21 fotos¿Son realmente buenos los 20 discos más vendidos de la historia?Seguro que usted tiene alguno de estos discos en su casa. Pero, ¿hace cuánto no lo pone? Cinco críticos los escuchan ahora y sentencian 09 jul 2016 - 17:37CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceCon algún matiz que otro, hay unanimidad sobre cuáles son los discos más vendidos de la historia. Nosotros hemos cogido una lista que cruza los datos que ofrecen diferentes fuentes. Hemos excluido las bandas sonoras (por ser obras poco uniformes ya que incluyen a varios artistas) y los discos recopilatorios (por apostar por obras que reflejan una época). Dentro de las primeras se colarían entre los 20 más vendidos las bandas sonoras de 'El Guardaespaldas', 'Saturday night fever' y 'Dirty dancing'. Y en las recopilaciones entraría 'Their greatest hits (1971–1975)', de The Eagles, y 'One', de The Beatles. Lo que hemos hecho con la lista resultante es pedir a cinco críticos musicales que los escuchen hoy para ver cómo ha pasado el tiempo por ellos. ¿Son realmente obras maestras? ¿Debe usted lanzar alguno directamente a la basura? Lo hacemos en línea ascendente: el primero, el número 20 más vendido, y el último, el número uno.Que un disco de heavy metal se cuele en la lista de los 20 más vendidos de la historia es un gran mérito para sus autores. El llamado ‘Black Album’ (por su portada totalmente oscura) se editó un mes antes que 'Nevermind', de Nirvana. Más valor aún para este disco, que logró voluminosas ventas sin sonar al tan de moda 'grunge'. Todo lo comercial que puede ser un álbum de heavy metal está aquí: un sonido pulidísimo gracias a las labores de Bob Rock en la producción, canciones con estribillos, y hasta su baladita (ese ‘Nothing else matters’, el ‘Still loving you’ de Metallica). Son unos Metallica domesticados, lejos de aquellos intuitivos y salvajes (y creativamente mejores) primeros discos. Es un grupo más cerebral que pasional, actitud que ya no han dejado. Texto: CARLOS MARCOS Puntuación: 3 sobre 5. Número de ejemplares vendidos: 30 millones.Para algunos seguidores del autenticismo, Dire Straits se acabó cuando el hermano de Mark Knopfler, el guitarrista David, se largó de la banda porque no aguantaba al pequeño dictador que Mark llevaba dentro. Ya saben: "Aquí se hace lo que yo digo, que para eso soy el mejor". O sea, este grupo de fans duros se aferran a los dos primeros discos del grupo, de 1978 y 1979. Lejos queda este 'Brothers in arms' de 1985 con el que hicieron bailar a príncipes e infantas. Literal: en la gira posterior a la edición del disco, unos adolescentes Felipe, Elena y Cristina (cómo hemos cambiado) acudían a ver al grupo a Madrid. Por eso justificó la organización que empezara antes, con medio estadio fuera. Ah, los privilegios. El grupo de Mark llenaba, pero ya no mordía. 'Money for nothing', la canción estrella, es un rock inofensivo. Con todo, es de lo mejor. La parte central del álbum son cuatro temas propios de consulta de dentista, anestesiantes, con unos saxos de Michael Brecker el día que quiso sonar como Kenny G. El reto está en no quedarse dormido. Texto: CARLOS MARCOS Puntuación: 2 sobre 5. Número de ejemplares vendidos: 30 millones.Con el heavy de peluquería zumbándole a un lado, y los nuevos románticos consiguiendo que los tíos le quitasen el lápiz de ojos a sus novias, a mediados de los ochenta Bruce Springsteen quería seguir haciendo rock and roll. Estoica misión. En realidad, 'Born in USA' no es un álbum de rock and roll clásico. Y ni siquiera está entre sus cinco mejores discos. Pero tiene otros valores, como conseguir que un rockero sonara en las discotecas (con 'Dancing in the dark'); componer uno de los grandes himnos del rock, al que se sumaron, alegremente, tanto patriotas como críticos, sin saber muy bien de qué iba eso de 'Born in USA'… Pero sobre todo este disco consiguió convertir a su autor en un seguro para llenar estadios por todo el mundo. Y todavía es así. En los conciertos de Springsteen divisabas su figura a lo lejos, sí, pero puedes sentir salpicar su sudor. Texto: CARLOS MARCOS Puntuación: 4 de 5. Número de discos vendidos: 30 millones.La prueba fehaciente de que puedes hacer un trabajo en equipo y generar una obra maestra al mismo tiempo que te mueres de ganas por estrangular a todos y cada uno de los miembros de ese equipo. Paul y John no se hablaban, George les odiaba a los dos y Ringo… Bueno, Ringo estaba en su nube. Así se encontraban los Beatles en 1969. En realidad este es el último disco grabado por el cuarteto, aunque se publicó después ‘Let it be’, que se registró antes que ‘Abbey road’. Es un álbum de canciones soberbias aunque deslavazadas. El caso más claro: las dos piezas firmadas y cantadas por George Harrison, eternamente marginado por Paul y John. ‘Something’ y ‘Here comes the sun’ descubren a un compositor brillantísimo, que luego se constató con el mejor disco de un 'beatle' en solitario, 'All things must pass'. Hasta en el estertor final y en un ambiente turbio, el mejor grupo de la historia (no se pudo hacer más en menos tiempo) se sacó de la manga un álbum sublime. Texto: CARLOS MARCOS Puntuación: 5 de 5. Número de ejemplares vendidos: 30 millones.Se trata del álbum más vendido del siglo vigente, un fuera de serie capaz de medirse a pecho descubierto contra la crisis del mercado discográfico. Sus armas eran simples, pero efectivas: una buena voz, una historia personal y una producción sencilla, sin exceso de cacharrada. A sus 21 años, a Adele la había dejado su novio y ella le dedicó este disco. En principio, lo más fácil era incluirla en el saco del nuevo soul británico, con Amy Winehouse o Duffy, pero Adele tenía otra perspectiva y la industria supo entenderla. A ella no le interesaba solo la música negra americana, sino también la herencia blanca, y en ese cruce estaba el negocio. Un lustro exacto después (21 salió en enero de 2011) entendemos mejor la maniobra: Adele tenía una doble base de operaciones en el Reino Unido y en EE UU. La primera era su cuartel natural; la segunda, probablemente, el peaje necesario para un asalto mundial. Así que a su querencia por el desgarro soul le añadió la dosis justa de country y sonido campestre norteamericano. El resultado le permitió llegar a un público amplio y heterogéneo en el país de Obama y, de ahí, a la dominación planetaria. Sin embargo, la estrategia comercial no hubiera funcionado con cualquiera: sus méritos tenía la muchacha. Principalmente, su voz, no solamente bonita o sentida, sino también afinada. Pero también su madurez: donde Adele optó por la contención y el respeto a las canciones, otros habrían llamado al rompepistas de moda o habrían metido con calzador un dúo con un rapero millonario. Eso hizo de 21 un disco diferente. Aunque no todo el repertorio está al mismo nivel. Texto: TITO LESENDE Puntuación: 4 sobre 5. Número de ejemplares vendidos: 30 millones.Si hay dos baladas de películas que conoce desde la abuela al nieto pasando por el gato, esas son ‘I will always love you’, de la desdichada Whitney Houston, para ‘El guardaespaldas’, y ‘My heart will go on’, de Céline Dion, para ‘Titanic’. La banda sonora de ‘El guardaespaldas’ es el cuarto disco más vendido de la historia, pero no está incluido en esta lista porque hemos decidido prescindir de álbumes de películas y recopilatorios. Céline, sin embargo, incluyó su lacrimógena canción de 'Titanic' en su disco de 1997, 'Let’s talk about love', una hipérbole del gorgorito. Con dúos con Pavarotti, Barbra Streisand o los Bee Gees, la más de una hora de casi exclusivamente baladas se hace empalagoso y reiterativo. Tiene un primor de voz Céline, pero si eres capaz de aguantar hasta el final (premio para el caballero) su voz te rebotara cual bucle en la cabeza durante días. Texto: CARLOS MARCOS Puntuación: 2 de 5. Número de discos vendidos: 31 millones de ejemplares.Los ojos perfilados de Michael Jackson coronando una arquitectura fantasmagórica en la portada de 'Dangerous' son la ilustración perfecta de su transformación en criatura alienígena y su fascinación por las máscaras en los 90. 'Dangerous' representa al Michael Jackson más sofisticado, el que oscurecía su voz hasta convertirla en un susurro entre 'beats' y sintetizadores, el que se rodeaba de la producción más fastuosa de su tiempo y el que descubría que la épica góspel que había probado en 'Man in the mirror' era perfecta para abordar temas sociales (y pelín mesiánicos): ahí están 'Heal the world', 'Keep the faith' y 'Will you be there' para demostrarlo. En el otro extremo, la estilización tecnológica de 'In the closet', 'Jam' o 'Who is it'. En un punto intermedio, bombas comerciales perfectas como 'Black or white' y 'Remember the time'. El Michael Jackson de 'Dangerous' se hacía llamar Rey del Pop, facturaba vídeos carísimos, actuaba en Budapest vestido de astronauta y se iba transformando en un ídolo magnético e inaccesible. Antes de despegar definitivamente los pies del suelo, dejó este álbum barroco, grandilocuente y paranoico que hoy sigue sonando perfecto. Texto: CARLOS PRIMO Puntuación: 4,5 sobre 5. Número de ejemplares vendidos: 32 millones de ejemplares.Sí, definitivamente a los seres humanos nos gustan las baladas. Hasta 32 millones tienen en sus estanterías este 'Music box', de Mariah Carey, un trabajo casi al 90% compuesto por temas laxos. Los valedores de Carey, que aquel 1993 contaba con 23 años, quería demostrar: a) que la intérprete tenía, efectivamente, un vozarrón, y b) aprovechar que toda la raza humana andaba con las defensas bajas desde que uno año antes (1992) Whitney Houston nos pusiera tiernos con 'I will always love you', de la banda sonora de 'El Guardaespaldas'. Las dos cosas las consiguió este disco, que escuchado más de dos décadas después resulta una eficaz mecedora para un señor descanso. Ni siquiera la reinterpretación de 'Without you', de los gloriosos Badfinger (la mejor banda del mundo con la peor mala suerte) saca al álbum de una ramplonería desesperante. Texto: CARLOS MARCOS Puntuación: 1 sobre 5. Número de discos vendidos: 32 millones.Seguramente un 90% de los más de 30 millones de personas que tiene este disco en el salón de su casa lo compró solo por el tema que abre el álbum. 'Hotel California' es uno de los temas más radiados de la historia. Una extrañeza: sus seis minutos y medio se le atragantaban a los pinchadiscos, temerosos de que la impaciente audiencia cambiara de dial. Pero no, aguantó. Estamos ante un monumento del 'soft rock', canciones melodiosamente excelsas, voces mullidas, arpegios de guitarra pulidos, mecedores violines. Habitualmente esto remite a una cosa: aburrimiento. No aquí. 'New kid in town' es bellísima (gracias, J.D. Souther), 'Life in the fast lane' es la transición entre el rock y la música disco que luego llegaría, 'Wasted time' es tan meliflua como auténtica… Sigue siendo el disco perfecto para conducir largo rato por carreteras… a ser posible solitarias. Texto: CARLOS MARCOS Puntación: 5 sobre 5. Número de ejemplares vendidos: 32 millones.Es, probablemente, el disco conceptual menos conceptual de la historia. Apenas una idea argumental al comienzo del repertorio, y todo lo demás ya va a su aire. Cuando los Beatles editaron 'Sgt. Pepper's', muchos los daban por acabados; incluso cuando efectivamente se puso a la venta, no todo su público estaba preparado para una obra tan diversa, compleja y novedosa. Sin embargo, poco tardaría la crítica en señalarla como cumbre de su carrera. Es verdad que el álbum utiliza arreglos orquestales, fusiona el pop con la música oriental y abraza la psicodelia, pero no fue pionero en ninguno de esos aspectos. La diferencia estuvo en el presupuesto y la repercusión: quienes lo hicieron eran los Beatles. ¿Debemos, entonces, desmitificar sus logros? ¡De ninguna manera! Si acaso, contextualizarlos. La perspectiva histórica nos ha enseñado que: a) este disco no es el mejor de los suyos; b) aunque contiene grandes canciones (particularmente, el epílogo 'A day in the life'), aquí no están las mejores ni las más exitosas; y c) cometió la osadía de no incluir 'Strawberry fields forever'. Pero debemos agradecer a 'Sgt. Pepper's', más allá de su legendaria portada, la ambición (de Paul McCartney, fundamentalmente) en su gestación y en su presentación, que consolidaría el álbum como formato primordial para la música grabada, desde entonces y hasta la irrupción del mp3. Texto: TITO LESENDE Puntuación: 5 sobre 5. Número de discos vendidos: 32 millones.La vida es ecuanimidad. Se ve hasta en este 'ranking' de los discos más vendidos de la historia. De entre los 20, hay cuatro que podemos considerar rock fuerte con vocalistas masculinos (los que firman AC/DC, Led Zeppelin, Metallica y, no tan fiero, Meat Loaf), y otros tantos de baladas con voces femeninas (Mariah Carey, Adele y doblete de Céline Dion). La portada de 'Falling into you' es profusa en blancos, como la música, inofensiva. La mayoría son baladas edulcoradas y algún medio tiempo donde Céline se esfuerza por sonar pícara. Es un disco largo y descoyuntado al que cuesta una vida llegar al final. La versión de 'River deep, mountain high', que popularizara en una interpretación carnosa Tina Turner, en las manos de Céline parece merengue deshaciéndose en pleno verano. Texto: CARLOS MARCOS Puntuación: 1'5 de 5. Número de discos vendidos: 32 millones.El concepto de “alternativo”, poco antes puesto en entredicho por Nirvana (¿puede ser alternativo un producto de consumo de alcance masivo?) quedó plenamente desvirtuado con este rotundo disco de Alanis Morissette, el cual, al contrario de lo que muchos piensan, no era su debú sino el tercero de su carrera (de adolescente había publicado dos banales álbumes de 'dance-pop'). Uno de las primeras referencias del sello de Madonna (Maverick), y la más rentable de su historia, 'Jagged little pill' (“Pequeña píldora dentada”) actualizaba el perfil de cantautora y lograba un entente amistoso entre el 'grunge' áspero y el rock de estadio. Contenía tres joyas: 'You oughta know' (con la guitarra de Dave Navarro, de Jane's Addiction, y el bajo de Flea, de Red Hot Chili Peppers), 'Hand in my pocket' y la incontestable 'Ironic', todo compuesto por Alanis y el inevitable genio en la sombra, Glen Ballard. Texto: MIGUEL ÁNGEL BARGUEÑO Puntuación: 3'5 sobre 5. Número de ejemplares vendidos: 33 millones.Para 'Bad' (1987), Michael Jackson escribió 60 canciones, de las cuales grabó 30 con la idea de editar un triple álbum. Al final, Quincy Jones le convenció para que redujera la selección a 10. El resultado es una detonación impecable que asume ciertos riesgos en una época en la que la principal obsesión de Jackson era demostrar que su estatus de superestrella global (y su rostro recién estrenado) no le había alejado de sus orígenes. El título del álbum, la estética pandillera de aquellos años y las coreografías del vídeo del primer single hablan de eso, del artista que era capaz de sofisticar el 'slang' callejero y el lenguaje corporal de los bajos fondos. El resto es una hoja de ruta donde ya están todas las filias de Jackson: la conciencia social ('Man in the mirror'), los conflictos de la celebridad (el 'bonus track' 'Leave me alone'), el romanticismo edulcorado ('The way you make me feel'), los fantasmas de la masculinidad ('Bad', 'Smooth criminal') y la rareza excepcional de un tema como 'Liberian girl', un prodigio exótico cuya atmósfera siguen emulando productores tan actuales como Dev Hynes. 'Bad' no es 'Thriller', ni falta que le hace: es el Michael Jackson más creativo, inspirado y acorde con su época. Texto: CARLOS PRIMO Puntuación: 5 sobre 5. Número de discos vendidos: 34 millones.El epítome del rock machote. Robert Plant canta con la entrepierna, la guitarra de Jimmy Page exuda testosterona, John Paul John golpea en la boca del estómago con su bajo y John Bonham aporrea sus tambores como si fuera el chamán de un oscuro rito tribal. Este disco de los Zeppelin está marcado por incluir la balada más famosa del rock, la epopéyica 'Stairway to heaven'. Qué más da si algún pasaje es un plagio: en su conjunto es una pieza memorable, un tobogán de sensaciones. Pero hay mucho más en este álbum: rock salvaje (ese arranque de 'Black dog'), folk 'hippioso' ('The battle of evermore'), psicodelia juguetona ('Misty mountain hop'), experimentación ('Four sticks'), blues tenebroso ('When the levee breaks')… Un disco primario, agresivo, vicioso, un álbum que daba pleno sentido a aquella advertencia: “No deje salir a sus hijas de casa: los Zeppelin están en la ciudad”. Texto: CARLOS MARCOS Puntuación: 5 de 5. Número de discos vendidos: 37 millones.Afirmar que el mundo le debe una a esta señora que despachó una cantidad indecente de discos a finales de los años noventa, puede parecer casi una obscenidad. Pero lo cierto es que así es. Shania Twain hizo en 'Come on over' lo mismo que había hecho antes Garth Brooks: convertir el country en perfecto artefacto pop comestible para aquellos incapaces de nombrar un solo ingrediente de la salsa barbacoa. Producido por su esposo, Robert ‘Mutt’ Lage –el tipo ya tenía práctica en estos menesteres, pues había logrado con Def Leppard convertir lo aparentemente heavy en totalmente pop–, el disco se mantuvo más de dos años en las puestos más altos de las listas norteamericanas sin lograr jamás alcanzar el número uno, algo que parece tan incomprensible como que hoy celebremos la mutación de Taylor Swift –de muñequita country a diva ubicua y galardonada– y obviemos que Shania hizo lo mismo antes y, qué demonios, mejor. Texto: XAVI SANCHO Puntuación: 3 sobre 5. Número de discos vendidos: 39 millones.Fleetwood Mac nació como emblema y gloria del blues británico, pero terminó por facturar el disco definitivo del AOR californiano. ¿Qué es el AOR (Adult Oriented Rock)? Ese pop melódico disfrazado de rock, pero presentado con un sonido prístino para la radio FM. Mientras el punk abría (a patadas) una nueva vía artística en el Reino Unido, la veta dorada estaba realmente en EE UU, donde se multiplicaban las ventas de Boston, Electric Light Orchestra, Chicago, Steely Dan o, sobre todo, Fleetwood Mac, que parió su álbum definitivo entre rupturas sentimentales y rayas de cocaína. Es cierto que, en apariencia, su propuesta era conservadora: canciones de amor y desamor, melodías, coros bonitos, solos de guitarra y, en definitiva, mucha profesionalidad. Tanta ortodoxia procuró a 'Rumours' cifras estratosféricas y el desprecio eterno de la modernidad. Pasado el tiempo y superadas las circunstancias históricas, rascando en el repertorio de este disco encontramos un puñado de buenas canciones, excelentemente interpretadas. No hay filo, ni riesgo artístico, pero tampoco horteradas. Era un álbum intachable y agradable al oído humano en 1977, y sigue siéndolo hoy. Texto: TITO LESENDE Puntuación: 4,5 sobre 5. Número de discos vendidos: 40 millones.Imagine a Queen con un exceso de colesterol: se hará una ligera idea de cómo sonaba este épico disco, con un pie en el rock duro y otro en Broadway. Precisamente del teatro musical procedía el tejano Meat Loaf (aparecía en 'The Rocky Horror Show', función y película), lo mismo que el compositor neoyorquino Jim Steinman; del vozarrón de uno y las canciones de otro nació este compendio de sólo siete (largas) canciones de letras kilométricas y un sonido bipolar, que pasaba del rock and roll trepidante a la balada melodramática en un pestañeo. El papelón de producir todo esto recayó en el curtido Todd Rundgren, que salió airoso del trance. Por el disco planean influencias de los Who y Bruce Springsteen, pero no hay canciones realmente comerciales; eso no impidió sus ventas millonarias, en los días de la FM orientada a los álbumes y la desmesura rockera, contexto fuera del cual este disco no se entiende. Texto: MIGUEL ÁNGEL BARGUEÑO Puntuación: 3 sobre 5. Número de discos vendidos: 43 millones.Tecnología punta de la época al servicio de un grupo de rock, libertad artística y un mensaje conceptual que hacía bucle alrededor de las obsesiones del ciudadano moderno: trabajo, dinero, tiempo... Y la Luna, claro, que motivaba mucho porque la huella del hombre era entonces reciente. Este disco caló porque era su momento e hizo mella en el mercado estadounidense, en cuya lista se mantuvo más de 14 años. Pero también encontró un hueco en países no anglófilos, como aquella España en la que hizo un meritorio nº4 mientras triunfaba Serrat cantándole a Miguel Hernández. El sonido de 'The dark side of the moon', originalmente en el filo de la vanguardia, se ha mantenido sorprendentemente en forma: todavía hoy, el álbum sigue siendo referencia habitual en tiendas de Hi-Fi para testar aparatos. Es verdad que las décadas nos han curtido y algunos de sus versos pueden sonrojar por su candor, o algunos de sus argumentos pueden parecernos simples. Esto pasa mucho, en general, con el rock conceptual de los 70. Sin embargo, el tiempo no ha erosionado la belleza de melodías como 'Time/Breathe', ni la fuerza de ese blues adornado que es 'Money'. Solo hay que reconquistar el hábito perdido de sentarse y escuchar sin prisas. Texto: TITO LESENDE Puntuación: 5 sobre 5. Número de discos vendidos: 45 millones.Antes de que se quedara medio sordo y sin voz, y antes de la llegada de Simeone al Atlético de Madrid, Brian Johnson hizo suya la frase: “Si se cree se puede”. Nadie (solo el tipo más tozudo del mundo, Angus Young) creía que otro vocalista podría hacer olvidar a Bon Scott, el fiero cantante de AC/DC, fallecido en 1979. Seguramente la tarde misma después de enterrar a Bon, Malcolm Young y Angus se pusieron a componer frenéticamente y les salió este pedazo de disco, el responsable de que el rock duro entrase hasta en las zonas residenciales de clase alta. Engarzadas casi sin pausa, ninguna canción de este álbum baja el nivel. Todas son obuses. Angus Young se convierte en el tipo que te va a arreglar el día con sus epilépticos punteos de guitarra. Con los años (ya han pasado 36) el disco ha ido ganando, seguramente porque no se ha vuelto a hacer un álbum de rock rudo tan soberbio con este. Texto: CARLOS MARCOS Puntuación: 5 sobre 5. Número de discos vendidos: 50 millones.Este disco es grande por varias razones. Con ayuda del productor Quincy Jones, Michael Jackson reformuló el R&B (siglas eufemísticas con que la industria denomina la “música hecha por negros”), ligándolo al pop, fulminando la música disco y definiendo el sonido de los ochenta. Su influencia es alargada: sus ecos se escuchan en canciones actuales de Rihanna y estrofas de The Weeknd. La participación de Paul McCartney en 'The girl is mine' anticipó la moda de las colaboraciones, excepcionales por entonces e imprescindibles hoy. Sus canciones se dividen entre buenas y buenísimas; es perfecto de principio a fin, más aún si pensamos que su sonido iridiscente no está programado por ordenador, sino tocado por músicos de carne y hueso, incluida la formación de Toto al completo. Una escucha atenta descubre primorosos detalles, como el colosal solo de guitarra de Eddie Van Halen en 'Beat it'. Obra maestra absoluta. Texto: MIGUEL ÁNGEL BARGUEÑO Puntuación: 5 sobre 5. Número de discos vendidos: 65 millones.