Las fotos de Kate en biquini son un “atentado contra su privacidad”

Un turista- los fotógrafos profesionales están prohibidos en la isla- pilló a Kate Middleton en biquini en unas recientes vacaciones en Mustique, en el Caribe, donde la duquesa acudió en compañía de su esposo, el príncipe Guillermo, y de sus padres y hermanos. El palacio de St. James, residencia oficial del príncipe de Gales, ha condenado el proceder de la revista italiana Chi que publica las imágenes en su edición de este miércoles. "Estamos decepcionados por la decisión de publicar las fotografías de los duques durante unas vacaciones privadas. Es es una clara violación del derecho de la pareja a la privacidad". No es la primera vez que Guillermo y Kate son fotografiados durante unas vacaciones. El pasado mes de septiembre sucedió lo mismo con unas imágenes de la pareja captadas en el sur de Francia, en las que la duquesa se había desprendido de la parte de arriba de su biquini.

La lucha de la casa real británica con la prensa es algo que viene de lejos. En varias ocasiones ha sido la propia Isabel II quien ha reclamado a los editores de los periódicos y revistas que no interfieran en su vida privada. La reina ha hecho especial hincapié en que dejen tranquila a Kate ante el temor de que sufra la misma persecución que en su día padeció Diana de Gales. En el Reino Unido el llamamiento de la Isabel II ha sido tenido en cuenta, no así en otros países. Los medios de comunicación de Silvio Berlusconi no solo no ha atendido a la recomendación real sino que se han convertido en los mayores consumidores de imágenes de la joven pareja. La revista 'Chi' fue además la misma que mostró la imagen agonizante de Lady Di hace siete años.

El valor de estas fotos es mayor ya que se trata de las primeras en las que se puede observar al natural el embarazo de Kate.En ellas se ve a la duquesa, embarazada de su primer hijo, caminando en biquini por una playa con el príncipe Guillermo.

El año pasado, esta misma revista Chi publicó un reportaje de 26 páginas en el que se veía a Kate sin la parte superior de su bañador durante unas vacaciones en el sur de Francia. A continuación los abogados de la pareja llevaron a cabo una medida cautelar en una corte francesa en un intento por detener la venta y distribución de las fotos en toples. Un tribunal de París falló que los editores de Closer debían  entregar las fotografías originales  o enfrentarse multas diarias de 10.000 euros. Las imágenes fueron entonces  publicados en otras revistas europeas, ya que la sentencia no afectaba a publicaciones fuera de Francia. Tanto la revista Closer como Chi son propiedad de ex primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.

Las fotos de Catalina, de 31 años, tomadas en Francia ascendían a 300, aunque muchas eran de tan escasa calidad que no tenían nivel suficiente para ser publicadas. También se dijo entonces que algunas fotos podían ir más allá del mero toples: la directora de la publicación dio a entender que tenían fotos más picantes que las publicadas pero que no tenían intenciones de publicarlas. “Hay fotos íntimas que no se han publicado y no vamos a publicar. Probablemente otros diarios decidan publicarlas”, declaró entonces la directora de Closer. Aparentemente, en esas fotos aparecería Kate cambiándose la pieza inferior del bañador. Pero la verdadera pesadilla de palacio fue un vídeo de la pareja que nunca se llegó a ver.

La publicación de las fotos de Mustique es el último de una serie de problemas de la duquesa. Después del escándalo de las fotografías en toples se vio obligada a admitir en diciembre que estaba esperando su primer hijo, previsto para julio. Ella había planeado guardar el secreto noticia, pero en la octava semanas de embarazo cayó enferma y tuvo que ser ingresada tres noches en el King Edward VII. Su estancia se vio empañada por la broma de dos presentadores que acabó con el suicidio de Jacintha Saldanha, la enfermera que contestó el teléfono.