Los que esperan apuntan su número de la fila en los brazos. La imagen es de una cola en las puertas de Bicentenario en Maracaibo.stringer (REUTERS)Las filas continúan dentro de los establecimientos, donde apenas hay productos para elegir. Los bienes más buscados son: leche, café, arroz, papel higiénico, azúcar, jabón y aceite de maíz.jorge silva (REUTERS)Una mujer espera en una cola a entrar en un supermercado de Caracas. Al principio de la semana el Gobierno pareció restarle importancia a las filas, pero hacia el final de la semana prefirió reconocer el desabastecimiento y salvar su responsabilidad argumentando que el sector productivo nacional adelanta “una guerra económica” en su contra.jorge silva (reuters)En un esfuerzo por tratar de garantizar que los bienes más buscados —leche, café, arroz, papel higiénico, azúcar, jabón y aceite de maíz— alcancen para todos, los supermercados han regulado su venta, pero la demanda supera cualquier previsión. En la imagen, un supermercado en Caracas prácticamente vacío.jorge silva (REUTERS)La Guardia Nacional controla el acceso de los clientes a un supermercado en la capital venezolana. En Catia, al oeste de Caracas, una multitud saqueó el jueves un camión que transportaba pañales, otro de los productos muy demandados en estos días, mientras esperaba en una fila.jorge silva (REUTERS)Un cajero cuenta con notas en bolívares venezolanos en un supermercado estatal en Caracas.Carlos Garcia Rawlins (REUTERS)Para evitar que la violencia campe las grandes cadenas distribuyen los alimentos escoltados por su propio personal de seguridad y la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).jorge silva (reuters)Los clientes caminan por pasillos prácticamente vacíos. En la imagen se observa cómo el mismo producto se coloca en una sola fila para dar la sensación de que los estantes están llenos. La imagen es de un supermercado en Caracas.Carlos Garcia Rawlins (REUTERS)El desabastecimiento siempre es más marcado a principios de año, pero las escenas de desespero y las largas filas en esta época del año, que se repiten en casi todo el país durante varias horas al día, sí son una novedad.stringer (reuters)
