La oposición intenta evitar la impunidad de Berlusconi
Tras el show ante los tribunales, ayer llegó el turno del contraataque parlamentario de Silvio Berlusconi. La Cámara empezó a discutir la ley del proceso breve, destinada a convertir en papel mojado de forma inmediata el caso Mills, uno de los cuatro procesos que tiene pendientes el primer ministro. "No es un privilegio, sino legítima defensa", afirmó el magnate y político para justificar el clima de guerra abierta. La oposición trató de retrasar durante algunas horas la votación de la ley presentando 190 enmiendas y con una iniciativa singular: pidiendo la palabra para leer un artículo de la Constitución en cada turno concedido. Uno a uno, los diputados del Partido Democrático fueron recitando la Carta como forma de protesta contra lo que definen como la "impunidad eterna" del jefe de Gobierno. Las previsiones eran que la sesión continuara hasta bien entrada la madrugada, lo que retrasaría la aprobación de la norma hasta última hora de la tarde del miércoles.
El Consejo Superior de la Magistratura ha definido la ley como una "amnistía sustancial", afirmando que mandará a la papelera 15.000 procesos. "La ley afectará solo de modo tenue a los juicios de aquellos acusados que no han sido nunca condenados", minimizó por su parte Angelino Alfano, el ministro de Gracia y Justicia (por ese orden).
Dada la precariedad de la mayoría de centroderecha, que ahora depende de la heterodoxa veintena de tránsfugas cooptados en diciembre pasado y constituidos en el llamado Grupo de Responsabilidad Nacional, Berlusconi obligó a acudir a todo el Gabinete a la Cámara de Diputados.
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