato de 'Titanic' no se esté achantando y se pone más histérico en cada nueva escena.CordonEn sus inicios, DiCaprio ya estaba dispuesto a llevarse a quien fuera por delante. Aquí, con 21 años, interpretaba nada menos que al poeta Arthur Rimbaud. Para retratar su convulsa relación con Paul Verlaine, tan obsesiva como platónica, Leonardo besó por primera y única vez a un hombre en una pantalla. En una justificación innecesaria, DiCaprio aclaró que tuvo que emborracharse y cerrar los ojos para imaginarse que su compañero David Thewlis era una mujer, algo difícil de creer teniendo en cuenta el bigote que lucía Thewlis.CordonEl megalómano empresario Howard Hughes es una figura esencial para entender el siglo XX. Los personajes obsesionados por alcanzar su sueño son la especialidad de DiCaprio, quizá porque se identifica con su determinación y perfeccionismo. El entusiasmo con el que Hughes se enfrenta a cada persona que se cruza en su vida es el motor de una película que se habría desparramado en artificio y ruido de fondo si hubiera tenido un actor más indeciso que DiCaprio. Pero él está muy convincente.CordonSteven Spielberg salvó la carrera de DiCaprio. La crítica se había ensañado con 'La playa' y el personaje real del estafador Frank Abagnale fue una palmadita en la espalda y un tiempo muerto en la esquina del ring para retomar fuerzas. Relajado y caradura, DiCaprio era un emblema del sistema americano: no importa que seas una mentira, siempre y cuando generes dinero y lo hagas con desparpajo. Gran trabajo del actor.Sólo DiCaprio y Scorsese podrían convertir una historia convencional de cine negro en un melancólico cuento de terror universal. Ahí radica su gran éxito comercial, impulsado por un DiCaprio inédito. El actor se siente más cómodo cuando su personaje lo sabe todo y maneja los hilos, pero el detective Teddy Daniels está aturdido y se retrae. Leo no personifica el miedo tradicional a la violencia, sino el terror de la angustia por no entender el mundo que le rodea, algo que todos hemos sentido alguna vez.CordonEl proyecto era arriesgadísimo. Una adaptación contemporánea de 'Romeo y Julieta', con peleas de bandas, travestismo y música disco. En esta fiesta loca, el Romeo que construye DiCaprio es un triunfo: aporta al mito unas exultantes y contagiosas ganas de vivir, lejos de otros 'romeos' depresivos, y abraza la estupidez de todo héroe romántico sin caer en la parodia. Romeo es majete, pero también es un panoli al que DiCaprio presta todo su encanto. Esta extravagancia ahora icónica le valió el Oso de Plata al mejor actor en el Festival de Berlín. Ejemplo de cómo una interpretación brillante hace digna a una película deshilachada.CordonRodar una de mafiosos con el director de 'Uno de los nuestros' es el sueño de cualquier actor, pero DiCaprio no se dejó impresionar. Su interpretación sobria pero inquieta forjó el estatus que el actor disfruta desde entonces. Fue aquí donde todos aquellos que aún tenían prejuicios contra el actor se pasaron a su bando y, lo más importante, han ido a ver cada una de sus películas posteriores. DiCaprio es de los pocos actores actuales que garantizan calidad si encabeza un cartel.CordonDos horas en pantalla, solo, sin casi hablar y muy cabreado. El DiCaprio menos racional que hemos visto hasta ahora que utiliza todo su cuerpo para interpretar, dejando que sus ojos sean su único atisbo de una humanidad que, por otra parte, va perdiendo en pos de la superviviencia. Un rodaje salvaje en el que acabó hecho polvo y con la barba llena de pulgas, sudor que probablemente se verá recompensado con un Oscar que el mundo entero desea más que el propio actor.CordonLa reunión de la pareja de 'Titanic'. Esta parábola de la decepción de América consigo misma sugiere que lo mejor que le pudo pasar a Jack Dawson (el personaje de DiCaprio en 'Titanic') es no subirse a esa tabla. La química con Kate Winslet sigue intacta, pero aquí está intoxicada por el mundo real. El plano fijo del "cumpleaños feliz" radiografía la cara de DiCaprio pasando de la culpa a la lástima, el asco y la decepción. Una escena interpretada con las entrañas en la que el actor desaparece para encajar por todos nosotros un puñetazo en el estómago de nuestra civilización cobarde.Cinco años después seguimos sin entenderla, pero sí sabemos sentirla. El protagonista, Dom Cobb, recrea la obcecación acomplejada que DiCaprio ya personifica en 'Shutter Island', pero aquí la imaginación es ilimitada. DiCaprio es el gancho emocional de un universo puramente cerebral, precisamente porque él ha perdido la cabeza por Marion Cotillard (normal, por otra parte) y su instinto le impide disculparse por su egoísmo. Cuando un personaje no tiene nada que perder, sus deseos son su única razón para existir. DiCaprio se apodera de la película sin resultar el ególatra irritante que su personaje sí es en el guion. Él entiende muy bien lo que se siente cuando tu ambición es todo lo que tienes. Es lo que le ha llevado hasta donde está ahora.CordonTestimonio eléctrico de la entrega incondicional de DiCaprio con su mentor Scorsese. El actor, poseído por el monstruo de Jordan Belfort, esnifa cocaína en el culo de una prostituta, se arrastra por el suelo paralizado por las drogas y usa a un enano como bola de cañón confiando en que Martin sabrá darle sentido a este circo. Claro que sabe. Malentendida como una elegía a la corrupción moral, esta película es un espejo grotesco de los hijos del Watergate que ahora hacen el mundo girar movidos por instintos viscerales: el sexo, el poder y la violencia. A diferencia de otros actores, a DiCaprio no le preocupa que su personaje resulte perverso y desagradable para el espectador medio. Ya rechazó 'American Psycho' por miedio a dañar su imagen pública y aún debe estar lamentándose (el Dicaprio actual aceptaría sin dudar). Su trabajo en esta película es abrumador: no hay nada de Leonardo en Jordan Belfort. Aquí el actor es sólo un recipiente y, lo que es peor (o mejor), nos acaba vendiendo el condenado bolígrafo.CordonLa mejor película de DiCaprio. Ninguna de las 14 nominaciones del filme fueron para DiCaprio, en uno de sus trabajos más infravalorados. Si 'Titanic' fue la película favorita de todo el planeta, Jack Dawson (el personaje que interpreta DiCaprio) era la conexión con el público masculino: su espíritu aventurero y bohemio convenció a aquellos espectadores que sólo estaban ahí acompañando a sus novias. Con valentía y honradez clásicas, Dawson/DiCaprio heredaba el carácter de Robin Hood y Han Solo y dejaba que Rose/Kate Winslet vistiese el mensaje moderno. En 'Titanic' el amor no es una debilidad sino un placer más de la existencia y los ojos de DiCaprio se iluminan con cada momento porque podría ser el último. Y el espectador sabe que podría ser el último. Tras unos años de desprecio el público se ha reconciliado con 'Titanic' como el calculado espectáculo sentimental que es. Ni se hacían películas como 'Titanic' antes de ella ni se han hecho después, en un fenómeno que marcó a toda una generación y que a punto estuvo de devorar (por su grandeza) la carrera de DiCaprio. Se gasta más energía odiándola que disfrutándola como lo que es: cine más grande que la vida misma.