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Necrológica:

Michael Gough, el prolífico actor que sirvió a 'Batman'

En sus siete décadas de carrera actuó en más de 150 filmes

Gregorio Belinchón

"A mi mayordomo, mi confidente, mi amigo, mi Alfred. Te quiero. Dios te bendiga. Firmado: Michael (Mr. Wayne) Keaton". Con estas palabras, el texto íntegro de un comunicado remitido a The Hollywood Reporter, Michael Keaton se despedía de Michael Gough, o, en parámetros cinematográficos, Bruce Wayne / Batman se despedía de su fiel sirviente Alfred. Keaton encarnó al señor de la noche en los dos filmes dirigidos por Tim Burton -Batman (1989) y Batman vuelve (1992)-; Gough fue su mayordomo en esos dos y en los otros dos filmes en que el héroe fue encarnado por Val Kilmer -Batman forever (1995)- y George Clooney -Batman & Robin (1997)-. El jueves 17, el inglés Michael Gough falleció a los 94 años, tras una larga carrera de siete décadas y más de 150 películas, obras de teatro y trabajos televisivos. Pero en el imaginario colectivo, siempre será Alfred Pennyworth.

Su rostro apareció en innumerables títulos de terror de la productora Hammer

Gough nació en Kuala Lumpur el 23 de noviembre de 1917. Hijo de un plantador de caucho, inició estudios de agricultura ya en Reino Unido, pero los abandonó por su pasión, la actuación, y entró en el célebre teatro londinense Old Vic. Aunque comenzó a trabajar en él antes de la II Guerra Mundial, hasta 1946 no se hizo un nombre en el teatro. Durante décadas su presencia elegante le proporcionó numerosos papeles. Cuando cambiaron las tornas en los escenarios, con la nueva ola de dramaturgos británicos o con el advenimiento del teatro del absurdo, Michael Gough supo adaptarse a los nuevos movimientos.

En el cine su primer papel le llegó en 1948, encarnando a Nikolai en una versión de Anna Karenina protagonizada por Vivien Leigh, y desde ese momento no paró. En 1949 aparecía en The small back room, de Michael Powell y Emeric Pressburger y, por ejemplo, tres años más tarde trabajó en El hombre vestido de blanco (1951). En 1955 participó en Ricardo III, de Laurence Olivier, y así siguió, actuando en todo tipo de películas, muy especialmente en filmes de terror: su esplendor coincidió con el gran momento de la productora Hammer, por lo que trabajó en títulos como Drácula (1958), El fantasma de la ópera (1962), Doctor Terror's House of Horrors (1965) y Horror hospital (1973). Por supuesto, también actuó en filmes más artísticos, como Mujeres enamoradas (1969), Paseo por el amor y la muerte (1969), Memorias de África (1985), Caravaggio (1986), La edad de la inocencia (1993) o La tabla de Flandes (1995).

La televisión sirvió probablemente para llenar el tiempo libre que le dejaban los escenarios. Su rostro apareció en series como El Santo, Orgullo y prejuicio, Doctor Who, Orlando, Los vengadores o Retorno a Brideshead. Para las nuevas generaciones, Gough no solo era el leal Alfred, sino ese rostro que salió en Top secret!, La serpiente y el arcoíris, de Wes Craven, o El cuarto protocolo. Y que colaboró en numerosas ocasiones con Tim Burton: además de los dos Batman mencionados, aparecía en Sleepy Hollow y dobló a sendos personajes en La novia cadáver y, en su último trabajo, en Alicia en el País de las Maravillas (hacía de pájaro Dodo).

Sin embargo, siempre volvía al teatro, bien en el West End londinense, bien en el neoyorquino Broadway. Ganó el Premio Tony en 1979 al mejor actor por la obra Bedroom farce, un drama sobre relaciones de pareja que giraba alrededor de tres matrimonios. Volvió a ser candidato en 1988 por Breaking the code, la auténtica historia de Alan Turing, el matemático que descifró los códigos de la máquina Enigma, utilizada por los nazis para encriptar sus comunicaciones durante la II Guerra Mundial. Cuando acabó la contienda Turing, que era gay, fue juzgado por atentar contra la moral pública, por lo que, ante la perspectiva de ir a la cárcel, tuvo que pedir la castración química. En la obra teatral, Gough encarnaba a su supervisor.

El británico siempre celebró su suerte al ser considerado actor de reparto: "ha sido lo mejor. Nunca tienes la responsabilidad de ser una estrella, ni eres tan caro como una estrella, y te tocan papeles estupendos". Casado en cuatro ocasiones, uno de sus nietos fue el encargado por la familia de anunciar su fallecimiento.

Michael Gough en una escena de <i>Batman y Robin.</i>
Michael Gough en una escena de Batman y Robin.CHRISTINE LOSS (AP)

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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