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Porque lo digo yo
Columna
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Cautivo de mi físico

Carta abierta a Mario Casas: “Tu también has padecido la tiranía de un físico imponente, pero has salido victorioso”

Hugo Silva y Mario Casas, en el festival de San Sebastián.
Hugo Silva y Mario Casas, en el festival de San Sebastián.Cordon press

He notado que en la serie de televisión donde trabajo, cuando en un capítulo la trama decae, automáticamente hay una escena donde salgo ligerito de ropa, como se suele decir: “mostrando cacha”. Es un recurso de lo más frecuente. Y no es que me extrañe, soy consciente de que estoy to bueno y que efectivamente mi físico me ha abierto muchas puertas (incluidas las automáticas), pero sí que me molesta un poco, porque considero que soy algo más que una cara bonita y un cuerpo hercúleo y también, por qué no decirlo, me da pena: el actor que hay en mí sufre cuando ve que está oculto tras una hermosa fachada y que irremediablemente ha perdido la partida. Y ahora permitidme una licencia:

Carta abierta a Mario Casas:

Querido Mario:

¡Cómo me inspiras! Tú también has padecido la tiranía de un físico imponente, pero has salido victorioso. Has conseguido sobreponerte, abrirte paso a machetazos en esta selva de frivolidad, mostrando al mundo al actor y solo al actor. ¡OLE!

Te escribo esta carta abierta porque en esa batalla me encuentro yo ahora mismo (bueno, ahora mismo no, ahora estoy escribiendo esta carta). Porque a pesar de ser un actor de carácter pero también de matices, capaz de soltar mis replicas sin tartamudear, pronunciando bien las erres trabadas, en mi marca, sin tapar a ningún compañero, riendo cuando tengo que reír, llorando cuando tengo que llorar… etcétera. A pesar de eso, me siguen viendo como a alguien bello y nada más, y claro se aprovechan de esta circunstancia… ¿pero que te voy a contar a ti?

Sé que no puedes hacer nada, que esta guerra la tengo que librar yo solo, pero el hecho de compartirlo contigo me ayuda.

Un abrazo cómplice de tío bueno a tío bueno.

PD: Si coincides con Hugo Silva, coméntale lo mío.

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