28 fotosAgadez, en Níger: kilómetro cero de la inmigraciónMiles de migrantes africanos cruzan Níger en camionetas rumbo a Europa Níger - 29 may 2015 - 18:13CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinBlueskyCopiar enlaceUn grupo de migrantes sentados en la parte trasera de un camión, justo antes de salir de viaje a través del desierto.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Nassirou, inmigrante de 19 años natural de Nigeria, lleva un turbante para protegerse del polvo durante la travesía a través del desierto en uno de los camiones repletos de africanos como él que quieren llegar a Europa.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Inmigrantes en situación irregular esperan para subirse a un autobús que les llevará desde la ciudad de Niamey, en Níger, hasta Agadez.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Migrantes de Burkina Faso sebajan de un autobús a su llegada a la ciudad de Agadez, en el desierto nigerino.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Un hombre camina por delante de una pizzería en la ciudad de Agadez, al borde del desierto del Sáhara y una de las más pobres de Níger, que a su vez es el país más pobre del mundo.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Nassirou, nigeriano de 19 años, posa en Agadez. Desde que mil inmigrantes se ahogaran en el Mediterráneo en el mes de abril, se ha agudizado la atención internacional en el fenómeno migratorio y en la inseguridad que sufren las personas que inician el camino hacia Europa.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Bouso Mammadou, de 24 años y natural de Nigeria, posa para un retrato en Agadez, ciudad de tránsito de los migrantes africanos en su periplo hacia Europa. La mayoría de los jóvenes que emprenden este viaje escapan de la pobreza en la que viven en sus países, como Burkina Faso o Benín.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Seidou, nigeriano de 19 años, posa para un retrato en Agadez. Los migrantes que emprenden el camino hacia Europa se enfrentan a numerosos peligros durante su viaje: bandidos, sobornos por parte de autoridades locales y contrabandistas son habituales en su lucha diaria.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Sanoussi, migrante de 28 años.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Un clérigo enseña a un grupo de alumnos en una escuela islámica cercana al mercado central de la ciudad de Agadez.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Chanclas junto a la puerta de la escuela islámica de Agadez, donde se debe entrar descalzo.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Un hombre repara un aparato eléctrico en su tienda, en el mercado central de Agadez.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)El alcalde de Agadez, Rhissa Feltou, posa para una fotografía en su despacho.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Una niña camina por delante de un montón de ramas que serán utilizadas para la construcción de viviendas en Agadez.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Tres migrantess de Benín duermen sobre unas alfombras en Agadez mientras esperan a que haya algún vehículo disponible para empezar su viaje a través del desierto con destino a Libia.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Una imagen del emblemático minarete de Agadez, pintado en la puerta de un edificio en esta ciudad desértica.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Un hombre permanece sentado sobre su motocicleta en el mercado central de Agadez.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Baroo, inmigrante de 19 años, posa para un retrato en Agadez.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Naossirou, migrante de 18 años, posa para un retrato.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Un grupo de migrantes hace cola para subir a uno de los camiones que les llevarán a través del desierto.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Un grupo de migrantes observa cómo un hombre coloca sus cosas en la parte trasera de un camión con el que, previsiblemente, iniciará su viaje a través del desierto.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Un migrante sentado en la parte trasera de un camión sostiene una garrafa de agua en vuelta en un paño húmedo para evitar que se caliente.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Los migrantes que emprenden su ruta por el desierto llevan estas imprescindibles garrafas de agua envueltas en trapos húmedos.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Un migrante se cambia de zapatos mientras se prepara para subir a un camión en la ciudad de Agadez.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Mounssirou Alassaane, de 17 años, trabajaba como sastre en su país, Benín, antes de decidirse a emigrar.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Ismael Fousseni, de 16 años, es de Benín.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Idriss Alassaane, de 15 años, era aprendiz de mecánico en Benín.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)Las luces de un vehículo iluminan las piernas de los migrantes sentados en la parte trasera de un camión que atraviesa una polvorienta carretera rumbo al desierto. Es noche cerrada, atrás ha quedado la ciudad de Agadez.AKINTUNDE AKINLEYE (REUTERS)