Montilla fuerza la dimisión del alto cargo de la Genertalitat que insultó a Maragall

Raimon Martínez Fraile dijo que el anterior president estaba "enfermo" física y psicológicamente

El delegado de la Generalitat en Madrid, Raimon Martínez Fraile, ha dimitido a petición del presidente de la misma, José Montilla, después de calificar a Pasqual Maragall como "un poco enfermo" tanto física como psicológicamente. Montilla considera que constituyen "un hecho muy grave" estas declaraciones de Martínez Fraile, que se produjeron en respuesta a otras de Maragall en las que decía que el nuevo Estatut catalán "no ha valido la pena".

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Fuentes del departamento de Presidencia de la Generalitat de Cataluña han indicado hoy que la dimisión de Martínez Fraile será aceptada esta mañana durante la reunión semanal del ejecutivo catalán. Martínez Fraile ya pidió ayer "disculpas" por sus críticas a Maragall y retiró sus apreciaciones ofensivas hacia el ex presidente catalán, después de que el actual jefe del ejecutivo autonómico, José Montilla, se lo pidiera.

No obstante, este gesto no ha sido considerado suficiente por Montilla, que reclamó a continuación la dimisión de Martínez Fraile, que la presentó ayer mismo y que hoy será aceptada, han indicado las mismas fuentes.

Martínez Fraile declaró ayer en un medio de comunicación que las últimas afirmaciones de Maragall sobre el Estatut y las relaciones de Cataluña con España eran propias de una persona que "está un poco enferma en estos momentos", que se encuentra "en una situación no muy adecuada física y psicológicamente". Estas palabras "no están en la tónica" que Montilla desea que impere en su ejecutivo, han indicado fuentes de la Generalitat.

Raimon Martínez Fraile y Pasqual Maragall han tenido históricamente una relación difícil, desde que ambos coincidieron en el ayuntamiento de Barcelona, en donde el ahora dimitido delegado de la Generalitat en Madrid llegó a ser teniente de alcalde y miembro del consejo rector y del comité ejecutivo de la candidatura de Barcelona a los Juegos Olímpicos de 1992. El 9 de octubre de 1988 dimitió por sus diferencias con el alcalde Maragall, y se marchó al sector privado.

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