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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

A vueltas con Bankia

Las autoridades deben evitar cualquier burbuja que perjudique a la entidad e irrite a Bruselas

El presidente del Banco Central Europeo (BCE) advirtió que el Gobierno y los reguladores españoles habían gestionado mal la crisis de Bankia. Tanto el ministerio de Economía como el Banco de España tomaron decisiones equivocadas sobre las fusiones de la entidad con otras cajas, favorecieron una salida a Bolsa que ha resultado ruinosa para los accionistas e iniciaron una puja disparatada sobre sus necesidades de capitalización que irritaron a las autoridades europeas. En los últimos días, los accionistas han asistido a un estallido especulativo que triplicó el valor del título y ha vuelto a provocar la irritación lógica de las autoridades europeas, puesto que los fondos europeos ampliarán el capital de la entidad para consolidar sus balances.

Economía, el Banco de España y la Comisión del Mercado de Valores están obligados a cuidar la evolución de Bankia. Sobre todo cuando está a punto de solicitar la ayuda europea de urgencia “justificada y cuantificada” para el rescate de la entidad. La CNMV debería investigar los movimientos de compraventa que provocaron la burbuja especulativa. El FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) tuvo que recordar a a los compradores en busca de ganancias rápidas que los accionistas tendrán que corresponsabilizarse de las pérdidas de la entidad. Y esta es una de las muchas tareas pendientes del Ejecutivo.

El Gobierno se está enfrentando a la crisis de Bankia y a las exigencias del rescate bancario con una actitud poco transparente. A pesar de haber estado negociando en Bruselas formas para mitigar las perdidas de los propietarios de preferentes —entre los que hay decenas de miles de particulares—, el Gobierno no ha explicado con claridad, por ejemplo, que la ayuda a la banca española sólo llegará si los accionistas, bonistas y esos suscriptores de preferentes de los bancos intervenidos aceptan la parte de la pérdida que les corresponde.

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Está claro que los accionistas perderán en proporción al grado de dilución de sus participaciones que se produzca cuando se realice la ampliación de capital de Bankia con el dinero europeo. Pero en el caso de los tenedores de bonos y preferentes, parece necesario aprobar una ley que permita imponer quitas a los títulos y después abrir una negociación que determine cuáles serán esas pérdidas. Economía, Banco de España y el FROB, sin embargo, siguen guardando silencio sobre este punto, a pesar de ser decisivo para concretar el rescate suave de la deuda.

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