Repsol pierde 1.200 millones por las provisiones por la caída del petróleo
La compañía genera beneficio por sus negocios de 1.850 millones pero provisiona 2.900 millones ante la fuerte caída del crudo
La caída del precio del crudo pasa factura a Repsol. El grupo petrolero cerrará el ejercicio de 2015 con unas pérdidas de 1.200 millones como consecuencia de las provisiones destinadas a saneamiento, que ascienden a 2.900 millones. Antes de provisiones, el resultado neto ajustado se cifra en torno a 1.850 millones, lo que supone un aumento del 8% sobre el año anterior. La situación obliga a medidas adicionales al plan estratégico 2016-2020, tales como reducir las inversiones un 20%, acelerar las desinversiones y aumentar el recorte de gastos.
El consejo de administración de Repsol, en reunión ordinaria, decidió este miércoles hacer frente a la realidad y ajustar el plan estratégico de la compañía, presentado el pasado 15 de octubre. Algo más de tres meses, esa realidad obliga a modificarlo de forma sustancial. Además de las fuertes provisiones que ha aprobado y que llevan a que la compañía tenga pérdidas netas por primera vez desde que se creó en 1986. El comportamiento en el cuarto trimestre, en cualquier caso, se mantuvo con un aumento de los resultados operativos del 20% sobre el mismo periodo de 2014, lo que, según destaca la compañía, demuestra que genera caja. El resultado neto ajustado del cuarto trimestre del pasado año será de unos 450 millones.
Repsol había diseñado un plan estratégico para afrontar un escenario de precios de petróleo bajos (50 dólares por barril) en todo el periodo 2016-2020. Sin embargo, el precio ha caído al entorno de los 30 dólares, lo que trastoca todos los planes. El plan planteaba un fuerte recorte de gastos operativos e inversiones con el que lograr duplicar su resultado bruto de explotación (EBITDA) en el periodo 2016- 2020, hasta los 11.500 millones, según su escenario base, en el que el precio del crudo iría subiendo hasta superar los 90 dólares por barril. “Vamos a gestionar esta compañía como si el precio del petróleo hubiera venido a quedarse a 50 dólares, aunque no se va a quedar”, dijo entonces el consejero delegado, Josu Jon Imaz, al presentar el plan.
Sin embargo, la compañía presidida por Antonio Brufau reconoció que la se ve obligada a la revisión del plan ante la “intensa y continuada caída de los precios del crudo y gas, por lo que Repsol ha profundizado en la aplicación de sus planes de generación de sinergias, mejora de eficiencias, desinversión de activos no estratégicos y reducción de inversiones”.
Los cambios suponen la reducción de las inversiones nada menos que un 20% sobre las previstas para todo el periodo, lo que se cifra en 4.000 millones menos sobre los 20.000 previstos para todo el periodo.
El plan también proponía unas desinversiones de hasta 6.200 millones con las que reducir la deuda derivada de la compra de la canadiense Talisman, que adquirió a un precio del crudo a 60 dólares. De esta forma, esperaba dar un tijeretazo de al menos 6.500 millones de euros sobre los 14.000 que se habían alcanzado tras la compra de la petrolera canadiense. La revisión del plan prevé que el recorte sea de 1.000 millones más.
Los 6.200 millones se distribuían de desinversiones en 3.100 millones entre 2016 y 2017 (incluyendo 600 millones de la venta del negocio de gas canalizado acordada en 2015) y otro tanto entre 2018 y 2020. La venta afecta tanto a activos de exploración y producción como del área de refino y comercialización. La compañía ya adelantó entonces que se centraría sobre todo en ventas de activos no vinculados directamente al precio del petróleo, de pequeña escala o alto coste.
El plan no contemplaba la venta del 30% en Gas Natural Fenosa, ya que le garantiza “una opcionalidad tanto financiera como desde el punto de vista estratégico”, explicó. El consejo no cambió dicha opinión sobre la compañía, en la que La Caixa tiene un 35%.
Dividendos
Además de para reducir la deuda, Repsol preveía disponer de fondos suficientes para pagar dividendos. Las desinversiones permitirían garantizar el dividendo incluso en un escenario adverso, aunque, según adelantó en octubre, se quedarían en la mitad en caso de mantenerse bajos los precios del crudo. Como está siendo el caso. No obstante, de momento, el consejo ha mantenido la remuneración prevista a un euro por acción. El dividendo se paga mediante la fórmula de scrip dividend, esto es, a elegir entre efectivo y acciones.
Repsol también acelerará e incrementará las sinergias derivadas por la integración de Talisman, lo que permite elevar el objetivo de ahorro derivado de las mismas hasta los 400 millones de dólares (unos 350 millones de euros) desde los 220 millones de dólares previtos en el momento de la adquisición, por reducción de plantilla y contratistas, supresión de duplicidades en servicios generales, menor coste de la deuda y mejora de la comercialización.
También profundizará en el programa de eficiencias, de manera que el total de sinergias y eficiencias alcanzará en 2016 una cifra cercana a los 1.100 millones de euros, mas del 50% del objetivo incluido en el plan estratégico para la primera parte del plan, es decir, en 2018.
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