Hereu y los socialistas se despiden de 32 años de hegemonía en Barcelona

Adiós a 32 años de gobierno municipal liderado por los socialistas. Barcelona se despide de la rosa roja para dar paso a un gobierno nacionalista, el primero en la historia de la capital. Esta vez los electores han dado carta blanca al "cambio" en el que insistía Xavier Trias. Y ha sido un vuelco contundente: 15 ediles de CiU, 11 para el PSC, 8 para el PP, 5 para Iniciativa per Catalunya y 2 para Unitat, que entra por los pelos en el Consistorio.

"Os agradezco ahora el apoyo que me estáis dando y el que he sentido todos estos días". Jordi Hereu fue saludado por un largo y cálido aplauso cuando salió a la sala de actos del PSC, al filo de las once de la noche. "Constato que Barcelona ha optado por una candidatura de cambio, los ciudadanos han hablado con claridad. Ya he llamado a Xavier Trias para desearle mucho acierto en el futuro".

Ni el efecto de las primarias ni los recortes de CiU bastaron a Hereu

"La ciudad ha optado por una candidatura de cambio", aseguró

Fueron sus primeras palabras ante un ramillete de militantes y cuadros del Ayuntamiento de Barcelona. En primera fila su equipo más próximo, de su gobierno y de campaña, al que se sumó al final José Zaragoza, secretario de organización del PSC y declarado antihereuista. Caras tristes las del alcalde y rostros algo llorosos entre compañeras de partido y de gobierno. "Seguiremos trabajando por Barcelona desde allí donde nos han puesto los ciudadanos", añadió Hereu. De sus palabras, no obstante, no se pudo deducir si pasará a la bancada de la oposición o no. Quedar por debajo de los 12 concejales no era esperado por el equipo de campaña del alcalde. Probablemente tampoco por él, que esta misma semana insistía en que podía ganar.

Todos los sondeos y encuestas vaticinaban un cambio de tercio. No solo por los avatares -muchos- del gobierno en minoría de Jordi Hereu, sino sobre todo por la caída libre de la marca del PSC. Todo ello al mismo tiempo en que CiU ganaba enteros primero conquistando la Generalitat y luego -o a la vez- aupando a Xavier Trias hasta la alcaldía de la capital.

Hereu ha perdido las elecciones municipales y su partido ha perdido más, tal como demuestra la sangría del votante socialista en Barcelona: se ha pasado de 313.000 votos en las municipales de 1999 a poco más de 133.000 ayer. Son los peores resultados de la historia del PSC en la capital. En 2007, Hereu cosechó 182.000 votos. Es decir, en cuatro años cerca de 50.000 electores socialistas o han cambiado de partido o se han quedado en casa. Trias, en cambio, ha escalado de 12 ediles que tenía ahora hasta los 15 de ayer arañando algo más de 16.000 votos.

Ni los recortes del Gobierno de Artur Mas ni el efecto de las primarias de las que salió vencedor, ni su insistencia en que CiU gobernaría con el PP han sido suficientes para que el candidato socialista remontara las encuestas.

Se abre ahora el baile de los pactos con Xavier Trias como director de orquesta. La incógnita es si pactará apoyos suficientes con el PP -aunque formalmente no entre en el gobierno-, gobernará en minoría buscando pactos ocasionales o abrazará la sociovergencia. Que la tortilla iba a dar la vuelta ya se apreciaba en la sala de prensa del PSC: ningún cuadro del partido, ni concejales ni siquiera militantes. Un panorama nada habitual en la sede de los socialistas, donde la noche electoral de las municipales era, hasta ayer, triunfo asegurado y motivo de celebraciones.