11.000 niños soldado salvados en 2010
Fotograma del cortometraje Aquel no era yo.
Los niños no casan con las guerras, especialmente cuando son forzados a participar en ellas. Miles de menores en al menos 15 países del mundo son obligados cada día a servir a guerrillas y ejércitos tomando las armas, ejerciendo peligrosas labores de rastreo o convirtiéndose en esclavas sexuales. Desde Myanmar a Colombia, pasando por Afganistán, el Chad, Somalia o la República Centroafricana, los menores son robados en sus propias casas y obligados a pasar por salvajes bautismos de fuego que les impidan huir o dar un paso atrás. Drogados o amenazados, niños que difícilmente pueden cargar con su arma cometen las atrocidades más innombrables en conflictos alimentados por intereses ajenos.
Estos datos fueron recordados el pasado 12 de febrero, Día internacional contra la utilización de menores soldados, durante la presentación del cortometraje Aquel no era yo. Un grupo de cinco organizaciones españolas (Alboan, Amnistía Internacional, Entreculturas, Fundación El Compromiso y Save the Children) apoyaron el lanzamiento de esta película, dirigida por el realizador Esteban Crespo y filmada íntegramente en nuestro país. El corto describe la relación entre Kaney, un niño soldado de algún país africano, y Paula, una cooperante española, cuyos caminos se cruzan por azar cambiando cada una de sus vidas.
Aquel no era yo es algo más que una nueva llamada de atención sobre esta indignidad del siglo XXI. La originalidad con la que se ha concebido y ejecutado este proyecto es considerable y abre el camino a otros esfuerzos parecidos. La producción ha contado con apoyos improbables (como el del Ejército de Tierra, que prestó vehículos acorazados y armamento), con un original sistema de financiación basado en el crowdfunding (a través de la plataforma Lánzanos) y con el uso activo de redes sociales.
El mensaje es tan claro como esperanzador: a pesar de las dificultades, existe la posibilidad de poner fin a esta locura. Solo en 2010, más de 11.000 niños y niñas soldados fueron liberados y rehabilitados en países como Sudán, la República Democrática de Congo o Myanmar. La prevención de los alistamientos y la desmovilización de los menores son prioridades evidentes de este proceso, pero los programas de rehabilitación y reinserción de los niñas y las niñas juegan un papel igualmente importante. Como expresa un antiguo niño soldado de Sierra Leona citado por las ONG, “Ser un soldado no es difícil: o te acostumbras o te matan. Lo más duro es conseguir vivir con tus recuerdos y volver a ser tú mismo después de haber hecho las cosas que has hecho".
Las organizaciones involucradas en esta lucha recuerdan la importancia de mantener los recursos que financian los programas de reinserción, pero insisten también en la necesidad de revitalizar las ofensivas políticas, presupuestariamente menos sensibles:
- Incluir en el próximo reglamento español de la Ley de Asilo el reclutamiento forzoso de niños soldado como motivo de solicitud de asilo.
- Promover la ratificación universal del Protocolo facultativo de la Convención sobre los derechos del niño relativo a menores soldados.
- Promover la adopción de un Tratado Internacional sobre el comercio de armas que impida la transferencia de armas cuando hay riesgo de vulneración del derecho internacional humanitario o de los derechos humanos.
No pasen página con este asunto. Ayuden a convertirlo en una de las historias de éxito de nuestra generación, porque es posible. Este blog destacó en su momento la emocionante experiencia de Radio Wa en el norte de Uganda. Y a solo un par de clics de esta página tienen el estupendo blog Africa no es un país, uno de cuyos autores ha desarrollado en Sierra Leona durante dos décadas programas pioneros de reinserción de niños soldado. Ellos son la prueba de que podemos hacer mucho más.
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