11 fotosTragedia en el ‘Mediterráneo de Asia’Casi 2.000 inmigrantes ilegales han sido rescatados en los últimos días en aguas de Tailandia, Indonesia y Malasia. Una de las barcazas ha sido rechazada por varios países y ha sido abandonada a su suerte 15 may 2015 - 14:29CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceLas autoridades tailandesas proporcionaron alimentos y agua a los 400 inmigrantes naufragados, informaron fuentes oficiales. La nave entró en aguas de la provincia de Satun, según una de las fotos publicadas por los medios locales. Una decena de inmigrantes falleció durante el viaje debido a las extremas condiciones de supervivencia dentro del barco, según relataron otros afectados por la tragedia, que tiraron sus cuerpos al mar.CHRISTOPHE ARCHAMBAULT (AFP)Las autoridades tailandesas prometieron enviar mecánicos al barco para que reparen el motor de la embarcación y que pueda continuar su camino, según el medio Phuketwan. En la imagen, varios inmigrantes Rohingya se tiran al agua para recoger paquetes de alimentos lanzados desde un helicóptero por el Ejército tailandés.CHRISTOPHE ARCHAMBAULT (AFP)El volumen de inmigrantes ilegales en la región se ha disparado desde que Tailandia comenzó, a principios de mayo, una campaña contra las mafias de traficantes de personas en su territorio, tras descubrirse un campamento clandestino con tumbas en las junglas del sur del país. En la imagen, tres hombres trasladan la comida recogida a otras personas que se han quedado en el barco.CHRISTOPHE ARCHAMBAULT (AFP)Los birmanos Rohingyas, de confesión musulmana, son considerados por las Naciones Unidas una de las minorías más perseguidas en el mundo. Son más de un millón de personas, según un recuento oficial. Una gran parte de ellos está directamente afectada por una ley birmana que les niega la ciudadanía tras graves disturbios religiosos en 2012 en el Oeste del país.CHRISTOPHE ARCHAMBAULT (AFP)Los rescates en el mar de Andamán se han disparado desde el pasado fin de semana, ilustrando la grave crisis migratoria en el 'Mediterráneo de Asia'. Indonesia rescató a 582 bangladesíes y rohingyas el domingo pasado y devolvió a alta mar a un barco con otros 400, después de proporcionarles alimentos, agua y carburante. Malasia salvó a algo más de un millar, también bengalíes y rohingyas, entre el domingo y el lunes en el archipiélago de Langkawi, y ha devuelto a aguas internacionales dos barcos. En la imagen, dos migrantes se reparten la comida proporcionada por el Ejército tailandés.CHRISTOPHE ARCHAMBAULT (AFP)Las autoridades tailandesas proporcionaron alimentos y agua a los 400 inmigrantes naufragados en el mar de Andamán.CHRISTOPHE ARCHAMBAULT (AFP)Niños con aspecto de hambrientos viajaban en la nave que entró en aguas de la provincia de Satun. Una decena de inmigrantes falleció durante el viaje debido a las extremas condiciones de supervivencia dentro del barco, según relataron otros afectados por la tragedia, que tiraron sus cuerpos al mar.CHRISTOPHE ARCHAMBAULT (AFP)El subdirector para Asia de Human Rights Watch, Phil Robertson, condenó la decisión tailandesa de dejar partir el navío y afirmó que "Malasia y Tailandia está jugando un partido de ping pong" con las vidas de estos inmigrantes.Christophe ARCHAMBAULT (AFP)Tailandia, que durante muchos años fue acusada por la comunidad internacional de favorecer el tráfico de personas en su territorio, ha reaccionado al convocar para el próximo 29 de mayo una cumbre de emergencia que contará con la presencia de quince países, entre ellos Malasia, Indonesia, Birmania, Bangladesh, Estados Unidos y Australia, para tratar de dar una respuesta a la dramática situación humanitaria que se vive en el mar de Andamán.Christophe ARCHAMBAULT (AFP)Más de 50 policías tailandeses fueron sancionados recientemente por haber colaborado con los traficantes. Estos castigos no parecen haber superado sin embargo el nivel de una transferencia administrativa. "Por primera vez, el gobierno tailandés se ha tomado a cargo la lucha contra el tráfico de seres humanos", dijo el responsable para Tailandia de Human Rights Watch, Sunai Phasuk.Christophe ARCHAMBAULT (AFP)