Guillermo y Kate dicen adiós a Nueva York

“A la triste memoria de aquellos que murieron el 11 de septiembre y con admiración por el valor mostrado en la reconstrucción” decía la nota del ramo de rosas blancas que los duques de Cambridge depositaron en la placa del vuelo 93 en el Memorial del 11S (lugar escogido por la New York Port Authority) ayer por la mañana, bajo una fuerte tormenta, en el primer evento de su último día en Nueva York.

Kate Middleton se protegió del vendaval con un abrigo rosa de Mulberry, mientras paseaban alrededor de las fuentes conmemorativas del World Trade Center y conocían el nuevo museo dedicado a las víctimas. La pareja estaba visiblemente emocionada, según los empleados que les acompañaron y resolvieron sus dudas, como la que le surgió a la duquesa sobre la reacción al monumento por parte de las familias de las víctimas; un tema algo controvertido, que el presidente del memorial capeó con un hay “muchas perspectivas distintas”, pero “la mayoría aprecian lo que se ha hecho”.

Este ha sido uno de los momentos más emotivos de su tour americano, por Nueva York y Washington, de casi tres días que hacían con fines benéficos. Un objetivo cumplido con creces, ya que al parecer solo en la primera cena privada a la que asistieron el domingo en la casa de Sir Martin Sorrell, consejero delegado del grupo WWP, recaudaron dos millones de dólares de entre los 30 invitados que acudieron para la American Friends of the Royal Foundation que los dos presiden junto al príncipe Enrique.

Una cantidad que habrían superado anoche en su última noche en la ciudad en una gala que conmemoraba el 600 aniversario de la universidad St. Andrews, donde se conocieron. La mesa costaba 107 mil euros y además hubo subastas. Entre los invitados conocidos que pagaron mesa o el cubierto a ocho mil euros, estaban Tom Hanks, Anna Wintour, Mary-Kate Olsen y su prometido Olivier Sarkozy.

Frente de la escalinata del Museo Metropolitan, donde se celebró la gala, les esperaban multitud de fans neoyorquinos que gritaron a los duques a su llegada, como se han estado volcando en el resto de actos públicos por la ciudad.

Kate Middleton eligió un vestido azul noche con amplio escote de Jenny Packham, que ya habría lucido en un evento en 2013. Fue su look más de princesa en todo el viaje, aunque según los niños del centro de Harlem que visitó el lunes no lo necesitaba para parecerlo. “Pensaron que ella era la princesa de Frozen”, contó alguien del centro.

La prensa americana ha seguido con gran cobertura cada detalle de sus visitas. Como ayer, que después del Memorial del 11S, los duques acudieron a The Door, otra fundación de ayuda a jóvenes; y se reunieron con gente de la cultura, la moda y el espectáculo en el evento más casual Creativity is Great. Entre los invitados estaban el actor Patrick Stewart, el productor Harvey Weinstein, la diseñadora de Marchesa, Georgina Chapman; o la directora creativa de J. Crew, Jenna Lyons, con quien Kate tuvo enseguida mucha química, al contrario que con Beyoncé, como destacaron algunos medios.

De todos los eventos, la gala del Metropolitan fue el que más expectación y curiosos atrajo, después del partido de baloncesto al que acudieron la noche anterior, en el que incluso salieron en las pantallas centrales de la cancha. La prensa americana (y de todo el mundo) se levantaba ayer con las fotos de la Realeza británica conociendo a la ‘realeza estadounidense’: los Duques saludando a Beyoncé y Jay-Z, y fotografiándose con El Rey LeBron James. Una imagen que, por cierto, provocó ríos de tinta y tuits, porque el famoso baloncestista se saltó el protocolo pasando su brazo por encima del hombro de  Kate al entregarles dos camisetas, una de ellas para el príncipe Jorge.

Con los hashtaghs #RoyalVisitUSA, #WillandKate o simplemente #Royalty, el público americano ha seguido atento en las redes sociales cada paso y foto de los Duques en este breve viaje al que pusieron fin nada más acabar la cena del Metropolitan.