L'Aldea corta la N-340 con un 'bou' para reclamar obras
Fomento paralizó la carretera hace un año por la crisis
El primer bou, para la reivindicación. En L'Aldea (Baix Ebre), municipio donde los correbous están muy arraigados, la fiesta mayor empieza, desde 2008, cuando el primer bou capllaçat irrumpe en la carretera N-340. De esta manera, cortando el tráfico a las 18.30 horas, los vecinos pidieron ayer al Ministerio de Fomento que reanude las obras de la variante de esta carretera a su paso por el municipio, una reivindicación histórica que empezó en 1989. Las obras se paralizaron hace un año, pero es la tercera vez en cuatro ediciones que, coincidiendo con la fiesta mayor, la población reivindica la infraestructura con un bou capllaçat, una de las modalidades de correbous más criticada por los defensores de los animales, por considerar que produce un estrés grave al animal. A este se le ata por los cuernos con una cuerda delantera y otra trasera, y decenas de corredores lo persiguen mientras algunos sostienen las cuerdas que ensogan al animal. La población lo mira expectante mientras el resto corre detrás.
"Menos variante y más bous", pidieron ayer algunos vecinos con una inscripción en sus camisetas. El correbou empezó a celebrarse en L'Aldea para reclamar el inicio de las obras. Y continúa, ahora, para pedir que se reanuden. Tras años de reivindicaciones, las obras empezaron en mayo de 2009. Unos 15.000 vehículos atraviesan a diario esta población de 4.500 habitantes. Una cuarta parte de ellos son vehículos pesados.
"Estamos hartos del ruido, la contaminación y los accidentes", exclamó Abelardo Torres, un vecino de la población. El tramo en construcción, de ocho kilómetros y con un presupuesto de 26 millones, debía alejar del núcleo del municipio el grueso del tráfico. Sin embargo, el plan de choque aplicado por el Ministerio de Fomento el año pasado dejó sin recursos el proyecto, cuando casi la mitad de la obra ya estaba ejecutada.
El portavoz del Gobierno y ministro de Fomento, José Blanco, ha explicado que el coste de la infraestructura se incluye en los presupuestos de este año (15,3 millones) y ha asegurado en reiteradas ocasiones que se trata de una obra prioritaria y que la carretera terminará de construirse, como estaba previsto, "a mitad de 2012". Blanco aduce que el proyecto se modificó a petición del Ayuntamiento, "que reclamó una nueva redacción del proyecto inicial para mejorar la infraestructura".
Esta versión la rechaza de forma tajante el alcalde, Daniel Andreu (ERC), que se mostró ayer indignado por el trato recibido por el ministerio. "Nos han engañado, se están riendo de nosotros", afirmó. "Nosotros no pedimos modificar el proyecto. Después de varias quejas por el parón de las obras, en ocho meses solo recibimos una respuesta del Ejecutivo, que el proyecto sigue en marcha y que está presupuestado, pero no se hace nada. Solo se han realizado algunos trabajos de mantenimiento", añadió. "El pueblo ya ha tenido demasiada paciencia, esto es una pesadilla".
Ante esta situación, la población de L'Aldea se reunió en asamblea la semana pasada para reclamar ayudas al Gobierno catalán, con el que ha acordado una reunión con el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Lluís Recoder, el próximo 14 de septiembre. "Aunque la obra dependa del ministerio, siempre hemos tenido el apoyo de la Generalitat y necesitamos hacer presión", afirmó Andreu. Por su parte, fuentes de CiU aseguraron ayer que la obra se había reclamado "por activa y por pasiva".
El alcalde se fija como fecha límite la reunión con la Generalitat. "Si no sucede nada, iremos a malas", advirtió. Tras el encuentro, la asamblea volverá a reunirse para preparar nuevas movilizaciones de un municipio donde, admiten sus vecinos, "sin bous no hay fiestas".
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