Galliano gana otra vez a Dior
Un tribunal de París ha confirmado en apelación que el diseñador puede ser considerado exempleado de la firma y de John Galliano SA, y tiene derecho a revisar su despido fulminante
El titular elegido por Vogue era retrospectivo y premonitorio a la vez: Galliano in the wilderness (Galliano en la naturaleza (salvaje). La fotógrafa Annie Leibovitz había retratado al modista gibraltareño como un alma perdida y reencontrada en pleno acto de contrición. Fue en julio de 2013, y era la primera entrevista que daba Galliano, para la edición estadounidense de la revista, tras su tristemente famoso arranque de ira, plagado de imprecaciones antisemitas, en el café de La Perle, en París. El affaire, en 2011, le costó su puesto de director creativo de Dior (desde 1996), una condena en los tribunales franceses y el ostracismo de la mayoría de sus pares. Pero el modista, que se ha disculpado en varias ocasiones por ese episodio, no está dispuesto a dejar que se marchite sin más su legado en la casa de alta costura por excelencia de París.
El couturier ha ido reincorporándose progresivamente a la vida pública tras varias curas de desintoxicación, lo que el presidente de la Anti-Defamation League de EE UU, Abraham Foxman, denominó como "el peregrinaje de un hombre que intenta aprender y repara su error". Primero fue el encargo de diseñar el vestido de novia de su musa, la modelo Kate Moss. Luego vino su residencia de la mano de Óscar de la Renta, cuyos frutos pudieron verse en la New York Fashion Week. Ahora, Juan Carlos Antonio Galliano-Guillén (de padre gibraltareño y madre española) sigue batallando en los juzgados contra su antiguo empleador, Dior, y con la firma que lleva su nombre, John Galliano SA.
Galliano demandó a Dior por despido improcedente, a lo que los abogados de la casa respondieron afirmando que su antaño diseñador creativo era un mero colaborador, no un empleado de la casa. Sin embargo, un tribunal de París ha confirmado ahora en apelación que la jurisdicción competente para tratar la demanda es el Conseil des prud'hommes, similar a un juzgado de lo social, y con capacidad de arbitrar entre las partes. En otras palabras: Galliano sí puede ser considerado un exempleado de Dior y de John Galliano SA, y tiene derecho a que sean revisadas, por la jurisdicción laboral, las condiciones de su despido fulminante.
El tribunal también ordena a las firmas, que habían intentado que la demanda fuera vista por un tribunal mercantil, las costas del recurso y 2.500 euros. Nada comparado con los seis millones de euros que, se estima, reclama Galliano a las casas de costura como indemnización por los perjuicios que le habría generado su despido.
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