La troika achaca la caída del crédito a la inversión de la banca en deuda pública
El sector financiero sigue siendo "vulnerable", según la evaluación del rescate Bruselas y el BCE consideran que el banco malo español debe revisar sus planes
La Comisión Europea, el BCE y el FMI: la troika o los reyes del pero. España y su sistema bancario están lo suficientemente bien como para salir del rescate europeo limpios, sin más ayudas; pero la banca “aún es vulnerable” a riesgos “tanto domésticos como internacionales”, según el informe presentado este lunes sobre el programa financiero.
España ha cumplido con creces todas las condiciones del rescate, del que apenas quedan flecos. Y sin embargo el contenido de la penúltima evaluación contiene una idea fuerza tan realista como peligrosa: la débil recuperación española, en el contexto de la mortecina reactivación europea, hace albergar dudas sobre la evolución de la salud de una banca que ha salido de la UVI pero no ha recobrado todas las constantes vitales. En esas condiciones, el crédito cae a tasas del 11%. En parte porque no hay demanda solvente ni proyectos de inversión, porque toda la deuda española necesita una cura de adelgazamiento. Pero también, según la troika, por la afición de la banca por el carry trade: las entidades se financian casi gratis en el BCE y compran deuda pública con tipos de interés del 4% a 10 años y, en teoría, sin riesgo, en lugar de prestar ese dinero.
“Mientras en el corto plazo la compra de deuda pública se ha convertido en una importante fuente de ingresos que ha sido de gran ayuda para los bancos, a largo plazo afecta negativamente al crédito al sector privado y tiene impacto sobre la recuperación”, dice el texto, que atribuye también parte de la caída de los préstamos al proceso de reestructuración en marcha. Se trata de una especie de pez que se muerde la cola: no hay crecimiento porque no hay crédito; no hay crédito porque los bancos están dañados; no hay saneamiento porque no hay crecimiento. “Y ese es siempre un proceso de digestión lenta”, apuntan fuentes de la Comisión.
El examen destila un tono claramente positivo, aunque con las cautelas propias de una situación económica que dista mucho de estar encarrilada. Hay “signos incipientes” de recuperación, las condiciones financieras en los mercados han mejorado y el horizonte es moderadamente optimista, según se desprende del análisis que firman la Comisión y el BCE (el FMI es un mero observador en el rescate español). Pero en opinión de Bruselas y Fráncfort “el entorno económico sigue pesando en el sector bancario y constituye el principal factor de riesgo en adelante”. La variable que vincula la salud de la banca con la del conjunto de la economía es la concesión de créditos. Y la banca española, según confirma la troika, va a seguir con ese grifo cerrado al menos hasta dentro de dos años: el crédito “tocará fondo” en 2014 y a partir de ahí “aumentará ligeramente desde finales de 2015”. Eso sí, “con la excepción de las pequeñas y medianas empresas”. Además, la morosidad no deja de crecer y se sitúa ya por encima del 12%; la morosidad hipotecaria alcanza ya el 6% de los créditos.
El informe es resultado de la visita de la troika a Madrid a finales de septiembre y sirvió de base al Eurogrupo de la semana pasada para allanar la salida del rescate sin prórrogas o ayudas adicionales. Pero pide a España que extreme la prudencia. “Los bancos deben mantener colchones de capital cómodos”, apunta la troika. Las entidades vuelven a ganar dinero, pero deben “retener la mayor porción posible de los beneficios” —obtenidos en parte gracias al mencionado carry trade—, a la vista de los desafíos que quedan por delante, en especial con relación al examen del Eurobanco.
En el capítulo de deberes pendientes destaca la tramitación parlamentaria de la ley de cajas y la normativa sobre supervisión del Banco de España. Pero en ninguno de esos casos se esperan sorpresas. Los aspectos más polémicos de la ley de cajas son las incompatibilidades entre los órganos de gobierno de las fundaciones bancarias y los de los bancos que controlan, y la obligación de crear un fondo de reserva. En ambos casos, “las autoridades españolas no prevén cambios sustanciales sobre la propuesta inicial”.
La troika avisa también de la necesidad de revisar el plan de negocios del banco malo que gestiona los activos inmobiliarios tóxicos —la Sareb—, que tilda de “demasiado optimista”: los precios inmobiliarios han caído un 43% en términos reales y queda aún margen para escarbar en el fondo, según el informe.
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