La danza maorí del príncipe Enrique

Se le han declarado en matrimonio, se ha reencontrado con su profesora de la infancia, ha realizado una comisión de servicios de cuatro semanas en las Fuerzas Armadas australianas e incluso ha declarado sus ganas de ser padre. Todo eso es lo que está dando de sí la visita oficial de Enrique de Inglaterra a Australia y Nueva Zelanda. La última cita de su agenda ha sido demostrar su ritmo al unirse a un grupo de militares para bailar una danza de guerra maorí.

Enrique de Inglaterra, junto con otros 30 soldados, se subió al escenario del campo militar Linton (Wellington) para bailar el Ngati Tumatauenga (Tribu de guerra), que honra a los caídos en batalla y las operaciones militares pasadas. Tan solo tuvo 20 minutos para aprenderse los pasos, ayudado por un instructor (el oficial Brett Pene), así que el príncipe mostró durante los minutos que duró la danza absoluta concentración en el baile, tan solo con algunos fallos en la letra. “Fue un poco difícil aprender los pasos y las palabras, así que creo que lo hizo muy bien”, le alababa más tarde ante los periodistas el oficial, y añadió que el príncipe no podía dejar de sudar y que se sintió un poco frustrado.

El Segundo hijo de Carlos de Inglaterra y la fallecida princesa Diana, quinto en la línea de sucesión al trono británico tras el reciente nacimiento de la princesa Carlota, empezó su quinto día de visita oficial en Nueva Zelanda en el centro de adicciones Odyssey. Allí conoció a Zeb King, quien le contó al príncipe su estancia de tres meses en prisión y le enseñó un dibujo que le ha hecho a su hijo. “Es increíble… eres un genio”, le dijo.

Su visita por tierras neozelandesas todavía no ha terminado… todavía queda por verle en un viaje en canoa por el río.