_
_
_
_
Entrevista:31 PRODUCTOS QUE ESTREMECIERON AL MUNDO

El afán de los descubridores

No es que la canela valga exactamente igual para un roto que para un descosido, pero lo cierto es que los egipcios la utilizaban como ingrediente para sus embalsamamientos y nosotros nos la comemos encima de unas natillas.

Pero para que esto último fuese posible tuvo don Lourenço de Almeida que conquistar Ceilán, lugar donde se producía la más abundante y refinada de todas. Hora es de hablar de las especias en general, y de las idas y venidas de los navegantes europeos en su busca, ya fuesen acompañados del éxito o dando sus esperanzas con la frustración de descubrir América. La verdadera obsesión que contrajeron en el Viejo Mundo por obtener de forma satisfactoria las especias que procedían de Oriente impulsó de forma definitiva la expansión de los imperios, ya que el comercio ha tenido siempre que ver con el ansia de viajar. Y puesto que en el mundo conocido todas las especias venían de la cuenca del Éufrates, pues hacia allí se dirigieron, por tierra y por mar los esforzados caminantes y navieros, dándose de bruces con ignotos pueblos de hermosas plantaciones, a los cuales convencieron o vencieron según el humor del visitante y los medios disponibles.

Es conocido el amor que comparte la canela con los dulces

Decíamos que don Lourenço se adentró en lo que hoy es Sri Lanka, y la conquistó para su señor allá por los primeros años del 1.500, obteniendo Portugal durante los siglos posteriores grandes beneficios con la canela, aunque fueron los holandeses e ingleses quienes gozaron en fechas posteriores del monopolio de su tráfico.

La corteza seca del árbol canelero goza de magnífico y dulce perfume, lo cual es conocido y admirado desde la más remota antigüedad. Ya el emperador Shen Nung de la China la utilizaba 2.700 años antes de nuestra era, y tras otros livianos imperios se reencuentra en Lesbos, donde al decir de Homero las mujeres se perfumaban con sus aceites, y en Roma, donde es fama que el emperador Nerón ordenó quemar toda la que se consumía en la ciudad en un año para orear su conciencia después de matar de un mal puntapié a su amada Popea.

Aunque adorable su perfume, donde mayores utilidades encontró fue en la gastronomía, tanto en su parte comestible como en la espiritual -que con esa ingeniosa expresión se refiere Brillat-Savrín a la parte alcohólica que la acompaña-, y afamados son los vinos a los que se mezclaba canela antes del servicio. No solo en Francia, donde Rabelais en su Pantagruel cuenta y no acaba del hypocras, sino en nuestro más cercano Libro de Guisados, en el que Rupert de Nola nos enseña cómo hacer "especias de clarea" o "especias de ipocras", que son algo tan simple como mezclar una buena ración de canela con vino, blanco o tinto, al gusto o por mitad, y a ello añadir miel, y clavo, y gingibre... En cuanto a su uso culinario habitual es de todos conocido el amor que comparte con los dulces en general y con las tartas de manzana en particular, sin olvidar su perfume embriagador cuando potencia una rotunda morcilla burgalesa.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO
Homenaje a la canela en <i>Retrato de notario</i>, de Quentin Massys.
Homenaje a la canela en Retrato de notario, de Quentin Massys.T. CASTRO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_