El cuento tecnológico
Serán los libros encuadernados una reliquia del pasado cuando los niños de hoy se hagan mayores? La pregunta está en el aire, pero mientras tanto una nueva generación de lectores tiene innovadoras y tentadoras opciones de acercarse a los cuentos de siempre y relatos recientes a través de las pantallas de lectores electrónicos, tabletas y teléfonos. Estos juguetes 2.0 para adultos multiplican su oferta de entretenimiento lúdico y lector también para los niños. El nuevo frente literario digital muestra su cara más variada, ágil y creativa en su versión infantil. Hay libros que hablan en varios idiomas, libros sobre los que pintar y repintar sin usar un solo lápiz, libros que se mueven como dibujos animados y sobre los que al deslizar los dedos cambia el decorado. ¿Pero se trata realmente de libros? ¿Entre tanto estímulo visual y auditivo se perderá la afición a la lectura? Las opciones son tantas que no falta quien se pregunta en qué consiste exactamente un libro infantil electrónico y cómo se diferencia de otros juegos y actividades en formato digital. Las fronteras están algo difusas, y la respuesta no siempre es clara. La clasificación básica distingue entre libros y aplicaciones. Las diferencias entre ambos modelos tienen que ver principalmente con cuestiones técnicas, con la edad de los lectores y con los canales de venta y distribución. Las aplicaciones solo pueden ser descargadas en teléfonos y tabletas, incluyen normalmente audio y movimiento de las imágenes y fomentan la interacción con el pequeño lector. "Se trata de que los niños lean de una forma más divertida y para ello se incluyen efectos. También actividades educativas como puzles", explica Enrique Tapias, director general de Genera Mobile, compañía puntera en el desarrollo de aplicaciones con sede en Sevilla. Hace un año y medio entraron en el mercado de la literatura infantil y además de lanzar sus propios títulos trabajan con otros clientes como Planeta, Edebé y Disney. Los libros-aplicaciones de Genera Mobile incluyen clásicos como Los viajes de Gulliver o El flautista de Hamelin y títulos nuevos como Pequeña princesa urbana. Todos están traducidos a varios idiomas y van dirigidos a distintas franjas de edad para niños hasta 11 años. "Al lanzar los primeros libros comprobamos que no había ningún sitio de referencia, ninguna tienda digital específica para estos libros infantiles creados para plataformas móviles", dice Tapias. Ese fue el germen de TouchyBooks (que pronto pasará a llamarse Taptales), una aplicación-librería infantil con más de un millón de usuarios, donde se agrupan todos los títulos que Genera Mobile permite comprar y descargar. En su lista de novedades navideñas destaca El mago de Oz en versión 3D, una nueva interpretación del formato clásico de libro móvil o pop-up. La entrada de programadores y actores independientes en el mundo editorial infantil a través de las aplicaciones es notable y esto se traduce en un cierto caos para el consumidor a la hora de decidir entre una y otra aplicación de un mismo cuento. Como en una librería infantil tradicional en la que a menudo conviven muchas Caperucitas para distintas edades, en las tiendas de aplicaciones ocurre algo parecido. Itbooks, con sede en Valencia, es uno de los nuevos actores que ha adaptado este cuento además de Los tres cerditos y Cenicienta a un formato interactivo. Su superventas es sin embargo una historia propia: Colorín Coloreado, dirigida a niños de entre 3 y 7 años.
El nuevo frente literario digital muestra su cara más ágil y creativa en su versión infantil
Pero más allá del libro-aplicación, sus posibilidades lúdico-educativas y sus efectos especiales, las editoriales, tras navegar las complicadas aguas legales del mundo digital, han optado dentro de lo posible por volcar sus catálogos infantiles y juveniles a las pantallas. Este formato de libro electrónico que se ajusta al mismo canon que el del mercado adulto es conocido como Epub. La principal diferencia frente al libro impreso es simplemente el uso de pantallas. Alfaguara Infantil cuenta con 14 títulos, entre los que destacan la serie de Judy Moddy y la colección de Fairy Link. En Alfaguara Juvenil han lanzado la exitosa serie de Crepúsculo, de la que además de e-books hay cuatro aplicaciones. Este título es sin duda el superventas de la editorial. Estas Navidades estarán disponibles clásicos de Roald Dahl como Charlie y la fábrica de chocolate y Matilda. "Apostamos por el lanzamiento simultáneo de novedades en papel y digital", explica Iría Álvarez, responsable del área digital de Prisa Ediciones. En este grupo se encuentran la serie de aventuras de Flambus Green en la serie infantil, y en juvenil El Bebedor de Lágrimas, de Ray Loriga, y Erebos, de Ursula Poznanski. "Las ventas aún son poco significativas, pero tratamos de trasladar al formato digital todos los títulos que sea posible del catálogo", explica Teresa Petit, directora literaria de los sellos Montena y Beascoa. Superfieras. Hormigosaurios, de Joaquín Londáiz, es por el momento su superventas infantil. En el campo juvenil, a mediados de este mes lanzarán un e-original muy esperado: La primera teoría del amor, de Francesco Gungui, un relato en el que narra cómo se conocieron los protagonistas de su novela Siempre estarás tú, de la que lleva vendidos cerca de 20.000 ejemplares en edición impresa. Petit alerta sobre los efectos que la innovación tecnológica puede tener en los libros infantiles. "En muchos casos se trata de otra manera de leer. Antes las imágenes apoyaban un texto soberbio y ahora se corre el peligro de que con tantas distracciones esto se pierda. Todo dependerá de cómo se hagan", afirma. Lo cierto es que el mercado del libro infantil digital aún está lejos de las cifras de ventas de libros para adultos. Los libros infantiles digitales para niños menores de ocho años representan menos del 5% de ventas totales en el mercado estadounidense frente al 25% de ventas electrónicas de algunos libros para adultos, según The New York Times. Y aunque en España cerca de la mitad de los niños de 10 a 13 años leen en formato digital -y de ellos el 12% lee libros y el 2,5% utiliza para ello un e-reader- (según el Barómetro de hábitos de lectura y compra de libros de la Federación de Gremios de Editores, FGEE), los mismos padres que compran sus lecturas en versión electrónica se resisten a dejar de pasar las páginas en papel de los cuentos. Y así la fascinación que producen los dispositivos electrónicos en los niños y la soltura con la que se manejan en este medio chocan con un cierto escepticismo o nostalgia analógica por parte de los padres. ¿Por cuánto tiempo?
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