_
_
_
_
Crítica:TEATRO | MÜNCHHAUSEN
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

En cada familia, un secreto

Javier Vallejo

El año pasado llamamos la atención sobre el estreno, en la pequeña sala La Espada de Madera, de Torvaldo furioso, ópera prima donde Lucía Vilanova cartografiaba con humor un mapa de relaciones sentimentales postizas entre un cirujano plástico y su esposa. Con Münchhausen, producción del Centro Dramático Nacional, Vilanova se reafirma como una autora con universo propio, mirada afilada y habilidad para tirar del hilo de Ariadna de los enredos afectivos.

En apariencia, el tema de esta comedia poética y descarnada es la mentira consciente que desencadena un engaño generalizado, pero el asunto profundo son las relaciones familiares viciadas. Su título se refiere al "síndrome de Münchhausen por poderes", trastorno psicológico adulto cuyas consecuencias las paga siempre uno de los hijos: es una forma de maltrato, y de obtener una ventaja en esa partida de dados trucados en que a menudo se convierten las relaciones conyugales. Nik, su protagonista, que en la primera escena es un bebé y en la última tiene siete años, brujulea perdido, más enfermo cada día, sobreprotegido por su madre, dejado de lado por su padre y despreciado por su hermana.

MÜNCHHAUSEN

Autora: Lucía Vilanova. Intérpretes: David Castillo, Carmen Conesa, Adolfo Fernández, Teresa Lozano... Dirección: Salva Bolta. Teatro Valle-Inclán, sala Nieva.

Hasta el 23 de diciembre.

No hay mucho teatro sobre la infancia. Vilanova tiene la valentía de abordar el tema de los vínculos patológicos a través de los ojos de un niño, aunque utilice la mirada materna como introductora y contrapunto narrativo. La mágica puesta en escena de Salva Bolta acentúa las ensoñaciones del texto, las alucinadas apariciones del hermano gemelo muerto después del parto: es un acierto con reminiscencias psicoanalíticas que él y Paco Azorín, escenógrafo, coloquen en la boca del escenario un diafragma que alumbra u oculta parte del panorama según se dilata o contrae.

Vilanova domina la situación dramática y gasta un lenguaje preciso, acomodado a cada personaje (en el habla de la abuela hay ecos de criaturas de Nieva y de Gómez Arcos, y un guiño a las de Romero Esteo). La primera mitad de la función resulta hipnótica. Luego hay tres escenas donde se toca suelo costumbrista, y un momento escrito con aliento operístico que, resuelto a la rusa, con exaltación medida, tendría un vigor que no se alcanza aquí. En general, Münchhausen alcanza su tono justo cuando están en escena Carmen Conesa, Adolfo Fernández y Teresa Lozano, y en los cara a cara de los hermanos gemelos. La autora precipita el desenlace con un juego de roles liberador, en el que cada cual dice lo que calla el otro: llegada la anagnórisis por sorpresa, en la puesta en escena falta un acento, un punto redondo que no deje lugar a dudas de que esa réplica está dicha fuera del juego.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Javier Vallejo
Crítico teatral de EL PAÍS. Escribió sobre artes escénicas en Tentaciones y EP3. Antes fue redactor de 'El Independiente' y 'El Público', donde ejerció la crítica teatral. Es licenciado en Psicología, en Interpretación por la RESAD y premio Paco Rabal de Periodismo Cultural. Ha comisariado para La Casa Encendida el ciclo ‘Mujeres a Pie de Guerra’.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_