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CATÁSTROFE ECOLÓGICA

Fraga se desprende de su 'número dos', Xosé Cuiña

El consejero afirma en su carta de dimisión que su renuncia era "un deber" tras destaparse que una empresa vinculada a su familia vendió material de limpieza para el fuel del 'Prestige' a la Xunta

La crisis del Prestige ya se ha cobrado su primera víctima política en el PP. El presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, se ha desprendido de su número dos y delfín, Xosé Cuiña, desde hace 12 años y hasta hoy consejero de Obras Públicas y Ordenación Territorial. La decisión se ha tomado en una reunión que ambos han mantenido esta tarde en Santiago en el transcurso de la cual Cuiña ha presentado a Fraga su carta de dimisión, según fuentes de fuentes de la consejería de Política Territorial.

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Los acontecimientos se han precipitado después de que esta mañana la cadena SER revelara que una de las compañías del Holding familiar de Cuiña había vendido a la empresa pública de limpieza Tragsa y a la propia Xunta de Galicia, a través de una empresa interpuesta, miles de trajes de agua y de palas de las que se han utilizado en la limpieza del chapapote en la costa gallega.

En los últimos días estaba en marcha una ofensiva de varios sectores del PP contra el ex consejero para forzar su salida del Ejecutivo autonómico, muy tocado por la crisis del petrolero Prestige. Ahora el abandono de Cuiña abre a otros candidatos, especialmente a los más afines a la dirección nacional del partido, el camino de la sucesión de Fraga. La salida del Ejecutivo del consejero se produce coincidiendo con los contactos abiertos por Manuel Fraga para remodelar su gabinete, previsto para finales de mes.

Las razones de la dimisión

En su misiva, de apenas once líneas, el ex consejero asegura que su dimisión era un "deber" ante el escándalo destapado por la Cadena Ser. "Considero un deber presentar mi dimisión y espero poder aclarar que las empresas participadas por mi familia no cometieron ninguna ilegalidad ni irregularidad sino, simplemente, una donación y una colaboración en el caso del Prestige", afirma Cuiña.

Según la SER, las operaciones de la empresa de Cuiña se hacían a través de otra sociedad radicada en Pontevedra, Peycar S.L, que a la que le vendía el material la empresa de la familia del ex consejero, Gallega de Suministros Industriales. Peycar S.L. tenía a su vez como clientes habituales en las últimas semanas a la propia Xunta o a la empresa pública Tragsa. Hasta el momento la única factura que reconocen los titulares de ambas empresas es la de la compra de 8.520 trajes de agua y 3.000 palas el pasado 11 de diciembre por 40.000 euros. Al parecer forma parte de una "relación comercial habitual" de la que los propietarios de estas compañías se niegan a dar cifras.

Respecto de estas acusaciones, el ex consejero había afirmado este mediodía que en realidad las empresas de su familia cedieron gratuitamente contenedores por valor de 36.000 euros. A lo largo del día de hoy Fraga había señalado que la SER "no es ejemplo de credibilidad", aunque había reconocido que las empresas de la familia de Cuiña habían podido vender material para la limpieza de playas a otras sociedades "pero nunca directamente a la Xunta ni a la empresa pública Tragsa".

Cuiña (izqda.) y Fraga en una foto de archivo de 1998
Cuiña (izqda.) y Fraga en una foto de archivo de 1998EFE

Nuevas medidas para paliar los daños

La Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos ha aprobado hoy dos nuevas medidas de apoyo a los afectados por el vertido del Prestige, una de ellas dirigida a la reestructuración de los créditos de las empresas y la otra a sufragar los gastos extraordinarios de las cofradías de pescadores.

Con la participación del Instituto de Crédito Oficial (ICO), las empresas con problemas para afrontar los pagos actuales de sus créditos podrán cambiar su deuda al ICO, que les ofrecerá unos préstamos a largo plazo y condiciones más favorables. Asimismo, está se ha aprobado una línea de crédito de cuatro millones de euros para sufragar los gastos extraordinarios de las cofradías, que en algunos casos supondrá subvenciones a fondo perdido y en otros financiación a largo plazo con un tipo de interés reducido.

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