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El PNV planteará a Bildu que el pacto en Álava se base en un programa

Iñigo Urkullu no quiere estar condicionado por un apoyo sin garantías fijas

El País

El PNV acudirá mañana en Vitoria a su primera reunión formal con Bildu con una idea básica: todo tipo de acuerdo entre ambas formaciones deberá fundamentarse en un programa de gobierno. Los jeltzales no quieren correr riesgos innecesarios en el transcurso de la legislatura. El propio Iñigo Urkullu lo ha reconocido al advertir a este periódico de que "no me vale una política de apoyos sin compromisos, ni esos gestos de que según me convenga te doy una parte de los votos que tengo como ya hemos visto en otras ocasiones", en alusión a ciertos comportamientos de la izquierda abertzale en el Parlamento.

El encuentro de mañana se establece sobre la base del anunciado apoyo "sin pacto alguno" de Bildu al PNV con el único propósito de evitar un gobierno en la Diputación Foral de Álava del PP, partido ganador de las elecciones del 22-M en este territorio. La coalición abertzale conoce el lógico interés nacionalista de mantener en el poder a Xabier Agirre y de ahí que su oferta le sirva para comprometer, de paso, la posición del PNV en Guipúzcoa, donde se resiste a acompañar a PSE y PP en el intento de estos de excluir a Bildu en las dos principales instituciones.

Sin embargo, conforme a la premisa básica que Urkullu ha fijado para acordar los posibles pactos en Euskadi, el acuerdo de base sobre un programa de gobierno se antoja determinante. El PNV no se verá constreñido por compromiso alguno con Bildu si anteriormente no hay un acuerdo de mínimos en el plan de acción a seguir desde la Diputación alavesa.

No obstante, las posibilidades de que finalmente el PP vuelva a quedarse sin gobernar Álava -como ya ocurrió hace ahora cuatro años- cobran fuerza con el paso de las horas, principalmente en función del posicionamiento de Ezker Batua. A su vez, el PNV anuncia para mañana la acreditación de sus 22 representantes en las Juntas Generales de Vizcaya.

El futuro de EB sigue en el aire

El coordinador general de EB, Mikel Arana, se esforzó ayer en lanzar un mensaje positivo sobre el futuro de una organización en la que conviven dos sectores en plena batalla por el control del censo de afiliados.

El liderado por Arana, que agrupa al Partido Comunista y al sector crítico EPA, anunció que celebrarán el próximo 12 de noviembre una asamblea general extraordinaria para afrontar el proceso de refundación que implicará un mayor acercamiento a Izquierda Unida. Además, han lanzado un proceso de realificación de los militantes que el otro sector, liderado por el ex coordinador general, Javier Madrazo, rechaza sin ambages.

Arana reconoció ayer que será EB en Álava, afín al madracismo, quien decidirá sobre el pacto con el PNV que permitiría a Xabier Agirre ser reelegido diputado general. En todo caso, señaló, la apuesta de su sector pasa por "no formar parte" de gobiernos presididos por el PNV, el PSE o el PP. Prefieren llegar a acuerdos programáticos que les dejen con las "manos libres" para seguir haciendo oposición. También declinó la oferta de Bildu de gobernar de forma conjunta en varias localidades. Arana quiere hacer de puente entre los dos grandes bloques políticos vascos: "el nacionalismo vasco y el español".

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