14 fotosLas imágenes del Ramadán 2015Los musulmanes viven en riguroso ayuno desde el amanecer hasta la puesta de sol durante 30 días 18 jun 2015 - 17:14CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlace"Las madres se afanan en preparar lo mejor de su repertorio gastronómico, los hijos conversan con los padres a la caída del sol y los progenitores narran historias sobre sus antecesores. Es un mes en el que se refuerzan el tradicional lazo paterno filial" explica Riay Tatary, presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE) y responsable de la Comisión Islámica de España. En la imagen, unos niños afganos estudian el Corán, el primer día del Ramadán, en una mezquita de Jalalabad, Afganistán.Noorullah Shirzada (AFP)Inmigrantes musulmanes durante la oración al comienzo del mes de Ramadán, en Ventimiglia, en la frontera italiana con Francia, donde han llegado tras una difícil travesía por el Mediterráneo desde el norte de África.LUCA ZENNARO (EFE)El ayuno en el mes de ramadán se realiza en las horas de sol. Solamente se puede comer antes del amanecer y después del atardecer. Cada año el mes en el que se celebra Ramadán cambia en torno al mes lunar. En la imagen, niños palestinos sostienen linternas tradicionales o 'Fanous' que se utilizan para dar paso al mes sagrado de los musulmanes, en Rafah, al sur de la Franja de Gaza.SAID KHATIB (AFP)¿Todo el mundo puede practicar el ayuno? Según los preceptos islámicos, el ayuno es deber del musulmán adulto, sano de juicio, saludable, residente (que no esté viajando), bien sea hombre o mujer. En lo que respecta a la mujer, debe estar fuera de la menstruación y del puerperio. En la imagen, mujeres musulmanas indonesias oran la mezquita Al-Akbar de Surabaya, Indonesia.Robertus Pudyanto (Getty Images)Los hombres de Bahrein se preparan para el mes de ayuno y se reúnen cerca de la playa para buscar la luna creciente, en el pueblo de Karzakan, al sur de Manama.MOHAMMED AL-SHAIKH (AFP)Hay cuatro hechos que invalidan el ayuno y obligan a pagar el kaffāra, que consiste en liberar a un esclavo o ayunar dos meses, sino, se puede dar de comer a 60 pobres. Esos hechos son: comer, beber o tener relaciones sexuales durante la abstinencia, masturbarse, vomitar intencionadamente o realizar cualquier acto que invalide el ayuno siendo consciente de sus consecuencias. En la imagen, una mujer musulmana lee el Corán en una mezquita de Yakarta, Indonesia.Tatan Syuflana (AP)Ante el inicio del Ramadán, la CIE pide a los empresarios que flexibilicen los horarios de trabajo para hacer coincidir el fin de la jornada laboral con la ruptura del ayuno, que se produce al llegar el ocaso. Este hecho está reglamentado por un acuerdo de cooperación del Estado Español con la Comisión Islámica de España y dice que "los miembros de las Comunidades Islámicas pertenecientes a la Comisión Islámica de España que lo deseen, podrán solicitar la interrupción de su trabajo los viernes de cada semana, día de rezo colectivo obligatorio y solemne de los musulmanes desde las 13,30 hasta las 16,30 horas, así como la conclusión de la jornada laboral una hora antes de la puesta del sol, durante el mes de ayuno". Las horas deberán ser recuperadas sin compensación alguna. En la imagen, una mezquita de Surabaya, al este de la isla de Java, abarrotada de fieles que asisten a las primeras oraciones del mes del Ramadán.JUNI KRISWANTO (AFP)En la fiesta del final del Ayuno también es típico que los musulmanes hagan regalos a los niños, se les vista con ropa nueva y acudan a la mezquita para la primera oración de la mañana. Al salir del rezo, toda la familia acude al cementerio a recordar a sus parientes fallecidos y por la tarde visitan a familiares y amigos. En la imagen, un panadero paquistaní prepara vermicelli, un tipo de pasta muy consumido durante el Ramadán, en Rawalpindi, Pakistán.AAMIR QURESHI (AFP)Una profesora árabe enseña a un grupo de niñas musulmanas la forma apropiada para rezar durante el Ramadán, en la mezquita Rosada de Datu Saudi Ampatuan, al sur de Filipinas.RITCHIE B. TONGO (EFE)Detalle del Corán que está leyendo un inmigrante durante la oración a la salida del sol en el malecón del cruce fronterizo de San Ludovic, entre Italia y Francia.ERIC GAILLARD (REUTERS)El presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE) y responsable de la Comisión Islámica de España, Riay Tatary, ha explicado que el mes de Ramadán, además de cumplir una función religiosa, tiene una sanitaria (purificar el cuerpo), mental (fortalecer la voluntad) y moral (hacer comprender lo que sufren las personas privadas de alimento) y sirve para estrechar los lazos familiares y sociales. En la imagen, un mercado yemení donde los musulmanes compran y se preparan para el mes de ayuno, en el que no comen desde que amanece hasta que se pone el sol, pero una vez que se hace de noche, las familias se juntan para reponer fuerzas con un menú a base de dátiles, sopa Harira, shebakia y cordero.Hani Mohammed (AP)La noche del decreto Lailat ul Qadr recuerda la noche en que el Profeta Muhammad recibió la primera revelación del Corán, el libro sagrado de los musulmanes que, entre otras muchas cosas, establece, los limites en las relaciones entre individuos y entre el individuo y la comunidad. Durante esta celebración, que tiene lugar durante los diez últimos días del mes, los musulmanes oran y leen el Corán desde el amanecer hasta el crepúsculo. En la imagen, un niño habla a su padre durante las oraciones tarawih, antes de Ramadán, en Kuala Lumpur, Malasia.OLIVIA HARRIS (REUTERS)Aid el Fitr, la fiesta del final del Ayuno, tiene, a su vez, dos momentos cumbre: la oración de la ruptura del ayuno y la entrega de una limosna en especies, generalmente comida, a personas necesitadas (Zakat al Fitr). "Lo comúnmente aceptado es que la Zakat el Fitr consista en el equivalente a cuatro manos llenas, aunque siempre es conveniente añadir un poco más, de pasas, dátiles, grano o queso. Sin embargo, si no es posible dar alimento, entonces se puede entregar dinero", apunta Tatary, al tiempo que precisa que es "una manera de conseguir que se preocupen los unos por los otros" y que los musulmanes "rechacen la acumulación excesiva de bienes". En la imagen, un hombre lee el Corán en la Gran Mezquita en Saná, Yemen.KHALED ABDULLAH (REUTERS)