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Las consecuencias del 22-M
Columna
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Nos toman el pelo

O Rajoy no lee la prensa o ha estado viviendo en la Estación Espacial Internacional durante los últimos años, de donde acaba de regresar a bordo del jubilado transbordador Endeavour.

Con cara de sorpresa, preguntó en una comida con sus barones regionales tras la victoria del 22-M: "¿Es verdad lo que me cuentan?, ¿es cierto que en la Sanidad se está pagando a más de 600 días?"

En el almuerzo estaban precisamente los dos presidentes más remolones a la hora de pagar a los proveedores de la sanidad pública, Francisco Camps (Valencia) y Ramón Luis Valcárcel (Murcia). Callaron. El gallego Alberto Núñez Feijóo confirmó el dato. En efecto, pagan a más de 600 días.

Es imposible creer, incluso aunque hubiera estado dormitando en el espacio exterior, que Rajoy ignorara este dato. Lo que significa que nos está tomando el pelo.

Nos lo toma, además, porque afirma que la austeridad y la transparencia serán los ejes del gobierno de sus presidentes autonómicos y de sus alcaldes. Un mensaje/mantra que Javier Arenas repite por estos pagos.

El discurso sería asumible si el PP no hubiera gobernado nunca. Pero llevan muchos años al frente de seis comunidades, que serán diez en unos días. Es posible, pues, comprobar si virtudes tan encomiables se cumplen allá donde gobiernan.

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Las estadísticas señalan lo contrario. Las dos comunidades más morosas en el pago a proveedores del área sanitaria son Valencia y Murcia. La deuda acumulada por Valencia en los dos últimos años, con este sector, es de 1.300 millones de euros, a los que hay que sumar otros 1.100 de este año. Es decir, solo en facturas sanitarias no pagadas, Camps acumulará a final de año 2.400 millones.

Pero la dirección popular no mira al levante, sino al centro. Una de las acusaciones más repudiables de los populares ha sido comparar a Castilla-La Mancha con Grecia y afirmar que está en "quiebra total". El PP afirma que esa comunidad tiene facturas acumuladas por valor de 2.000 millones. En todo caso, bastante menos que los valencianos. Pero es que además esa cifra es falsa, o al menos no se sustenta en pruebas. Los populares dicen que la han obtenido a voleo: con llamadas telefónicas de empresas o chivatazos de funcionarios. La cifra oficial dada por el Gobierno socialista es de 416 millones.

La ofensiva contra las cuentas de Castilla-La Mancha ha continuado en Andalucía. Antonio Sanz, secretario general del PP, ha sido el encargado de sembrar sospechas sobre las cuentas de los ayuntamientos andaluces. Pero aquí también hay datos.

La media de la deuda por habitante en las 24 capitales gobernadas por el PP en España es de 1.279 euros. En las 23 regidas por el PSOE es prácticamente la mitad, 648 euros. Madrid (1.972 euros) y Málaga (1.307), ambas del PP, encabezan la lista de las más endeudadas.

Que enarbole la bandera de la austeridad un partido que inaugura aeropuertos sin aviones y bibliotecas sin libros, es otra tomadura de pelo. Lo mismo que contar entre sus filas al político mejor pagado de España, Dolores de Cospedal. La secretaria general del PP y ahora también presidenta de Castilla La Mancha, percibió el pasado año 223.598 euros, casi tres veces lo que gana el presidente Griñán. Otra presidenta popular, Esperanza Aguirre, gastó en un año 172 millones de euros en autobombo publicitario.

Rajoy nos toma el pelo cuando habla de transparencia, mientras el gobierno de uno de sus barones principales, Francisco Camps, ha sido condenado cinco veces por el Tribunal Constitucional por negar información en el Parlamento sobre los contratos con la trama corrupta Gürtel. Hace dos días, el Tribunal Superior de Justicia de Valencia ordenaba entregar esa documentación a la oposición.

Resumiendo: el discurso popular es atractivo. Pero suena a milonga. Compuesta por un extraterrestre.

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