El tren accidentado en Valencia circulaba a 80 kilómetros por hora, el doble de lo permitido
El Comité de Seguridad de Circulación de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana concluye la investigación de la caja negra del convoy y apunta que el maquinista sufrió "algún tipo de inconsciencia o indisposición"
La caja negra del convoy del metro de Valencia que ayer descarriló, causando la muerte a 41 personas, revela que circulaba a 80 kilómetros por hora, el doble de la velocidad permitida en la curva en la que se produjo el siniestro, según consta en el acta de la reunión mantenida esta mañana por el Comité de Seguridad de Circulación de la empresa Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), a la que ha tenido acceso EL PAÍS. 80 kilómetros por hora es, además, lo máximo que puede alcanzar ese tipo de tren. "El exceso de velocidad, al que no encontramos explicación, nos hace sospechar que el maquinista del tren pudo sufrir algún tipo de inconsciencia o indisposición que impidió su reacción", según concluye el comité.
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El Comité de Seguridad de Circulación descarta así que un desprendimiento del túnel o el reventón de una rueda pudieran causar la catástrofe, como ayer se apuntó tras las primeras investigaciones. Los investigadores determinan que la causa fue el exceso de velocidad, causado por un fallo humano. La cuestión ahora es saber qué pudo pasarle al conductor, una de las 41 víctimas mortales del accidente. Al respecto, el secretario general del Sindicato Ferroviario (SF), Fernando Soto, ha indicado al término de la reunión: "Estamos seguros de que algo le pasó al maquinista". Soto ha precisado sobre el maquinista que llevaba como conductor unos seis meses y que había recibido "toda la formación requerida".
También ha indicado que su relación laboral con FGV estaba establecida a través de una empresa externa mediante una adscripción temporal. Sin embargo, el secretario general del Sindicato Independiente Ferroviario (SIF), Jorge Álvarez, ha asegurado que el conductor no era maquinista, sino un agente de estación que había recibido clases prácticas durante 14 días, cuando el periodo habitual es de dos meses. Alvarez ha añadido que el conductor, que cambió de puesto por "decisión unilateral" de la dirección, era un trabajador "muy responsable", por lo que debió sufrir "algún problema de salud" que le hizo perder el control y circular al doble de la velocidad permitida en una curva que, en su opinión, "está muy mal señalizada".
Revisado el 27 de junio
No obstante, ha subrayado que la línea carece de medidas técnicas, como frenado automático, para impedir que un convoy exceda la velocidad permitida y descarrile. Así, el SIF considera que siniestro estuvo motivado por una "manifiesta falta de inversión" de la Generalitat en el transporte público, por lo que solicita la dimisión del consejero de Infraestructuras y Transporte, José Ramón García Antón. El consejero ha informado esta tarde en rueda de prensa, tras confirmar la hipótesis de la velocidad excesiva, de que el maquinista había trabajado primero como inspector e interventor en la Línea 1 y, tras realizar 224 horas de prácticas, se le consideró habilitado para conducir un tren, lo que hacía desde abril. El consejero ha añadido que de los resultados obtenidos del análisis de la caja negra se puede afirmar "con rotundidad" que son falsas las primeras informaciones que se apuntaron como causas del siniestro que la bóveda del túnel se había desprendido, la rotura de las ruedas o la sobrecarga en los trenes.
El presidente del comité de empresa de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), José Ángel Ciércoles,ha considerado "escandaloso" que se culpe al conductor porque aún "es imposible" asegurar las causas del siniestro. Ciércoles ha recordado que los sindicatos del metro valenciano habían denunciado repetidamente la seguridad de las vías y la subcontratación de empresas de mantenimiento. El convoy descarriló poco después de la una de la tarde de ayer en una curva situada a la entrada de la estación de Jesús, en el centro de Valencia (el acceso se encuentra a la altura del número 35 de la avenida Giorgeta, en el barrio de Patraix). Según la policía, el tren iba tan rápido que el primero de sus cuatro vagones descarriló, mientras que al segundo se le rompió la rueda y volcó. El convoy quedó tendido en la vía, mientras los heridos trataban de escapar de él por las ventanillas rotas.
El vuelco se produjo en una curva señalizada como "zona de precaución", entre las estaciones de Jesús y Plaza de Espanya y en dirección a Torrent, en la que la velocidad máxima es de 40 kilómetros por hora. En esa zona confluyen la línea 1 y la 5, que siguen cortadas. El convoy, una unidad UTA modelo 3736 fabricada en 1988, puede circular como máximo a 80 kilómetros por hora. El Gobierno regional asegura que pasó su última revisión el pasado 27 de junio. Tanto el Ejecutivo autonómico como la alcaldesa de la ciudad, Rita Barberá, confirmaron desde el primer momento que fue un accidente "fortuito", descartando el sabotaje o el atentado.
El traslado de los vagones
El primero de los vagones del convoy ha sido trasladado esta tarde en una plataforma a la estación de San Isidro, donde las vías salen a la superficie, para continuar hasta la estación de Valencia-Sur, donde se encuentran los talleres de FGV. El vagón tiene los cristales rotos y múltiples abolladuras, además de un fuerte golpe en la parte delantera.
Desde las 16.00, operarios de la empresa Cemsa, encargada del desescombro de la estación de metro de Jesús, trabajan en el traslado del segundo de los vagones. Fuentes de FGV han indicado que "está previsto" que todos los vagones "puedan ser sacados hoy" de este túnel y trasladados hasta los talleres para que los técnicos investiguen las causas del accidente. El objetivo es poder restablecer la circulación en este tramo de la línea 1 lo antes posible.
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