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El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Renfe rebaja el AVE

La compañía baja el precio del billete para ganar pasajeros y mejorar la rentabilidad

Marcos Balfagón

Hasta que China le pasó por delante, España presumía de ser el país con más kilómetros de AVE. La red de alta velocidad, en la que ya se han invertido 46.000 millones de euros, ha sido el proyecto de infraestructuras más ambicioso. Se trataba de conectar Madrid con todas las capitales de provincia o, como dijo José María Aznar, que todo español pudiera tener a 30 kilómetros de su casa una estación del AVE. Veinte años después de tan triunfalistas propósitos, se impone el realismo. El número de pasajeros que toman el AVE es insuficiente para garantizar su rentabilidad global, por lo que Renfe ha decidido bajar los precios. A partir del 8 de febrero la tarifa general se reducirá en un 11% y se podrán comprar paquetes de 10 viajes por un 35% menos, además de otras reducciones.

Pese a que todos los Gobiernos han insistido en las bondades de la alta velocidad, esta no ha logrado convertirse en el factor de estímulo económico que se auguró que sería, y aunque es cierto que permite viajar de una forma más rápida, esta ventaja está solo al alcance de las élites económicas de las poblaciones por las que pasa.

Los precios a los que se venden los billetes convierten el AVE en un servicio prohibitivo para la mayor parte de la población, especialmente ahora que la crisis ha hundido el poder adquisitivo de las clases medias y bajas. El resultado es que la línea más concurrida del AVE, la que une Madrid y Sevilla, alcanza apenas 14.000 pasajeros por kilómetro y año, una cifra muy alejada de los 59.000 que tiene la de París-Lyon y más aún de los 235.000 que alcanza la línea Tokio-Osaka, en Japón.

Se da además la circunstancia de que conforme se abrían líneas de alta velocidad iban cerrándose otras cubiertas por trenes regionales, de modo que para muchos ciudadanos la única opción ferroviaria es ahora el AVE, que es estupendo en cuanto a rapidez, confort y seguridad, pero no se lo pueden permitir. En estos casos, en lugar de vertebrar el país, lo que ha hecho el AVE es acentuar las diferencias sociales y contribuir a desertificar muchas de las zonas intermedias con menor población. Bienvenida pues la rectificación. La cuestión es si será suficiente.

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