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El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Gestas en femenino

Los Juegos Olímpicos de Londres sí harán historia por ser los primeros en los que todas las delegaciones aportan mujeres

SOLEDAD CALÉS

Decir que la cita del viernes en Londres será histórica es decir bien poca cosa, si se tiene en cuenta el abuso que se hace en el mundo del deporte de este concepto. Y, sin embargo, esta vez, es cierto que los Juegos Olímpicos de Londres harán historia incluso antes de iniciarse cualquier competición porque en ellos, y por primera vez en el largo periplo de los Juegos, habrá mujeres en todas las delegaciones nacionales.

El camino ha sido tortuoso, pero Londres 2012 ya se puede colocar esta medalla una vez que la presión internacional ha hecho posible que, por fin, Kuwait, Catar, Brunei y Arabia Saudí, los cuatro países que aún se resistían, hayan aceptado llevar mujeres en su delegación, a pesar de que algunos ulemas clamen contra el deporte femenino, que compromete la virginidad de las niñas, dicen, y hace en general a las mujeres más vulnerables al pecado. Los prejuicios son de tan profunda naturaleza que muchas deportistas de élite siguen hoy entrenando bajo la amenaza de los fundamentalistas y, desde luego, fuera de la mirada de un público mixto.

Habrá quien opine que esta pica en Flandes es aún bien poca cosa. Algunas de las atletas admitidas lo harán a título de inventario y sin posibilidades siquiera de clasificarse para las pruebas finales, lo que es natural, habida cuenta de que en sus países respectivos no se promociona el deporte entre las niñas y el entrenamiento es dificultoso. Otras competirán envueltas en incómodos ropajes que ocultarán su pelo y sus formas de mujer. Pero llamarán la atención de la misma manera que ahora sorprende ver a nuestra tenista Lily Álvarez compitiendo en 1924 con falda larga y medias blancas, un atuendo no muy adecuado para los rigores estivales sobre las canchas.

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Lo dramático es que tras los Juegos esas deportistas árabes volverán a casa y seguirán enfrentándose a las dificultades cotidianas. Las demás quedarán, como es habitual, silenciadas por los medios, que reservan sus espacios a unos pocos deportes; por supuesto, masculinos.

Habrá que esperar a la próxima cita olímpica para verlas a ellas avanzar, competir y protagonizar nuevas gestas.

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