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Adiós al 'estadio' de las chabolas

El Ayuntamiento inicia, tras dos años de enredo judicial, el desalojo de las infraviviendas en el antiguo campo de fútbol del Racing Garvin

Si esto fuera una película, podría comenzar quizá con el flashback de un partido trabado en un terroso campo de fútbol de quinta división, el del Club Deportivo Racing Garvin. O con el momento en que su dueño, Antonio Garvin Martínez, tiró la toalla y se deshizo del equipo madrileño, en 2008. "El campo dejó de usarse formalmente, pero acogía partidillos y las fiestas del barrio", explica Javier Poveda, presidente de la Asociación de Vecinos de Lucero. En apenas unos meses, empezó a servir también de vivienda insalubre, según una inspección municipal realizada en febrero de 2009.

Con las porterías aún clavadas en su sitio, las casetas de los vestuarios y el resto de instalaciones techadas fueron ocupadas por una decena de personas.

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Los vecinos denunciaron esa invasión, y otra más ruidosa y molesta que se producía todos los fines de semana, cuando cientos, en ocasiones miles de personas, se juntaban allí para practicar deportes, hacer barbacoas o emborracharse y montar follón hasta las tantas de la madrugada. La edil socialista Noelia Martínez trasladó esas quejas al pleno de la Junta Municipal de Latina y "se adoptaron diversas medidas para solucionar en parte esta situación, aludiendo a que era un terreno privado y era complicado actuar".

Y es que, en noviembre de 2009, el Ayuntamiento estaba seguro de que ese terreno pertenecía a Garvin Martínez, certeza que este parecía compartir, pues en 2010 interpuso un proceso judicial para asentar su propiedad por usucapión (tanto tiempo llevaba usándolo, tres décadas, que ya le pertenecía).

Ahora esa disputa se ha zanjado en los tribunales. Pero las chabolas y las fiestas nocturnas continúan.El Ayuntamiento, al ver que durante estos años el dueño del terreno ignoraba sus órdenes de adecentar el lugar, y desalojar los vestuarios y las nuevas chabolas que se fueron construyendo a su vera, inició otro proceso judicial en paralelo para realizar una ejecución subsidiaria de estas acciones (es decir, hacer él lo que no conseguía que el dueño hiciera). El Samur Social intervino para vaciar las infraviviendas, pero sus moradores se negaron a abandonarlas, lo que hizo más necesaria aún la orden judicial para proceder.

Así corrieron los meses, con fiestas estruendosas los fines de semana, familias que fueron creciendo e incluso aumentando bajo la techumbre de los antiguos vestuarios, y dos procesos judiciales avanzando en paralelo. Con una particularidad, en este último caso: el Ayuntamiento desconocía que Garvin Martínez había reclamado por vía judicial la inscripción del campo en el registro de la propiedad. Daba por hecho que ya era de Garvin Martínez. Hasta que el pasado mes de mayo recibió una providencia judicial y descubrió que en realidad era municipal.

Con la parcela inscrita ya en el inventario público, el Ayuntamiento paralizó el otro proceso judicial. Ya no tenía sentido.

La concejala del distrito, Paloma García Romero, visitó el pasado día 8 el campo para comprobar su situación de abandono. Los servicios municipales limpiaron y desratizaron la zona (aunque sus habitantes aseguran que sigue habiendo ratas como perros caniches), y una máquina excavó agujeros por todo el terreno para evitar que se construyeran nuevas chabolas o se montaran más farras.

Según García Romero, ya está en marcha un nuevo proceso judicial para desalojar las infraviviendas. El tema se discutirá en el Pleno municipal de mañana a petición socialista.

Además, el 19 de agosto la edil se reunirá con los vecinos para consultar con ellos el destino de la parcela (podría convertirse en un parque si lo desean, aunque ellos prefieren que siga siendo instalación deportiva).

Solo queda por solucionar el problema de las fiestas: los ecuatorianos que jugaban al ecuavolley y los dominicanos que practicaban el softball han sido redirigidos a otros campos, pero las verbenas nocturnas se han trasladado sin más a un parque cercano, donde el Ayuntamiento espera poder atajarlas con fuerte presencia policial.

Solo queda por solucionar el destino del medio centenar de personas que han hecho de ese campo su vivienda, y que no tienen otro lugar adonde ir.

Estadio del campo de fútbol ayer, horadado por el Ayuntamiento para evitar la proliferación de chabolas como las del fondo.
Estadio del campo de fútbol ayer, horadado por el Ayuntamiento para evitar la proliferación de chabolas como las del fondo.CARLOS ROSILLO

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