Míster Hacendado
Ya podía haberme avisado Esperanza de la ascensión de Roig al olimpo antes de que servidora le pusiera aquí a caer de un burro. Bah, cosas que se dicen un día tonto, Juanito
He llamado a consultas a Esperanza y o me da una explicación convincente, o rompo relaciones diplomáticas. A Aguirre no, mujer, que está liadísima haciéndole la cama a Rajoy, imponiendo a su niño bonito Ángel Carromero como peón en Nuevas Generaciones y preparando su declaración estelar ante Ruz como testigo de la trama Gürtel. Hablo de la vidente Esperanza Gracia, evidentemente. Sí, hombre, la astróloga de papada de pelícano que anuncia su consultorio telefónico con el mítico “si algo te atormenta, te inquieta, te perturrrba”, mientras agita los anillos poseída por el baile de San Vito. La bruja madre del aquelarre de María Teresa Campos, valga la redundancia. La pitonisa de cabecera de Telecinco, alelado, que no te enteras. Esa.
Resulta que teníamos un acuerdo marco para que me soplase cualquier movimiento en el organigrama del curro, pero date que llego ayer de una baja por los sofocos del climaterio y me encuentro con que una trepa de gerencia me ha trincado el sillón ergonómico. Que está preñada de semana y media, y que tiene prioridad el embarazo sobre la osteoporosis, me espeta. Ella, que tiene tres meses menos y diez fertilizaciones in vitro más que mi menda. Total, que a mis trienios, aquí me tienes, hecha un ocho en un taburete de diseño y espérate tú que no me manden a cubrir la manifa más cutre de la agenda. Seguro que a Roberto Arce, que acaba de pasar de comunicador estrella a reporterillo de calle porque lo manda Vasile I de Mediaset España, tampoco le dio el queo la adivina de la cadena y no tuvo el pobre margen de maniobra. Roberto, tranquilo, colega: la cosa no es como empieza, sino como acaba.
Como que estoy pensando en quemar mis naves y mandar el currículo para gobernanta del Mercadona de Serrano, a ver si intimo con Aguirre, que es clienta desde que lo inauguraron. Ahora que se van a dejar de paquetes y van a apostar por el género del día, soy la aspirante perfecta. A fresca no me gana nadie. A manipuladora, de alimentos o de lo que se tercie, no tengo rival ninguna. Y a cortadora de trajes, o del bacalao mismamente, no me supera ni Adriana Ugarte en El tiempo entre costuras. Ni a eso, ni a fondos invertidos en ese templo del consumo. Entre la anticelulítica Deliplus efecto Fukushima para los muslos, la sosa cáustica Bosque Verde para la pluma y el chocolate negro Hacendado para las bajonas, llevo un Congo gastado en ese emporio. Ahora, para partidazo, Juan Roig, el patrón de la casa. Míster Hacendado en persona. Vale que no es un Adonis precisamente, pero, con permiso de Guindos, ha subido varios puntos en mi ranking de machos alfa desde que Forbes le ha proclamado segunda fortuna de España después del zar Amancio.
Y ese es precisamente el otro contencioso que tengo con Esperanza. Aguirre no, cansino, que bastante tiene la pobre con sus sortilegios al inquilino de La Moncloa. Me refiero a la hechicera. Ya podía haberme avisado de la ascensión de Roig al olimpo antes de que servidora le pusiera aquí a caer de un burro por decir que los españoles nos quejamos de vicio y lo que tenemos que hacer es trabajar como chinos. Bah, cosas que se dicen un día tonto, Juanito. El que vale, vale, y el que no, a Empresariales, que le dijeron a Iñaki. También lo dijo Díaz Ferrán, capo que fue de los patronos, y ahora no tiene ni para una lata de fabada Hacendado en el economato del talego.
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