El Palacio de la Música será (de nuevo) un auditorio en 2011
La Fundación Caja Madrid cierra la compra del edificio a la familia Soler una semana después del cierre de los cines
La Fundación Caja Madrid cerró ayer el acuerdo definitivo de compra con la empresa Filmófono S.A, de la familia Soler, para adquirir los cines Palacio de la Música (Gran Vía, 35) y convertirlos en un auditorio que acogerá la programación musical del organismo, tal y como se había anunciado. Tras unas obras de adecuación, que no afectarán a la fachada, esperan reabrir el espacio en 2011 con un aforo de unas 1.500 personas. Así lo ha confirmado esta mañana en un encuentro informal con los periodistas el director de la Fundación, Rafael Spottorno, quien ha confiado en que la entidad contribuya a la "recuperación de un espacio dedicado a la cultura" en una ciudad que "tiene un déficit importante de plazas para eventos musicales de este tipo con respecto a otras capitales europeas". Ni Spottorno ni sus hasta ahora propietarios han querido revelar la cuantía de la operación de venta de los cines, que cerraron el 22 de junio reduciendo a tres los cines de la Gran Vía: Palacio de la Prensa, Capitol y Callao.
Spottorno ha explicado que la razón de la compra de este edificio art déco, que data de 1926 y que fue concebido en un principio como auditorio aunque en los años 60 se convertiría en cine, es el amplio programa de música que la Fundación Caja Madrid desarrolla en la capital -ocho ciclos de música que se complementan con otros tres conciertos extraordinarios con un presupuesto de más de 8 millones de euros-. Hasta ahora, ha dicho Spottorno, "los conciertos se realizaban en varias salas de la ciudad mediante un contrato de alquiler, por lo que la necesidad de tener un local propio iba en aumento". En este sentido, ha asegurado que "el nuevo Palacio de la Música volverá a obtener su esencia para prestar un servicio a la música, a los aficionados y a la propia ciudad". Para Spottorno, la operación supone "una oportunidad para contribuir a la recuperación de un edifico emblemático".
El presidente de la Fundación ha precisado que lo que les hizo apostar por la compra de este inmueble en concreto fue su uso cultural terciario recreativo, es decir, que no podrá ser utilizado con fines comerciales. En segundo lugar, Sopottorno ha subrayado que la adquisición se hace sin que por su coste comprometa "el resto de las actividades de la Fundación". En este sentido, no ha querido informar del precio de la compra ya que en su opinión, "lo relevante es el objetivo que se persigue, no el precio que se ha pagado". El edificio, construido por el arquitecto Secundino Zuazo, cuenta con 5.500 metros cuadrados en tres plantas más una vivienda en la parte superior de unos 500. La construcción está protegida con el nivel máximo tanto en su interior como la fachada, aunque el subsuelo y la vivienda están exentas de este amparo. El palacete, que permanece cerrado desde el 22 de junio, será reformado para convertir la actual sala de cine en un espacio adecuado para albergar música sinfónica.
Todavía sin arquitecto
Las reformas afectarán en mayor medida al subsuelo, así como a la zona superior que no pertenece a la construcción original. La idea que proyectan los nuevos propietarios es la de modificar los sótanos, que se convirtieron en los años 80 en dos minicines, para albergar unos vestuarios y camerinos, así como también una sala de ensayo para los artistas. En cuanto a la sala principal, de 1.600 butacas, se aumentarán los metros del escenario para que quepan una orquesta con 100 músicos y un coro de unos 80 cantantes -probablemente suprimiendo una o dos filas de butacas-. En la parte superior, se levantará una sala polivalente, aunque siempre respetando la parte de se proyecta sobre la fachada.
Los conductos del aire acondicionado y la calefacción también serán sustituidos por otros que no produzcan ruidos que puedan enturbiar el sonido de la música. Para ello, Spottorno ha reconocido que "habrá que romper paredes, aunque por supuesto se repondrán igual que estaban antes de la obra". Las butacas y parte de la moqueta también se sustituirán, ya que las telas absorben parte del sonido que se proyecta en un auditorio de este tipo. Así las cosas, la obra "será larga y costosa", por lo que es "complicado" fijar una fecha de conclusión de las obras. Sin embargo, ha confiado en que pueda inaugurarse en el otoño de 2011. Antes de la compra, la Fundación conversó con el Ayuntamiento de Madrid para tantear el terreno y ver si se iban a oponer a la modificación de estos elementos.
Según, Spottorno, desde el consistorio madrileño les garantizaron que no iban a poner ningún tipo de trabas siempre y cuando las obras se ajustasen a la ley. La incorporación de un ascensor por razones de movilidad, la supresión del comercio integrado en el conjunto arquitectónico -una perfumería- que ya ha sido desalojado y la modificación del emplazamiento de las taquillas son algunos de los cambios que también se producirán. Aunque todavía se desconoce la empresa adjudicataria para la remodelación del edificio, sí será un estudio de arquitectura especialista en proyectos escénicos y musicales por la dificultad de la adaptación de todos los elementos al fin que se dedicará el nuevo Palacio de la Música.
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