James Franco y su empeño en ser el nuevo hombre del Renacimiento

James Franco, a partir del 6 de septiembre, añadirá a su currículo de actor, escritor, productor, guionista, pintor, cantante y director de cine una nueva faceta, la de diseñador. Ese día, coincidiendo con la Fashion’s Night Out organizada por la revista Vogue, el coprotagonista de Spiderman,presentará su primera línea de camisetas, que ha realizado para la marca de vaqueros 7 For All Mankind. Su debut en el mundo de la moda se limita, de momento, a cuatro modelos ilustrados con imágenes de las fotografías Polaroid que él mismo tomó mientras rodaba los vídeos promocionales de la firma. Pese a que, aparentemente, su primera incursión en la moda pueda parecer modesta, las prendas no son precisamente baratas. Quien quiera llevarse a casa una de sus creaciones estampada con el autógrafo del autor, deberá desembolsar 89 dólares (alrededor de 71 euros).

Con este nuevo proyecto, Franco ahonda en su relación con 7 For All Mankind, para quien ha dirigido una serie de cortometrajes para sus colecciones de primavera y, ahora, para la campaña de este otoño que pueden verse en una web establecida a propósito. En ellos han colaborado la modelo Lily Donaldson o las actrices Lou Doillon y Cody Horn. Los cortos publicitarios son un ejemplo más del interés por la dirección del actor, una inclinación que documentales y películas como Sal o My Own Private River en las que, además de ponerse tras la cámara, también ha coescrito, protagonizado y producido a través de su compañía Rabbit Bandini.

Franco, de 34 años, es una rara avis en Hollywood. Tras doctorarse en Filología Inglesa por la unviersidad de Yale, en 2010 publicó una colección de cuentos titulada Palo Alto, —como la ciudad californiana en la que nació— que mereció el reconocimiento del rotativo británico The Guardian, para volver a realizar un año después otro doctorado en Literatura Creativa en la misma Universidad.

Franco, de 34 años, es una rara avis en Hollywood

Aunque hasta ahora es su carrera como actor la que mayor reconocimiento y éxito le ha reportando, las inquietudes del intérprete son variadas y en algunos casos bastante excéntricas. Un ejemplo de su extravagancia artística es su Museo de Arte No Visible a través del que vende por Internet obras que no existen cuyos precios oscilan entre uno y 10.000 dólares. Kickstarter, la página web en la que pueden adquirirse piezas como Aire fresco o Paz perfecta, es la misma que utilizó para lanzar su musical El imperio contraataca. Esa no es la única correría de Franco en el mundo de la música. En julio de 2011 editó junto a la drag queen Kalup Linzy el disco Turn it up, justo dos meses después de que en la Bienal de Venecia protagonizara una perfomance en la que, rodeado de mujeres desnudas, se grabó en la piel con una cuchilla el nombre del actor Brad Renfro, fallecido en 2008 por una sobredosis de heroína.

El intérprete, nominado a un Oscar por la película 127 horas y maestro de ceremonias de la 83ª entrega de los premios junto Anne Hathaway, que, por cierto, recibió críticas bastante negativas, está también muy comprometido con el cine de temática gay. Fue el novio de Sean Penn en Mi nombre es Harvey Milk y el poeta de la generación beat Allen Ginsberg, homosexual declarado, en Howl (Aullido). Ahora está inmerso en el remake de la película de 1980 A la caza, que protagonizó Al Pacino y que cuenta la historia de un policía que se sumerge en el submundo sadomasoquista de Nueva York para capturar a un asesino en serie de homosexuales. Hoy, también estrena en Venecia, dentro del marco del Festival, Rebel , la última película de Harmony Korine, donde hace un papel entre matón y chulo.

En definitiva, el actor no para y ahora resta por saber si los múltiples talentos de los que hace gala se pueden rentabilizar en todos los campos que toca. En cuanto su aventura como diseñador puede estar satisfecho, 7 For All Mankind ha orquestado perfectamente el lanzamiento y coincidirá con la presentación de su próxima colección que ha grabado el propio actor. Todo parece estar detallado en un guion en el que no hay hueco para la improvisación o el azar.