Mourinho pierde la mayoría absoluta
Los jugadores del Madrid se sienten cada vez más irritados por las críticas públicas del técnico
Los entrenadores del Madrid viven sometidos a un continuo escrutinio. No es nada nuevo. Vicente del Bosque, Carlos Queiroz, Fabio Capello o Bernd Schuster fueron regularmente examinados por sus futbolistas en la última década y, eventualmente, aprobados o desacreditados. Desde hace un mes, en el vestuario del Madrid son cada día más los decepcionados con el comportamiento de José Mourinho. Desde el 1-3 contra el Barça, el técnico se ha presentado en público un par de veces con una lista de acusaciones contra ellos que ha indignado a los jugadores. La ola de descontento ha alcanzado niveles extraordinarios para un técnico que durante toda su carrera hizo gala de ganarse el apoyo de las mayorías absolutas de las plantillas que dirigió.
La plantilla considera que ha roto el acuerdo de Santander, la promesa de protegerla
Cuando Mourinho justificó la prohibición de que los futbolistas ofrecieran conferencias de prensa o se expresaran en entrevistas, al llegar al Madrid, alegó que lo hacía para protegerlos de distracciones. Les prometió absorber él solo toda la presión. Los jugadores, en general, se encontraron a gusto con la medida. Sin embargo, desde la derrota (1-0) en el campo del Levante, en la tercera jornada del campeonato, se ha mostrado singularmente agresivo con sus subordinados. Ese día acusó a Khedira de hacerse expulsar y, en consecuencia, de provocar la derrota.
El incidente alarmó a los capitanes. En Santander le exigieron que dejara de utilizar las conferencias para provocar incendios en dirección al plantel. Según un jugador, Casillas se manifestó con rotundidad. "No montes más espectáculos en las ruedas de prensa porque eso nos perjudica a los jugadores", le dijo.
Durante un par de meses, Mourinho se mostró suave como un actor contenido. Pero el último clásico alteró el equilibrio. Herido por el fracaso, resuelto a decir lo que quería, el portugués explicó la derrota señalando primero al desacierto de Cristiano Ronaldo ante el gol y segundo a lo que interpretó como falta de agresividad de sus futbolistas para frenar a Messi en la jugada del gol (1-1) de Alexis Sánchez. Dicen sus compañeros que Cristiano entendió las palabras de su técnico como un golpe traicionero. También dicen que Özil y Xabi Alonso se sintieron aludidos. Durante un par de días, el vestuario fue un hervidero de críticas al entrenador. Los jugadores consideraron que estaba incumpliendo el acuerdo de Santander. Como dijo un veterano: "Desde el clásico, están dudando de él. A Mou no le gusta subordinarse a los españoles y el vestuario está roto. Nunca he visto tanta tensión con un cuerpo técnico".
A las sospechas de que las ideas futbolísticas de Mourinho no servirán para superar al Barcelona se añadió el repudio a la disposición retadora del técnico. La crispación se palpaba en el ambiente durante el viaje al Sánchez Pizjuán. Fuentes del club aseguran que Özil, Higuaín y Kaká, sintiéndose desplazados, exhibieron una actitud entre socarrona y desafiante hacia él tras conocer su suplencia en beneficio de Di María, que se había pasado media semana en Argentina. La respuesta de Mourinho fue que no disputasen ni un solo minuto contra el Sevilla.
La actitud de Özil, hasta hace meses considerado por el resto como uno de los "protegidos" del entrenador, es llamativa. Parece haber perdido el respeto que una vez sintió hacia el jefe. Junto a Khedira, Altintop y Sahin, ha formado un grupo de gente que rumorea cosas en alemán y que, según los compañeros, inquieta cada vez más al luso.
Mourinho no se detuvo a la hora de atribuir responsabilidades por los goles encajados ante el Málaga en la ida de los octavos de final de la Copa, el martes. "Hay gente", dijo, "que interpreta las vacaciones para descansar y otros para disfrutar y viajar, ir a comer a casa del tío y de la abuela... Y no paran de beber y comer y llegan aquí un poco diferentes".
Casillas le replicó con toda la ironía que pudo permitirse: "Yo, en las vacaciones de Navidad, como de todo. ¡Hasta polvorones!". La no convocatoria de Arbeloa para recibir hoy al Granada (20.00, Canal + Liga y GolTV) parece una señal más de que el técnico no rehuye el conflicto. El prestigio de Mourinho se relaciona con una capacidad poco común para el liderazgo. En sus manos está evitar ahora que la escalada de tensión acabe en guerra fría.
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