Griñán: "No permitamos que la crisis arrase los derechos sociales"
El dirigente socialista advierte de que los problemas están lejos de remitir
El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, quiso mostrarse cercano a los andaluces y sus problemas en su discurso institucional de Fin de Año. Cálido, pero sin ocultar la dureza de la situación económica en la que vive gran parte de la población. "Ha sido un año difícil para todos. Como presidente de la Junta de Andalucía, créanme, he sufrido con cada empleo perdido, con cada empresa cerrada, con cada joven andaluz que no ha encontrado su oportunidad. En definitiva, con cada familia que está padeciendo la crisis", dijo Griñán inmediatamente después del protocolario saludo a la audiencia.
El presidente andaluz subrayó la dureza y hasta la excepcionalidad de la situación económica actual. "Me gustaría poder anunciaros esta noche que la crisis tiene visos de remitir. Sin embargo, no parece que vaya a ser así. Pero, tarde o temprano, esta crisis también será historia. Lo conseguiremos como siempre, con nuestro esfuerzo y nuestro enorme potencial de futuro".
"He sufrido con cada empleo perdido, con cada empresa cerrada"
"Quien habla de generación perdida no conoce la fuerza de los jóvenes"
Tras el descarnado retrato de una situación económica a la que no dudó de calificar como "un punto de inflexión histórico", Griñán trazó la línea de lo que considera irrenunciable, incluso en una situación económica como la actual. "No dejemos que la crisis se lleve por delante lo mejor de nosotros mismos. Vamos a dejarnos la piel para crear empleo y para que nuestra economía vuelva a crecer. No permitamos que la crisis arrase los derechos sociales que con tanto trabajo hemos construido a lo largo de estos 30 años. Derechos irrenunciables como la sanidad o la educación universal pública, que nos hacen a todos y a todas iguales", enfatizó.
El presidente animó a buscar las soluciones en los valores propios de los andaluces. "En Andalucía nadie va a quedarse atrás por culpa de la crisis. Quien habla de generación perdida no conoce la fuerza de los jóvenes andaluces, no conoce su capacidad de emprendimiento, de innovar; no conoce su alta cualificación y su compromiso solidario. Han tenido los mejores maestros, nuestros mayores, esas personas en las que reside la sabiduría de Andalucía".
Griñán dedicó palabras de elogio y de apoyo a algunos de los colectivos más golpeados por la situación económica. "Mi solidaridad también con los pescadores de Barbate y con la gente del campo andaluz, que ha elevado la agricultura y la ganadería andaluzas a importantes cotas de calidad". Entre los recuerdos también figuraron los emprendedores -"Quiero transmitir mi consideración y apoyo a tantos empresarios, muchos de ellos autónomos o cooperativistas, que tienen dificultades para obtener el crédito que necesitan sus empresas, en las que han puesto sus ilusiones y sus ahorros"- y trabajadores públicos: funcionarios, maestros, sanitarios y los profesionales que atiende a los dependientes.
Por último, el presidente andaluz celebró la desparición del terrorismo de ETA en 2011 y mostró su esperanza de que, el próximo, sea el año en el que desaparezca la violencia machista.
Las reacciones al discurso institucional fueron inmediatas. Desde su partido, el PSOE, se habló de un discurso "valiente, honesto e ilusionante" mientras que la oposición le criticó con severidad.
El presidente del PP andaluz le reprochó que no hubiera citado el caso de los ERE fraudulentos y tildó el resto del discurso como "sin sentido, lleno de ocultaciones y vaguedades".
Para el coordinador general de IU, Diego Valderas, el mensaje fue también fallido: "Es un discurso sin respuestas, en el que solo expresa lamentos, sin soluciones ni compromisos".
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