La coincidencia de la visita del Rey a Ceuta con la Marcha Verde enfureció a Marruecos
El ministro de Asuntos Exteriores marroquí garantizó a Moratinos días antes que las cosas seguirían igual
"Las cosas seguirán igual". El ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Taieb Fassi Fihri, tranquilizó a su homólogo español, Miguel Ángel Moratinos, cuando éste le anunció, a finales de octubre de 2007 en Marraquech, que los Reyes de España visitarían, por primera vez, Ceuta y Melilla dentro de una semana.
Moratinos acompañó a Marraquech al príncipe Felipe y prolongó su estancia "para adelantar al Gobierno de Fassi la noticia y sondear la reacción". En aquel momento, "Fassi Fihri garantizó a los españoles que las cosas seguirán igual (business as usual)", según indica la Embajada de Estados Unidos en Rabat en una nota confidencial del 7 de noviembre de 2007 .
No fue así. Marruecos armó una escandalera promoviendo manifestaciones en las fronteras de ambas ciudades y el rey Mohamed VI llamó incluso a consultas, durante un par de meses, a su embajador en España, Omar Azziman. Uno de los consejeros del monarca, Mohamed Moatassim, leyó incluso en su nombre, el 6 de noviembre de 2007, un mensaje muy crítico con la iniciativa española.
Bajo cuerda, sin embargo, Yussef Amrani, número tres de la diplomacia marroquí, quitó hierro al tema en una conversación con la Embajada estadounidense. Opinó que la "relación es lo suficientemente intensa como para capear el temporal".
La "furiosa" reacción marroquí cogió, sin embargo, "desprevenidos a los diplomáticos españoles" en Rabat. La "estridente y vistosa reacción fue probablemente exacerbada porque la visita de Juan Carlos empezó [el 5 de noviembre] la víspera de la celebración anual de la Marcha Verde" que en noviembre de 1975 permitió al rey Hassan II adueñarse del Sáhara. La Embajada se pregunta si España eligió la fecha adrede.
Distraer la atencion
"Observamos [que en Marruecos] los líderes del reino utilizan desde hace años la táctica de agitar los sentimientos nacionalistas para distraer la atención de los problemas internos", comentó el encargado de Negocios de la Embajada de EE UU. Y puso dos ejemplos de personajes que actúan de tal manera: el primer ministro Abbas el Fassi y el gran amigo del rey Fouad Alí el Himma.
Para la Embajada de EE UU en Madrid el viaje de los Reyes fue organizado por el Gobierno español por razones de política interior. "Sospechamos que el Ejecutivo de Zapatero consideró que la visita real, cuatro meses antes de las elecciones [de marzo de 2008], es una manera relativamente barata de izar la bandera y rechazar las críticas de los conservadores que tachan a Zapatero de débil ante la invasión, por las regiones, de las competencias del Gobierno central", escribió, en noviembre, Hugo Llorens, número dos, de la Embajada en Madrid.
"Los asesores de Zapatero en política exterior han debido de calcular que el resbalón de la visita del rey era manejable", concluye el informe.
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