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Entrevista:ALMUERZO CON... HUGO SIGMAN

"Mi gran desafío es lograr cronificar el cáncer"

Soledad Gallego-Díaz

Invitar a comer a uno de los empresarios más importantes de Argentina es un problema. Hugo Sigman, fundador del grupo Insud, del laboratorio farmacéutico Chemo (con sede en Madrid) y de empresas relacionadas con el cine, el mundo editorial y la investigación médica, insiste en aprovechar para que visitemos el hermoso edificio recién restaurado en el centro de Buenos Aires al que acaba de trasladar la sede de la sociedad. Al final, pactamos pedir un sushi, la comida que más le gusta, a uno de los deliverys de la zona y almorzar en su despacho.

De Sigman hay que decir rápidamente que es un empresario peculiar. Desde la amplia ventana de la salita donde comemos, se ve la estructura del edificio, que refleja muy bien su personalidad: en la primera planta está la productora cinematográfica, K&S, que va a estrenar dentro de unos días una comedia protagonizada por Guillermo Francella; en la segunda, la redacción de la edición argentina de Le Monde Diplomatique (Ignacio Ramonet es uno de sus mejores amigos) y de una editorial que mantiene una vigorosa línea progresista; y en la última, la sede de sus sociedades farmacéuticas y de investigación. Las empresas de Sigman tienen plantas en China y en India y acaba de obtener el respaldo de la OMS para construir en Argentina una de las 10 enormes fábricas del mundo autorizadas a producir vacunas antigripales.

El argentino tiene un imperio que va de la investigación farmacéutica al cine

El sushi está exquisito, pero Hugo Sigman come poco. Habla con voz baja, pero se anima cuando pasamos a los temas que le apasionan: el patrimonio científico de Argentina (dos premios Nobel de Medicina, Houssay y Milstein, y uno de Química, Leloir); el desafío de investigar nuevos productos oncológicos... y la política. "Es un momento apasionante. Coincido con quienes afirman que después de la caída del muro de Berlín, se produjo la caída del muro de Lehman Brothers. Ahora lo interesante es saber cómo se estructura una nueva doctrina".

Sigman, que conoce bien Europa, se muestra preocupado por su futuro: "No creo que Europa sea capaz de pagar su deuda y no imagino cuál puede ser la salida". Ha hablado mucho del tema con Felipe González, con Ramonet y con otros amigos europeos y argentinos y se siente más optimista respecto a América Latina. "El consenso de Washington ha fracasado y ahora quizás se dibuje una salida socialdemócrata, con mayor implicación entre lo público y lo privado".

La mezcla de lo público y lo privado es una de sus obsesiones. Quizás porque es un médico psiquiatra que nunca montó consulta privada sino que se dedicó de lleno a la sanidad pública (incluido en el hospital Clínico de Barcelona, a donde llegó becado en 1977, huyendo de la dictadura militar) y que, a los 33 años, decidió hacer un máster en economía y lanzarse a la aventura empresarial animado por su suegro, que tenía un laboratorio farmacéutico, y por su mujer, Silvia Gold, que es bioquímica. Ahora aquella primera empresa está dirigida por su hijo Leandro, y Hugo Sigman, de 67 años, está implicado en otros proyectos. Su principal desafío, explica, es la pretensión de "conseguir cronificar el cáncer", una línea de investigación con vacunas terapéuticas activas, en las que participan instituciones y científicos cubanos, brasileños y argentinos y que abrió un camino transgresor.

Sigman está preocupado: "No creo que Europa pueda pagar la deuda".
Sigman está preocupado: "No creo que Europa pueda pagar la deuda".R. CEPPI

Sushi Pop. Buenos Aires

- Dos bandejas de sushi.

- Dos botellas de agua.

- Total: 250 pesos (43 euros).

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