La UE quiere las cámaras de compensación de Londres
La Comisión Europea propone reforzar el control sobre las operaciones con derivados financieros
Amagar sin terminar de soltar el golpe definitivo. Bruselas acepta que las cámaras de compensación, instituciones esenciales para el funcionamiento de los mercados financieros, sigan en la City de Londres, pero se reserva el derecho de obligar a trasladar ese negocio a suelo de la UE cuando se consume la salida del Reino Unido. La Comisión Europea propuso este martes reforzar el control sobre las cámaras de compensación de operaciones con derivados financieros.
Las cámaras de compensación son la fontanería del sistema financiero: permiten cruzar las transacciones entre los agentes del mercado, y cobran una importancia sustancial cuando hay problemas. Agravaron la crisis española en 2012 al exigir más seguridad a las transacciones con deuda pública española, por ejemplo. El Banco Central Europeo (BCE) lleva años intentando que ese negocio se traslade a suelo de la UE. Y Bruselas quiere aprovechar el Brexit con ese objetivo: la Comisión Europea anunció este martes una propuesta legislativa que abre la posibilidad de exigir el traslado de esas cámaras al continente.
Alrededor de tres cuartas partes de las operaciones con derivados en euro se hacen actualmente en la City. El brazo ejecutivo de la UE pretende reforzar los poderes de la UE, en especial de las que puedan suponer un riesgo para el sistema financiero. “Tenemos que estar preparados para la salida del centro financiero más grande del mercado único”, explicó este martes el vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis. En plata: las cámaras de compensación que no pongan en peligro la estabilidad financiera del euro podrán seguir fuera del suelo europeo, pero las que sí supongan un riesgo estarán más reguladas por parte de la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA; por sus siglas en inglés). Y en último término, Bruselas podrá requerir que se establezcan en la UE si así lo piden la ESMA y el BCE.
Bruselas quiere mayor control sobre el mercado financiero europeo, y las cámaras de compensación son instituciones fundamentales para ello. París —que controla poco más del 10% de ese mercado— ha presionado de lo lindo para atraer las cámaras a suelo continental. Al cabo, “el Brexit implica desafíos significativos para salvaguardar la estabilidad financiera de la Unión”, según el texto. El desafío es evidente: LCH, el mayor de esos operadores, endureció los requerimientos para operar con deuda española, irlandesa y portuguesa en lo peor de la crisis del euro, y agravó así sus consecuencias. Bruselas pretende que eso no vuelva a suceder sin el control de las autoridades europeas.
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