9 fotosLa iglesia que acoge a toda ÁfricaDesde que esta iglesia metodista de Johannesburgo ha abierto sus puertas a los refugiados en 2001 ha acogido a más de 30.000 personas 27 feb 2014 - 19:57CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceUna mujer descansa con sus tres hijos en una cama improvisada en una habitación del interior de la Iglesia metodista de Johannesburgo.JORDI MATASMathias Gwaimani, de 22 años, zimbabuense. “Soy huérfano y la familia que me acogió me abandonó, me dijo que me fuera”, explica vestido de blanco impoluto y una gorra de lado delante del colchón que ocupa cada noche. Ahora, con 22 años trabaja regularmente y acude a la Universidad de Johannesburgo, donde espera diplomarse de Gestión de Recursos Humanos en 2016.JORDI MATASRuth Psileb pasa la mayor parte del día en el interior de la iglesia. Le han asignado la planta superior y por suerte hay luz y unas condiciones que le permiten cuidar de su nieto Abkle, de ocho años. A veces ayuda a las refugiadas que trabajan cuidando a sus hijos, casi como si fueran esa hija que perdió hace unos años. Tiene 55 años aunque aparenta una década más.JORDI MATASEl pasillo de la Iglesia metodista de Johannesburgo convertido en un dormitorio para acoger a los refugiados.JORDI MATASPaul Verryn, de 61 años. Es la cara y el alma de esta Iglesia ocupada desde hace 12 años y su leyenda se agranda más cuando la dirección eclesiástica metodista le relegó de obispo a simple reverendo castigándolo por refugiar a los necesitados. A sus 61 años no parece afectado ni impresionado. En democracia se enfrentó a Winnie Mandela, que en su juicio por el secuestro de un adolescente de Soweto acusó en falso a Verryn de abusos sexuales a críos.JORDI MATASPeter Moyo, zimbabuense de 46 años. Es uno de los que lleva más tiempo en el albergue, ocho años. Su mujer y tres hijos siguen en Zimbabue. No tiene trabajo y se muestra “agradecido con el obispo” porque le da un “techo” pero al mismo tiempo no esconde su “decepción” por no haber conseguido algo más que esta iglesia. “Nunca me imaginé estar tantos años viviendo aquí”, admite.JORDI MATASGetrude Mandya, de 61 años. Vive en la Iglesia desde 2006 y desde hace un año prepara la comida para los que no se pueden mover y no pueden salir a buscarse la vida.JORDI MATASLos refugiados condividen los cuartos en los que cada uno, poco a poco, va conquistando su rincón.JORDI MATASLos huespedes de la iglesia se organizan para comprar, compartir y cocinar la comida en las instalaciones del templo.JORDI MATAS