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Reportaje:ELECCIONES 2011 | Crónicas del despilfarro / 4

Monumento a la incoherencia

La Xunta lleva invertidos en la Ciudad de la Cultura 400 millones, el triple de lo previsto

Francisco Peregil

Morel, el personaje del novelista argentino Adolfo Bioy Casares, inventó la inmortalidad. Se atrevió a construir un museo en lo alto de una colina y le echó un pulso al pasado y al futuro mediante un artilugio que se alimentaba de las mareas. El antiguo líder del PP Manuel Fraga ideó en lo alto del monte compostelano de Gaiás la Ciudad de la Cultura, una obra que iba a ser capaz de tutear a los 800 años de la catedral vecina. En diciembre de 1997, al calor de la exitosa inauguración del museo Guggenheim de Bilbao, Fraga empezó a modelar su sueño. En 1999 convocó un concurso de arquitectura internacional que ganó el estadounidense Peter Eisenman. Y en 2001 se colocó la primera piedra en el monte Gaiás, a casi dos kilómetros del casco urbano. Se iban a levantar seis edificios en una extensión de 60.000 metros cuadrados, la obra costaría 108 millones de euros, menos que los 126,5 del Guggenheim, y estaría terminada en tres años.

De la invención de Fraga se han hecho cuatro edificios de los seis proyectados
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Pero hoy ya van invertidos más de 400 millones de euros; se han construido solo cuatro edificios -las obras de los otros dos, que son los más importantes, estarán paralizadas como mínimo hasta 2014- y se ha ocupado una extensión de 148.000 metros cuadrados, equivalente al casco histórico de la ciudad. Solo en el mantenimiento de los edificios se gastarán 4,5 millones de euros al año. Wilfred Wang, el único arquitecto del jurado que votó en contra del proyecto, calcula que si algún día se terminaran los dos bloques restantes el coste ascendería a 600 millones. Pero en caso de que la Xunta decida tapar los enormes agujeros ya excavados y desechar la conclusión del Centro de Arte Internacional y, sobre todo, del Teatro de la Ópera, que estaba concebido como la gran insignia del proyecto, habría que indemnizar a las constructoras con unos 20 millones de euros. La disyuntiva oscila entre lo caro y lo más caro.

"Era un disparate desde el inicio", recuerda el arquitecto local Pedro de Llano. "¿A quién se le ocurre construir una biblioteca más grande que la Biblioteca Nacional de Berlín para albergar libros en gallego o sobre Galicia? Si en Alemania, que vienen editando libros desde Gutenberg, no vieron la necesidad de hacerla más grande, ¿por qué nosotros sí? Además, se diseñó un Palacio de la Ópera con tres ascensores en el escenario, con capacidad para montar tres óperas en un mismo día, como si fuera el Lincoln Center. En Nueva York puedes mantener una temporada de ópera durante todo el año. Pero ni en Milán ni en Venecia se puede. Y nosotros aquí, con poco más de 90.000 habitantes, podíamos permitirnos eso. ¿De dónde iba a salir el presupuesto para llenar de contenido esos edificios? Y ahora están haciendo allí actividades absurdas, a base de conferencias para 60 personas y conciertos para 200; todo eso para hacer ver que allí hay una vida que en realidad no existe".

El barbudo Morel filmó a sus amigos y a su amada durante una semana de asueto en una isla y echó a vivir para siempre sus imágenes en tres dimensiones, la misma secuencia semanal repitiéndose eternamente de principio a fin. Ahora, en lo alto del monte Gaiás, dentro del edificio que iba a ser hemeroteca y ahora es archivo, uno puede ver proyectada a tamaño natural la figura del arquitecto Peter Eisenman, vestido de negro y con pajarita roja, explicando su proyecto:

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-El reto de la Ciudad de la Cultura consistió en crear un icono contemporáneo como desafío al pasado, al presente y al futuro de un proyecto de este tipo en Galicia, en España y en el mundo...

Una y otra y otra vez, a lo largo de los días, sin apenas visitantes, se irá repitiendo el monólogo de apenas un par de minutos. En un edificio aledaño se puede visitar una exposición de máquinas de escribir. El lunes a las seis de la tarde solo había allí un paseante. En la inmensa biblioteca ideada para albergar libros gallegos hay carteles donde se ruega silencio, pero no había apenas nadie que pudiera perturbar ese silencio, salvo los empleados. Fuera de los edificios apenas se veía alguna pareja de novios. Y todos los consultados convenían en decir que el proyecto era un derroche, un disparate, una desmesura. "Hay demasiada piedra y poco verde", decía una joven.

La piedra rosada tiene su historia negra. Era una cuarcita muy difícil de encontrar y se extraía de una cantera en el pueblo de Muras (Lugo), propiedad del entonces alcalde del municipio coruñés de Ortigueira, del PP, Antonio Campo. "Nos obligaron a trabajar con piedra de Galicia", declaró Eisenman hace un año. A mitad de la obra, en 2008, las reservas del filón resultaron insuficientes y de mala calidad. Supuestamente, no quedó más remedió que viajar a otra cantera en el Estado brasileño de Minas de Gerais y traerlas desde allí.

Xosé Sánchez Bugallo, quien fuera alcalde de Santiago por el PSOE desde 1998 hasta el pasado mayo y ahora es jefe de la oposición, cree que aún no se puede sacar una conclusión definitiva. "En la Ciudad de las Artes y las Ciencias, de Valencia, se invirtió cuatro veces más que aquí. Sin embargo, no hay la misma sensación de derroche porque se abrió y se puso en funcionamiento. El problema es que se iniciaron las obras por los edificios menos representativos y menos útiles. Y ahora faltan los más importantes. Ahora es un enorme monumento, pero sin coherencia".

A pesar de las críticas, Jesús Pérez Varela, el consejero de cultura que trabajaba con Fraga en aquella época, no reniega de la obra: "Yo defiendo el proyecto en la época en la que se hizo. Aunque es verdad que hoy, con la crisis, ese sueño habría que postergarlo. Pero era una buena idea para poner a Galicia en el mapa de Europa y la modernidad".

¿Y no había una forma más barata de promover a Galicia? ¿Era necesario edificar una biblioteca para un millón de libros y un teatro de la ópera como el que aún estar por hacer?

El exconsejero de Fraga rebate: "Lo del millón era solo una forma de hablar

[no obstante, Eisenman sostiene que le encargaron expresamente que hubiera espacio para un millón]. Y lo de la ópera... Queríamos que pudiesen representarse aquí las mismas obras que llegan a Milán o a Venecia. Y yo creo que el pueblo gallego tiene derecho a reinventarse y a sacar un poco de musculatura cultural. Ahora no estamos en las mejores condiciones para continuar con las obras. Pero la catedral de Santiago, que ha cumplido 800 años, estuvo en constante remoción un par de siglos".

Fraga justificó en 2007 el incremento del coste diciendo que "el tiempo pasa y las cosas tienden a subir". También afirmó que el día en que estuviera acabada Galicia tendría, "además del Pórtico de la Gloria y las torres barrocas de la plaza, algo que será capaz de sonar en todo el mundo". Puede que sea verdad o puede que al cabo de un siglo lo único que perviva de la Ciudad sea la imagen a tamaño natural del arquitecto con pajarita roja repitiendo eternamente que el reto consistió en crear un icono contemporáneo como desafío al pasado, al presente y al futuro...

Edificio que será dedicado a museo en la Ciudad de la Cultura, en el monte Gaiás de Santiago de Compostela.
Edificio que será dedicado a museo en la Ciudad de la Cultura, en el monte Gaiás de Santiago de Compostela.ANXO IGLESIAS

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.
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