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La revista ‘Bunte’ asegura que Alberto y Charlene viven separados

La publicación alemana informa de que la princesa de Mónaco huyó hace unos días a Suiza Tras la mediación de su padre, volvió a palacio y mantiene una tensa relación con su marido

El príncipe Alberto y Charlene, durante el Baile de la Rosa, el sábado 29 de marzo de 2014.
El príncipe Alberto y Charlene, durante el Baile de la Rosa, el sábado 29 de marzo de 2014.AP

El calendario de las bodas reales señala que en el mes de julio, Charlene y el príncipe Alberto de Mónaco deberían festejar con toda la pompa que se merecen los miembros de la realeza, su tercer aniversario de boda. Pero si se cree lo que dicen los medios que se ocupan de informar sobre las alegrías y desventuras de las casas reales, como la revista alemana Bunte, es muy posible que ese aniversario nunca se celebre.

La revista anuncia en la portada de su último número que Charlene y Alberto acordaron separarse secretamente desde hace bastante tiempo y que todas las apariciones públicas, como la que hicieron el fin de semana pasado en el famoso Baile de Rosa del Principado, obedece solo a un protocolo artificial que pretende ocultar la verdadera realidad que afecta a la pareja. “El matrimonio de los príncipes es solo una fachada”, afirma Bunte.

“El ambiente en palacio es hostil y la pareja tiene, desde hace mucho, dormitorios separados”, una costumbre que no es extraña en las habitaciones reales pero una realidad que resulta extraña en una pareja joven .

Nadie sabe cuándo comenzó la crisis, pero todo el mundo asegura que la dimensión del fracaso matrimonial quedo en evidencia cuando el Príncipe Alberto viajó a Sochi para estar presente en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno y la princesa, en lugar de acompañar a su marido, prefirió buscar el calor del mar caribeño, en la idílica y exclusiva isla St. Barth y la compañía de un grupo de señores que nadie conocía hasta que las fotos del encuentro fueron publicadas en Bunte.

La presencia de la princesa en la isla caribeña fue descubierta por un paparazi que fotografió a Charlene muy cariñosa con un grupo de hombres. La revista alemana sacó las fotos en su primera página bajo un título malicioso. “Princesa, ¿Qué estaba usted pensando?. Estas fotos no le gustarán al príncipe”, señalaba la revista y concluía: “la princesa se suelta el pelo”.

Cuando la princesa regresó al palacio comenzó la tragedia. ¿Hubo un escándalo de celos? Según Bunte y otros medios, Charlene huyó de Mónaco y buscó refugio en la casa de amigos en Suiza. Gracias a la intervención directa de su padre, la princesa regresó a Mónaco, pero herida en su orgullo, decidió boicotear, el 14 de marzo, la fiesta de cumpleaños de su esposo.

El palacio monegasco como es lógico, no ha querido dar detalles de la desgracia familiar y todo su empeño radica en mostrar imágenes de la pareja que tienen la difícil misión de mostrar al mundo que la pareja sigue estando unida como parecía estarlo el día en que se casaron.

Según Bunte, la última prueba de fuego que debería demostrar la paz familiar o un nuevo indicio de la crisis, era el famoso Baile de la Rosa. En efecto, la pareja real se dejo fotografiar, pero el hermoso rostro de Charlene no era el espejo de una esposa feliz.

Si la pareja deseaba demostrar al mundo que aún siguen enamorados, el resultado ha sido un fracaso total. La mímica de ambos parecía tensa, el lenguaje corporal distanciado” señala la revista en su página web.

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