María Emilia Casas, pionera de la justicia

Quiso el azar que cuando me ofrecieron escribir una semblanza de María Emilia Casas Baamonde hacía solo unos días que me habían regalado la antología de textos sobre la condición femenina de Concepción Arenal, titulada Da muller da súa casa á muller do porvir, coeditada por la Xunta de Galicia y Sotelo Blanco Edicións, e introducida de forma magistral por Celia Pereira Porto. También que coincida que, en este 2011, se cumpla el 80º aniversario de que, gracias al esfuerzo de Clara Campoamor, la II República española aprobase el verdadero sufragio universal, al poder ejercer el derecho de voto por primera vez las mujeres.

Pero tal vez esto no sea una casualidad, sino el fruto de la voluntad de reivindicar la condición de pionera de María Emilia Casas Baamonde, al igual que la de las citadas Concepción Arenal y Clara Campoamor, de mujer que aspira a construir cada día un mundo mejor y más justo desde su actividad profesional; de darle la razón desde el futuro a Clara Campoamor cuando afirmó, en octubre de 1931, "yo soy la semilla, otras mujeres vendrán...". Y es cierto que otras mujeres vinieron y, entre ellas, destaca María Emilia Casas Baamonde: jurista, catedrática de Derecho del Trabajo y la primera mujer en presidir el Tribunal Constitucional.

Debido a mi trabajo como graduado social pude conocer a María Emilia Casas en su faceta profesional. A su persona me pude acercar por mi cargo institucional, aunque quizás su carácter fortuito se ve desmentido, esta vez, por su firme deseo de regresar siempre a sus orígenes, a su tierra de Monforte, donde, como ella me confesó, encuentra la paz y el sosiego.

No puedo detenerme en esta ocasión para expresar mi admiración por su trabajo, que no necesita justificación por ser notorio y de público reconocimiento, pero sí me gustaría destacar su perfil de persona con sensibilidad para entender los problemas ajenos, su defensa de la justicia como un ideal siempre unido a los de igualdad, libertad y solidaridad y, también, su disposición para dedicar su energía y talento a su tierra natal, un lugar muy querido y omnipresente en su vida, tal y como ella ha expresado en múltiples ocasiones: "Monforte de Lemos, centro de mi existencia, de donde vengo y adonde voy".

María Emilia Casas es un referente en el terreno profesional y también en el personal; un paradigma para todas las personas que son y/o se sienten de Monforte de Lemos. Para nosotros es un motivo de orgullo y autoestima que nos muestra que la vida de cada persona, cimentada en el respeto y la justicia -palabras que surcan toda su trayectoria -, constituye un adoquín imprescindible en el camino hacia un mundo mejor.

En el acto de presentación de la celebración del 125º aniversario de la ciudad, afirmó: "Monforte será lo que los monfortinos quieran que sea" y su trayectoria es un ejemplo de que el mundo será lo que las personas quieran que sea. María Emilia es un referente, y por eso es una persona tan querida en su tierra natal, por su contribución a la ardua tarea de construir espacios habitables para la convivencia y el bienestar de toda la ciudadanía.