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Valérie Trierweiler cierra la boca para no perjudicar a Hollande

La primera dama será discreta en el Elíseo pero ejercerá como periodista

François Holland habla con su compañera, Valérie Trierweiler, el 15 de julio de 2012.
François Holland habla con su compañera, Valérie Trierweiler, el 15 de julio de 2012.BERTRAND LANGLOIS (AFP)

Valérie Trierweiler, la pareja del presidente François Hollande aspiraba a asumir un papel de primera dama independiente y sin ataduras, alejado del modelo tradicional. Pero la enorme polémica suscitada por su explosivo tuit de hace un mes, en el que apoyaba al tránsfuga socialista opuesto en las legislativas a la expareja de Hollande y madre de sus cuatro hijos, Ségolène Royal, la ha obligado a rectificar. Desde entonces, se ha mantenido alejada de los focos y su cuenta Twitter ha entrado en hibernación. Después de los llamamientos a la discreción de varios miembros del Gobierno, el propio Hollande ha tenido que intervenir este fin de semana para dar por zanjado el asunto. A partir de ahora, Trierweiler tratará de cumplir con el difícil ejercicio de compañera del presidente discreta por una parte, y periodista en activo por la otra.

Parafraseando la expresión francesa que se utiliza para  pensarse dos veces una cosa antes de hablar, -girar la lengua en la boca seis veces antes de hablar-, la periodista concedió este fin de semana en un desplazamiento del presidente a Brest, en el oeste de Francia, que hará lo propio con “el pulgar antes de tuitear”.

Un mes después de que el tuit protagonizara las portadas de medio mundo, el presidente Hollande se decidió a hablar del asunto, consciente de que el episodio suponía el primer golpe a su imagen de presidente normal, en oposición a su hipermediático antecesor, Nicolas Sarkozy. “Los asuntos privados se arreglan en privado”, explicó en una entrevista a la televisión, con motivo de la fiesta nacional francesa. “Los franceses quieren las cosas claras y que el líder que han elegido dirija el Estado sin interferencias”. Pese a todo, defendió la decisión de su compañera de seguir trabajando como periodista y admitió que el papel de primera dama no está definido y “no es fácil” de asumir. “Cuando el protocolo lo exija, estará a mi lado”.

La periodista sigue escribiendo para Paris Match, donde ha renovado un contrato que prevé que publique dos reportajes culturales mensuales. El primero se lo dedicó a la biografía de una colega de profesión y de destino, la exprimera dama estadounidense Eléonor Roosevelt. El texto era una respuesta a los críticos con su decisión. “¡Anda ya! Una first lady periodista no es una novedad”, comenzaba el artículo. “Por supuesto, hay que trasladarse al otro lado del Atlántico para encontrar a este caso único y que no se arme un escándalo”.

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